Ayuda

Antonio Ruiz Soler

Imagen
Biografía

Ruiz Soler, Antonio. Antonio. Sevilla, 4.XI.1921 – Madrid, 5.II.1996. Bailarín y coreógrafo de danza española.

Antonio estudió en la academia de baile del maestro Manuel Real Realito, donde conoció a Florencia Pérez Rosario. Aunque comenzó en solitario como niño prodigio, enseguida se le unió Rosario como pareja de baile, actuando por primera vez juntos en el Teatro del Duque de Sevilla, en 1928. Al año siguiente bailaron ante los reyes de España Alfonso XIII y Victoria Eugenia en la Exposición Iberoamericana de Sevilla y realizaron su primera actuación fuera de España en la Exposición Internacional de Lieja (Bruselas). Durante esta etapa continuó su formación con los maestros Otero, Pericet y Frasquillo. Su biografía hasta 1952 estuvo unida a la de la bailarina.

Después de haber realizado giras por diversas ciudades españolas, incluida Madrid, donde ya les llamó Los Chavalillos Sevillanos, fueron contratados en 1937 por el empresario Marquesi para viajar a América, donde permanecieron doce años. Se presentaron en el Teatro Maravillas de Buenos Aires con el espectáculo Las maravillas del Maravillas. Fue entonces, al marcharse Carmen Amaya, cuando quedaron como cabeza de cartel y, ante la necesidad de cambiar de programas, comenzaron a crear sus propias coreografías.

Cuando de la gira regresaron a Argentina, ofrecieron en el Teatro Ateneo de Buenos Aires su primer Concierto de danza. En Río de Janeiro les vio actuar el director Arturo Toscanini, quien proclamó, aplaudiendo con entusiasmo, que las danzas de Rosario y Antonio eran el Alma de España. Esta frase les propició la entrada en Estados Unidos, debutando en el Waldorf Astoria de Nueva York, en 1940, ya con el nombre de Rosario y Antonio, aunque agregaban el de Los Chavalillos de España por la fama adquirida en Sudamérica con este apodo. Permanecieron en Estados Unidos siete años. Después de alternar sus actuaciones en diversas salas, viajaron a Hollywood para intervenir en las películas Ziegfield Girls, Canta otra canción, La cantina de Hollywood y Panamericana, donde conocieron a todas las estrellas de cine del momento. A su retorno a Nueva York, y después de algunas actuaciones en Broadway y en el Cine Roxy, decidieron formarse en empresa y presentarse con su propio espectáculo, en 1943, en el Carnegie Hall, donde Antonio escenificó el Corpus Christi en Sevilla, con música de Albéniz. Con este triunfo artístico, la Columbia Concert Artist les contrató para realizar una gira por todo Estados Unidos, de costa a costa. En esta gira les acompañaba el subdirector de la compañía, Francis Cupicus, el mismo que presentó en América a Antonia Mercé La Argentina. Volvieron a Hispanoaméricca a finales de 1946, y en Méjico estrenó Antonio el Zapateado, con música de Sarasate, baile con una coreografía maestra, que quedará para siempre unido a él. Continuaron sus recitales por Argentina (justo diez años después de su primera actuación, y aclamados por la crítica), Uruguay, Chile, Cuba, Perú, de nuevo, en 1948, a Buenos Aires para volver a Nueva York y, desde allí, a España. En esta nueva gira por Sudamérica, sin embargo, estrenaron la mayoría de sus piezas más aplaudidas, como Viva Navarra, con música de Larregla, y Zorongo gitano; Goyescas, Danza IX y Danza VII, con música de Granados; Sacromonte, con música de Turina; Malagueña y Sevilla, con música de Albéniz, además de bailes de la Escuela Bolera, como Seguidillas manchegas, Panaderos, Bolero y Sevillanas. Además, incluyeron diversas piezas de los ballets El amor brujo y El sombrero de tres picos, todavía no completados coreográficamente.

