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Martín de Orduña

Biografía

Orduña, Martín de. Orduña (Vizcaya), c. 1500 – ?, s. xvi. Apoderado y mercader.

Era hermano de Francisco de Orduña. Ha pasado a la historia por ser el apoderado de varios capitanes del siglo xvi, entre ellos Pedro de Mendoza. Por lo que Martín de Orduña puede ser considerado el impulsor económico de la conquista del Río de la Plata.

En 1529 Orduña participó en la expedición que, por orden del gobernador García Lerma, se realizó al valle de Buritaca y a otras partes de la comarca de Santa Marta. Allí fue el factor de su hermano Francisco, que lo era a su vez de los Welser. Trabajó de contratista de obras encargado de la construcción de casas en Santa Marta. Además, obtuvo diez pesos de oro del oro que se trajo de dicha visitación (Martín Acosta: 25).

En 1533 la Corona determinó poner coto a las incursiones de los portugueses en el estuario del Río de la Plata. El 21 de mayo nombró a Pedro de Mendoza, hombre de confianza del Rey, como adelantado al Río de la Plata. Entre la Corona y Mendoza se firmó un acuerdo económico por el que se repartían las posibles riquezas que encontrase en el viaje. La expedición salió el 24 de agosto de 1535 constituyendo la ciudad de Santa María de los Buenos Aires en enero de 1536.

Desde el mismo momento en que se barajó la posibilidad de que fuera Pedro de Mendoza, Martín de Orduña actuó como su factor. En 1535 ya figuraba ante el escribano de la Casa de Contratación, Juan Gutiérrez Calderón, como apoderado de éste. Durante el período que estuvo Pedro de Mendoza en el Río de la Plata, su apoderado, Martín de Orduña, gestionó todos los pleitos que éste tuvo en la Península.

La precaria situación que se vivía en Buenos Aires originó la petición más importante por parte de Mendoza: solicitó a Orduña una nao con alimentos y enseres. Orduña gestionó ante la Casa de Contratación esta petición.

En 7 de julio de 1536 se otorgó licencia para la expedición que Martín de Orduña estaba organizando hacia Buenos Aires. Esta licencia permitía a Orduña, como apoderado de Mendoza, elegir a los capitanes para los navíos que iban a llevar socorros al Río de la Plata. Sin embargo, la expedición se retrasó.

Tras la fundación de la ciudad, el adelantado Mendoza enfermó gravemente y decidió delegar el poder en sus hombres de confianza: a Luis Ruiz Galán lo dejó al frente de la ciudad de Buenos Aires y a Juan de Ayolas lo nombró lugarteniente delegado y lo envió a remontar el río Paraná. Hacia 1537 decidió Mendoza volver a España, pero murió en la travesía.

