Ayuda

Agrippa

Biografía

Agrippa. Marcus Vipsanius Agrippa. ?, 64/63 a. C. – Campania (Italia), 12 a. C. Senador y militar romano.

Era hijo de Lucius Vipsanius, un individuo de rango ecuestre, y hermano de Lucius (?) Vipsanius y Vipsania Polla. Su origen familiar sería recordado después en ocasiones y definido en ambientes senatoriales como “humilde” para la elevada posición que adquiriría con los años (Suetonio, Calígula 23, 1).

De la misma generación que el emperador Augusto (véase biografía), fue su compañero de estudios en Apollonia (Vlorë, Albania) durante la juventud de ambos (Suetonio, Augusto 94,12).

Su carrera incluyó diversos cargos en la ciudad de Roma, que se conocen parcialmente, promocionándose desde la época del triunvirato de Octavio (el futuro Augusto), Marco Antonio y Lépido. Después de un posible desempeño del tribunado de la plebe en el año 43 a. C., fue pretor urbano (40 a. C.). En 39/38, enviado a la Galia como gobernador con mando sobre las legiones (procónsul), estuvo en Aquitania y en la frontera del Rin, en donde se encargó de pacificar aquel territorio, aunque Agrippa no quiso aceptar la celebración del triunfo (años más tarde volvería a rechazarlo) por una simple cuestión de prudencia política. De vuelta en Roma, se encargó de la construcción del Portus Iulius en Puteoli (Pozzuoli, Italia).

Aproximadamente por esa época se habría casado con la que fue su primera esposa, Caecilia Attica, con la que tuvo una hija (Vipsania Agrippina).

En el 37 desempeñó por primera vez el consulado.

El año siguiente lo pasó Agrippa defendiendo la causa de los triunviros. Su principal adversario era Sextus Pompeius (hijo de Pompeius Magnus), que se había establecido en Sicilia. Agrippa fue el responsable de la victoria definitiva sobre él en la batalla de Naulochos (en Sicilia, el 3 de septiembre del 36 a. C.), lo que le valió la concesión de una condecoración (una corona rostrata) el 13 de noviembre (Veleyo Patérculo 2, 79; Suetonio, Augusto 25, 3).

Convertido ya en el principal apoyo político y militar de Augusto, fue enviado a continuación al Illyricum (Balcanes), en donde se ocupó de la guerra contra los pueblos de Dalmacia y Panonia (Dión Cassio 49, 38, 3) durante los años 35/34, una tarea que habría que continuar tras su muerte. Durante el 33 a. C., Agrippa estuvo en Roma, desempeñando el cargo de edil curul y se empleó a fondo en la realización de un programa constructivo y de mejora de infraestructuras que continuó a lo largo de años (Suetonio, Augusto 29, 5) y que incluyó dos acueductos (Aqua Virgo y Aqua Iulia), unas termas públicas, el Panteón (dedicado a los dioses) y otras obras en la ciudad. El hallazgo de un lingote de plomo en Menorca con el nombre de Agrippa ha sido interpretado por Isabel Rodà como un testimonio de las exportaciones dirigidas a Roma con destino posiblemente a las nuevas conducciones de agua.

El 31 a. C., Agrippa tomó parte en la batalla de Actium, con la que Octaviano derrotó a Marco Antonio y se convirtió en el único gobernante de Roma. Su importante papel en la victoria le valió una condecoración en Roma y el desempeño del segundo consulado para el año 28 a. C. (compartido con Octaviano). Su promoción imparable se reforzó con un segundo matrimonio. Su nueva esposa era Claudia Marcella, sobrina de Octaviano (futuro Augusto), con la que tuvo varios hijos (Suetonio, Augusto 63, 1). Se ocupó entonces de confeccionar el censo con Octaviano y al año siguiente (27 a. C.), cuando éste se transformaba definitivamente en Augusto por la asunción de los poderes que le convertían en príncipe, Agrippa compartió con él el consulado (que para él era el tercero). Cuando el 23 a. C. Augusto obtuvo definitivamente la confirmación de su poder unipersonal por parte del Senado, Agrippa ya era su mano derecha y compartió con él el poder proconsular.

Fue nombrado procónsul de Asia, aunque al parecer no llegó a viajar allí, sino que gobernó mediante un legado, mientras él permanecía en Mitilene (Lesbos, Grecia) por causas no aclaradas y que las fuentes atribuyen a una cuestión de rivalidad política con Marcellus, por entonces marido de Iulia (Suetonio, Tiberio 10, 1; Dión Cassio 53, 32).

Volvió a Roma el año 21 a. C., muerto ya Marcellus (23 a. C.) y se divorció de Marcella para casarse con Iulia, la hija de Augusto, como culminación de una trayectoria de promoción personal y de acercamiento al príncipe, de cuya familia pasaba a formar parte.

Agrippa y Iulia tuvieron cinco hijos: Caius, Iulia, Lucius, Agrippina y Agrippa Postumus.

El 20 a. C. salió de Roma en dirección a la Galia, en donde dio un impulso a la vida municipal en ciudades como Nimes. A continuación se dirigió a Hispania, para poner fin a la conquista de la Península con la victoria sobre los cántabros (19 a. C.).

Tras la guerra, tuvo que hacer frente a un difícil proceso de desmovilización de los efectivos militares.

Sin embargo, la labor de Agrippa en Hispania no fue exclusivamente militar. Los testimonios en diversas ciudades hispanas dejan constancia de su paso por ellas, de su labor urbanizadora y patronazgo.

El objetivo político era la consolidación del principado instaurado por Augusto y de la línea dinástica que asegurara la continuidad del sistema, garantizando a un tiempo la aceptación de la familia imperial por parte de las comunidades hispanas.