En los primeros días de 1949 llegaron a España, debutando el 27 de enero en el Teatro Fontalba, como Rosario y Antonio “Los chavalillos sevillanos”. Consiguieron un éxito tal que prorrogan sus actuaciones hasta dos meses. En 1950 le condecoraron con la Cruz de Caballero de Isabel la Católica, una de las más altas distinciones de la época. Finalizada la gira europea, intervinieron en la película Niebla y sol, para la que Antonio crea el ballet El hombre y la estrellas.

Durante estos años, han incluido nuevas creaciones en su repertorio, con partituras de los grandes compositores españoles como Albéniz (Triana, de la Suite Iberia, Puerta de Tierra, Granada, El Puerto, Navarra y Asturias); Granados (Danzas V, X y XI y Fandango del Candil); Turina (Sacromonte), Falla (Jota aragonesa), además de Malats, Chapí, Giménez, Halffter y Rimsky-Korsakov. La Escuela Bolera siguió estando presente y aumentaron los bailes con Bolero robado, Boleras de medio paso y Malagueñas boleras, y en el flamenco destacó el baile por caña, además de fandangos por verdiales, caracoles, serranas, tango de Cádiz, taranto, soleares, alegrías y tanguillo. Coreografiaron dos Sonatas del Padre Soler: las número 5 y 11, que constituyeron el precedente de su ballet posterior y bailaron en la fiesta celebrada por la boda del rey Faruk de Egipto.

En 1952, después de haber sido pareja de baile durante veintidós años, se separó de Rosario, como consecuencia de desavenencias que radicaban en sus años en Estados Unidos. Ya independiente, Antonio hizo realidad la idea de formar su propio ballet y comenzó los ensayos en los estudios de Juan María Bourio, en la calle Montera, 24 de Madrid. Ese año recibió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Coincidiendo con su nueva empresa, en 1953 fue requerido por el director Edgard Neville para interpretar su película Duende y Misterio del Flamenco, en la que también participó Pilar López y su compañía.

Es en este filme donde bailó por primera vez el martinete, reservado hasta entonces al cante flamenco.

Además, invitado por Leonide Massine, bailó junto a Mariemma El sombrero de tres picos, música de Falla, en el Teatro de la Scala, de Milán, donde también interpretaron el Capricho Español, música de Rimsky-Korsakov, con coreografía de Massine.

Se presentó con su Ballet Español el 20 de julio de 1953 en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, estrenando su nuevo escenario de los Jardines del Generalife. Como primera bailarina estaba Rosita Segovia y contaba también con Flora Albaicín, Laura Toledo, Carmen Rojas, Victoria Eugenia o Alicia Díaz, entre otras. Para la presentación creó nuevos ballets, como Llanto por Manuel de Falla, con música de Asensio; Allegro de concierto, con música de Granados; y Serranos de Vejer, con música de García Soler, pero la atención se centró en su creación Suite de Sonatas, con música del Padre Soler, en la que incluyó ocho piezas que bailó toda la compañía. También presentó la Suite de danzas vascas y El segoviano esquivo, basado en danzas populares castellanas. Después de presentarse en Madrid, en el Teatro Español, se embarcó en una larga gira por ciudades españolas, europeas, viajaron hasta América y actuaron también en El Cairo y Johannesburgo. En 1954 estrenó en Buenos Aires nuevo programa, compuesto por Andaluza, con música de Falla; Almería, con música de Albéniz, y Danzas fantásticas, con música de Turina, entre otras. Su gran estreno, sin embargo, fue en 1955, cuando presentó su coreografía de El amor brujo en el Teatro Saville, de Londres, versión en la que insertó novedades, como el prólogo con una pantomima sobre la muerte del gitano amado por Candelas, que después será el espectro atormentador. En la Danza del fuego añadió unos gritos agudos, incluidos en la primera partitura de Falla, para hacer más efectivo musicalmente el círculo mágico. Tendrían que pasar cuatro años (y otras creaciones como Fantasía galaica, Paso a cuatro, Sonatina y Cerca del Guadalquivir) para que realizase su interesante versión de El sombrero de tres picos, con diseños de vestuario de Muntañola. Le concedieron el Premio Nacional de Danza Vicente Escudero de Valladolid en 1957, galardón que recibió también en los años 1958 y 1960. Desde 1959, su compañía pasó a llamarse Antonio y su Ballet de Madrid. En 1960, estrenó Jugando al Toro, de Halffter, y Eterna Castilla. En 1962 se produjo su reencuentro con Rosario, a la que contrató como artista invitada de su compañía. Juntos volvieron a bailar Triana, Zorongo y Viva Navarra.