En septiembre de ese mismo año, mediante Real Cédula fechada en Valladolid, se apremió a Martín de Orduña para que partieran las naves de socorro al Río de la Plata, ya que ya se había levantado el embargo a dichas naos. Éstas llegaron a Buenos Aires en octubre de 1538, más de dos años después de su partida, e iban dirigidas por el veedor Alonso Cabrera, que portaba Real Cédula de los Reyes, y que Ruy Guzmán recogió en su libro: “Don Carlos, por la divina clemencia, emperador semper Augusto, rey de Alemania y doña Juana su madre, el mismo don Carlos, por la misma gracia de Dios, rey de Castilla, de León, etc. Por cuanto vos Alonso Cabrera, nuestro veedor de fundaciones de la provincia del Río de la Plata, vais por nuestro capitán en cierta armada a la dicha provincia en socorro de la gente que allá quedó, que proveí en Martín de Orduña y Domingo de Somoza, que podría ser que al tiempo que allá llegásedes fuese muerta la persona que dejó por su teniente general don Pedro de Mendoza, nuestro gobernador de las dichas provincias, ya difunto: y este al tiempo de su fallecimiento o antes, no hubiese nombrado, gobernador, o los conquistadores y pobladores no lo hubiesen elegido, vos mandamos que en tal caso, y no en otro alguno, hagáis juntar los dichos pobladores, y los que de nuevo fueren con vos, para que, habiendo primeramente jurado de elegir persona cual convenga a nuestro servicio y bien de la tierra, elijan por gobernador, en nuestro nombre, y capitán general de aquella provincia la persona, que según Dios y sus conciencias pareciere más suficiente para el dicho encargo; y al que así eligieren todos en conformidad, o la mayor, parte de ellos, use y tenga el dicho cargo, al cual por la presente damos poder cumplido para que lo ejecute cuanto nuestra merced y voluntad fuere: y si aquel falleciere, se torne a proveer en otro por la orden susodicha, lo cual vos mandamos que así se haga con toda paz, y sin bullicio ni escándalo alguno; apercibiéndose que de lo contrario nos tenemos por deservidos, y lo haremos castigar con todo rigor; y mandamos que en cualquier de los dichos casos que halláredes en la, dicha, tierra persona nombrada por gobernador de ella, le obedezcáis y cumpláis sus mandatos, y le deis todo favor y ayuda. Y mandamos a los nuestros oficiales de la ciudad de Sevilla, que asienten esta nuestra carta en nuestros libros que ellos tienen, y que den orden como se publique a las personas que lleváredes con vos a la dicha armada. Dada en la villa de Valladolid, a 12 días del mes de setiembre de 1537 años.-Por la reina, el Dr. Sebastián Beltrán- Licenciado, Juanes de Carvajal-El Dr. Bernal-El Licenciado, Gutiérrez Velásquez- Y o, Juan Vázquez de Molina, secretario de su Cesárea y Católica Majestad, la fize escribir por su mandado, con acuerdo de los de su Consejo”.

Sin embargo, tras la muerte de Mendoza, Orduña siguió trabajando como su apoderado. En noviembre del 1537 se calculó, mediante Real Cédula, las “hachas y cuños de hierro” de Mendoza para que se entregasen a su factor, Orduña, que debía enviar al Río de la Plata.

No sólo envió las naves que Buenos Aires necesitaba, sino que hasta 1546 se localizan pleitos en el Archivo General de Indias (Sevilla) encabezados por Orduña en nombre de Pedro de Mendoza. En pleito fechado en ese mismo año, contra el fiscal del Consejo de Indias, se identifica como vecino de Sevilla expresando su deseo de enviar ayuda a los habitantes de Buenos Aires para poder continuar con el descubrimiento y población de las provincias del Río de la Plata.

Participó en el proceso que se abrió por la muerte de Juan de Osorio, así como en las reclamaciones que se hicieron tanto a su persona y bienes como a los de su apoderado Mendoza. La investigación sobre la muerte de Osorio se centró en la figura de Mendoza, al que se consideró instigador.

Martín de Orduña fue también apoderado de otros capitanes que participaron en la conquista del Río de la Plata como Juan de Ayolas.

 

Bibl.: R. Díaz de Guzmán, “Historia argentina del descubrimiento, población y conquista de las provincias del Río de la Plata”, en P. de Angelis, Colección de obras y documentos relativos a la Historia Antigua y Moderna de las provincias del Río de la Plata, t. I, Buenos Aires, Imprenta del Estado, 1835; J. Torre Revello, La fundación y despoblación de Buenos Aires, Buenos Aires, Cervantes, 1937; E. Larreta, Las dos fundaciones de Buenos Aires, Buenos Aires, ed. Sopera, 1965; R. Levillier (dir.), Historia Argentina, Buenos Aires, Plaza y Janés, 1968; J. Torre Revello, La sociedad colonial, Buenos Aires, Buenos Aires, Panrledille, 1970; E. Martín Acosta, “Los vascos en la expedición de garcía de Lerma a Santa Marta”, en Euskal Herria y el Nuevo Mundo: La contribución de los vascos a la formación de las Américas, Vitoria, Servicio Editorial Universidad del País Vasco, 1996.

 

Cecilia Suárez Cabal

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