Camprubí, Mariano. Reus (Tarragona), f. s. xviii-p. s. xix – ?, s. m. s. xix. Bailarín y coreógrafo de escuela bolera, considerada el ballet clásico español.
Padre del también famoso bailarín y coreógrafo del siglo xix Juan (o Joan) Camprubí, actuó en París en 1830 en el ballet Fernand Cortés, junto a Dolores Serral, Francisco Font y Manuela Dubinon, que protagonizaban Marie Taglioni y Jules Perrot. Volvió en 1934 y actuó en los bailes de máscaras de la Ópera durante el carnaval, junto a Serral, con Le Bolero, y acompañados —en varios pasos a cuatro— por Font y Dubinon. Llevaron a París el baile bolero La cachucha, tradicionalmente bailado en pareja, que fue convertido en moda y símbolo, como solo de carácter, por las principales bailarinas de ballet clásico francoitaliano, como Fanny Elssler, quien lo aprendió de Serral. Se hicieron populares por su virtuosismo y compenetración, aunque también se hablaba en la prensa de la época de cierta rivalidad profesional entre los dúos. La pareja Camprubí-Serral adquiere tal relevancia en la capital francesa, que es retratada en litografías de 1934, en las que interpretan el bolero en la Ópera, el pas styrien en el Palais Royal y La cachucha en el Théâtre de la Gaîeté de París. Según el historiador británico Ivor Guest, “un periódico teatral reveló que trabajaban alternativamente en los dos teatros reales de Madrid, el del Príncipe y el de La Cruz. Todavía estaban al servicio de la Reina de España, pero la creciente crisis política —España estaba al borde de las primeras guerras carlistas— tuvo como consecuencia el cierre de los teatros y la Reina Regente había reducido el sueldo de sus actores a la mitad, y concedido un permiso especial a estos cuatro bailarines para trasladarse al extranjero. Su triunfo en París se repitió en Londres, donde se les vio primero en un bolero y en un zapateado, y, pocos días después, en Las boleras del Trípoli y Los corraleros de Sevilla”.
Actuaron en junio de 1840 en el Teatro Real de Copenhague, en las festividades por la coronación de Christian VIII. Allí conocieron al bailarín y coreógrafo danés August Bournonville (Copenhague, 1805-1879), quien bailó con ellos un bolero en la última función. En sus memorias Mi vida teatral, Bournonville admite haber aprendido mucho de ellos y que un nuevo mundo se abrió para él: “Los bailarines españoles eran prácticamente bailarines natos y, desde este punto de vista, extraordinarios al máximo”. Camprubí y Serral inspiraron a Bournonville para sus ballets de estilo español El toreador (estrenado el 27 de noviembre en el Teatro Real danés), y La ventana (1854). Bournonville incorporó el ballet español, desde entonces, como asignatura obligatoria en los programas oficiales de la Real Escuela de Ballet de Dinamarca.
En abril de 1862, en el Teatro Odeón —con el espectáculo La flor de Sevilla—, y del 12 de agosto al 2 de noviembre de ese mismo año, Camprubí actuó en el Théâtre Hyppodrome de París con una compañía de baile español formada por miembros del Teatro Real de Madrid, de la que era director y primer bailarín. Ofrecieron tres funciones por semana. Tenía más de sesenta años y continuaba bailando con energía. Junto a él, las bailarinas Anita Montes y Lola Melea, cuyo nombre artístico era Lola de Valencia.
Edouard Manet, impresionado, como Baudelaire, por sus actuaciones, le inmortalizó en aguafuertes y dos lienzos: Mariano Camprubí, 1862-1863, óleo sobre lienzo, en el que posa vestido de bolero, ficcionado hacia un torerismo escénico, en una vaga cuarta posición española; y Le Ballet Espagnol, 1862, óleo sobre lienzo —firmado y fechado en el ángulo inferior derecho “éd. Manet 62”—. Según Manuela B.
Mena: “Se dice que Manet consiguió que la compañía en pleno posara para él en el estudio del artista belga Alfred Stevens, que era mucho mayor que el suyo. Evocó su ballet La flor de Sevilla en una pintura y un estudio para un grabado y reprodujo su pequeño y brillante lienzo de Camprubí en un aguafuerte de soberbio vigor que hace pensar en los carteles teatrales y las fotografías de artistas de la época”.
Bibl.: P. Llorens, X. Aviñoa, I. Rubio y A. Vidal, Historia de la Danza en Cataluña, Barcelona, Caixa de Barcelona, 1987; J. Udaeta, La castañuela española, Madrid, Ediciones del Serbal-Ministerio de Cultura, 1989; R. Salas (coord.), Encuentro Internacional. La Escuela Bolera, Madrid, Ministerio de Cultura-Inaem, noviembre de 1992; J. Suárez-Pajares y X. M. Carreira (eds.), The origins of the bolero school. Studies in dance history, Madison, University of Wisconsin Press, 1993; P. Llorens Souto, “Camprubí, Mariano”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord. general), Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana, t. 2, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, pág. 1000; M. Keet de Grut, The bolero school, London, Dance books, 2002; M. B. Marqués, J. Wilson-Bareau, F. Cachin, G. Mühle-Maurer, V. Bozal y A. González García, Manet en el Prado, catálogo de exposición, Madrid, Museo Nacional del Prado, 13 de octubre de 2003-11 de enero de 2004; R. Plaza Orellana, Bailes de Andalucía en Londres y París (1830-1850), Madrid, Arambel, 2005.
Cristina Marinero