En 1963 rodó una nueva película: La nueva cenicienta (durante estos años había interpretado también Luna de Miel y Carrusel napolitano, entre otras). En 1964, y por última vez, volvió a contratar a Rosario, realizando juntos actuaciones por España, Inglaterra, Rusia, Estados Unidos y Latinoamérica. Durante los diez años siguientes, tomó parte activa en los Festivales de España del Ministerio de Información y Turismo, y siguió estrenando nuevas coreografías: Concierto andaluz, música de Rodrigo; Torre Bermeja, y Córdoba, música de Albéniz; Danza de la gitana y Danza primera de ‘La Vida Breve’, música de Falla; también creó Cubana, estampa colonial del siglo XIX. La Cátedra de Flamencología de Jerez le otorgó su medalla en 1966.

En 1972 rodó en Ronda una película sobre El sombrero de tres picos, junto a Lola de Ávila, en el papel de la molinera. Recibió el Premio Nacional al Mejor Ballet. En 1978 pensó ya en su retirada como bailarín y preparó un espectáculo de despedida llamado Antonio y su Teatro Flamenco, con el que realizó una gira que comenzó en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. En 1979, cuando se cumplieron sus bodas de oro con la danza, se despidió en la ciudad japonesa de Sapporo.

En marzo de 1980 fue nombrado director del Ballet Nacional Español, dirigido hasta entonces por Antonio Gades. En la compañía estatal, que dirigirá hasta 1983, recuperó la mayoría de sus coreografías más exitosas, como El amor brujo, El sombrero de tres picos o Allegro de concierto. Hasta 1987 no volvió a reaparecer; esta vez con el Ballet Español de María Rosa, para el que creó la coreografía El Rocío, inspirada en la popular romería de Huelva. En septiembre de 1992, esta compañía presentó, diez años después de que lo hiciera el Ballet Nacional, sus coreografías sobre El amor brujo y El sombrero de tres picos.

Murió en 1996 en Madrid. Nunca realizó su proyecto anunciado: un ballet sobre Colón. Sus obras de arte fueron subastadas en su mayoría. Su casa-estudio de danza de Madrid fue comprado por la que fuera bailarina de su compañía, Carmen Roche, para mantenerlo intacto, creando allí una escuela de danza.

 

Obras de ~: Filmografía: Ziegfield Girls, Canta otra canción, La cantina de Hollywood, Panamericana, Niebla y sol, Duende y Misterio del Flamenco, El sombrero de tres picos.

Escritos: con S. Arriazu Irún, Antonio, el bailarin: memorias de viva voz: autobiografía y testamento, Barcelona, Ediciones B, 2006.

 

Bibl.: A. Puig Claramunt, El arte del baile flamenco, Barcelona, Polígrafa, 1977; J. Blas Vega y M. Ríos Ruiz, Diccionario Enciclopédico Ilustrado del flamenco, Madrid, Cinterco, 1988; P. Fuentes-Guío, Antonio. La verdad de su vida, Madrid, Fundamentos, 1990; J. M. Bourio, Colección Juan M. Bourio. Archivo de Baile Español, Madrid, Consorcio Madrid Capital Cultural, 1992; Mariemma (G. Martínez Cabrejas), Mis caminos a través de la danza, Madrid, SGAE-Fundación Autor, 1997; VV. AA., Ballet Nacional de España. 20 años, Madrid, Ministerio de Educación y Cultura, 1999.

 

Cristina Marinero