Agrippa fue patrono (protector oficial de la ciudad) al menos de Emporiae (Ampurias, Girona), Ulia (Montemayor, Córdoba), Gades (Cádiz) y Carthago Nova (Cartagena. Murcia). En esta última, una inscripción en su honor (anterior al 12 a. C.) recordaba a su patrono en su condición de tres veces cónsul. En Ulia se honró también a su protector con un pedestal que formaba parte de un amplio conjunto epigráfico dedicado a la familia de Augusto y que, tras la muerte de Agrippa, continuó con sus hijos, al igual que ocurrió en otras ciudades peninsulares. En Augusta Emerita (Mérida, Badajoz), la que se convertiría en capital de la provincia de Lusitania, Agrippa fue el responsable de la construcción del teatro. Con tal motivo, fue honrado con la colocación de varias inscripciones en el edificio (16-15 a. C.), en las entradas y en las galerías de acceso. Una estatua suya recordaba en el foro de la colonia su importancia para la ciudad. A su muerte, sus hijos fueron también honrados allí cuando ya habían sido adoptados por Augusto (2 a. C.-2 d. C.). Las ciudades hispanas recordaron a Agrippa incluso años después de su presencia allí.

El año 18 a. C., Agrippa volvió a Roma, en donde recibió nuevos poderes (la potestad tribunicia y la renovación del poder militar como procónsul para otros cinco años). Permaneció allí durante la celebración de los ludi saeculares (aniversario de la fundación de la ciudad), en cuya organización colaboró con Augusto en calidad de vigintiviro (XX vir). Ese mismo año salió hacia Oriente, en donde permaneció hasta el 13 a. C.

para tratar directamente las relaciones con los hebreos y con los reinos del Ponto Euxino (Mar Negro). En verano de ese mismo año está de vuelta en Roma para recibir la renovación de sus poderes como corregente de Augusto por otros cinco años.

A comienzos del 12 a. C. viajó al Illyricum para proceder a la pacificación de Pannonia, aunque volvió pronto a Italia.

En marzo del año 12 a. C. murió en la Campania (la única noticia sobre su salud en vida procede de Plinio el Viejo, Historia Natural 23, 58), dejando al principado sin su virtual sucesor y frustrándose una vez más el proyecto dinástico de Augusto, que tuvo que dirigir su mirada hacia la siguiente generación.

Augusto pronunció su elogio fúnebre y sus cenizas se depositaron en el panteón familiar del príncipe.

Tres hijos de Agrippa y Iulia fueron progresivamente adoptados por el príncipe (vid. biografía de Augusto), aunque sus prematuras muertes dejaron finalmente el trono de Roma en manos de Tiberio, un hijo de Livia. Agrippa fue recordado por las siguientes generaciones de romanos como un hombre prudente, discreto y modesto (Suetonio, Augusto 66, 3). Fue responsable de la elaboración de un mapa del Imperio con información sobre todos los territorios. También se le atribuye una autobiografía, hoy perdida.

 

Obras de ~: Mapa del Imperio (ante 15 a. C.); [Autobiografía] (desapar.).

 

Bibl.: P. Rodhen, H. Dessau, Prosopographia Imperii Romani saec. I, II, III. Editio altera (PIR²), Pars III, Berlín, Walter de Gruyter, 1898, págs. 439-442, n.º V 457; M. Reinhold, Marcus Agrippa. A biography, Gèneve-New York, The W. F. Humphrey Press, 1933; L. Koenen, “Die laudatio funebris des Augustus für Agrippa auf einem neuen Papyrus (P. Colon. inv. nr. 4701)”, en Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik, 5 (1970), págs. 217-283; M. Koch, M. Agrippa und Neukarthago”, en Chiron, 9 (1979), págs. 205-214; J. M. Roddaz, “Un thème de la propagande augustéenne: l’image populaire d’Agrippa”, en Mélanges de l’École Française de Rome 92.2, (1980), págs. 947-956; U. Espinosa, Debate Agrippa-Mecenas en Dión Cassio: respuesta senatorial a la crisis del Imperio romano en la época severiana, Madrid, 1982; J. M. Roddaz, Marcus Agrippa, Roma, École française d’Archéologie de Rome (BEFAR 253), 1984; L. A. Curchin, “Marcus Agrippa’s gout”, en American Journal of Philology, 107 (1986), pág. 406; W. Trillmich, “Ein historisches Relief in Mérida mit Darstellung des M. Agrippa beim Opfer”, en Madrider Mitteilungen 27 (1986), págs. 279-304; U. Espinosa, “El problema de la historicidad en el debate Agripa- Mecenas de Dión Cassio”, en Gerión 5 (1987), págs. 289- 316; J. M. Roddaz, “Agrippa y la Península Ibérica”, en Anas, 6 (1993), págs. 111-126; W. Ameling, “Augustus und Agrippa. Bemerkungen zu PKöln VI 249”, en Chiron, 24 (1994), págs. 1-27; J. M. Abascal, “Programas epigráficos augusteos en Hispania”, en Anales de Arqueología Cordobesa 7, (1996), págs. 45-82; D. Kienast, Römische Kaisertabelle. Grünzuge einer römischen Kaiserchronologie, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1996, págs. 71-73; J. M. Abascal y S. Ramallo, La ciudad de Carthago Nova: la documentación epigráfica, Murcia, Universidad de Murcia, 1997, n.º 42; I. Romeo, Ingenuus Leo: L’immagine di Agrippa, Roma, L’Erma di Bretschneider, 1998; M. Navarro Caballero, “Agrippa et Caesaraugusta: relecture”, en Epigraphica, 64 (2002), págs. 29-56; I. Rodà, “Agrippa y el comercio del plomo”, en Mastia 3 (2004), págs. 183-194.

 

María del Pilar González-Conde

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares