Grillo, Domingo. Marqués de Clarafuente (I). ?, p. m. s. XVII – Madrid, c. 1682. Asentista del Rey y tesorero general de la Santa Cruzada.
Domingo Grillo constituyó una compañía de negocios junto a Ambrosio Lomelín para trabajar como banqueros en Madrid. Ambos firmaron varios asientos de dinero con la Corona en la década de 1650. Su importancia dentro del grupo de banqueros les permitió eludir el decreto de suspensión de pagos firmado en 1652 y la posterior bancarrota de 1662.
Domingo Grillo y Ambrosio Lomelín fueron tesoreros generales de la Santa Cruzada. Su compañía se hizo cargo también de gestionar varias rentas reales, aunque la operación que más trascendencia tuvo fue, sin duda, la firma de un asiento de negros en régimen de monopolio en 1662. Este contrato se vinculó a otro para que se fabricasen diez galeones en Vizcaya: cuatro para la armada del mar océano y seis para la carrera de Indias. No era ésta la primera vez que ambos genoveses invertían en el sector de la construcción naval.
Su asiento de esclavos suscitó muchas suspicacias en el consulado de Lima y también en Sevilla. Casi desde el comienzo se les acusó de incumplir su contrato por extralimitarse en sus prerrogativas y ocultar el número de esclavos que realmente introducían en América.
Esas acusaciones dieron origen a varios pleitos y a continuos desencuentros entre los dos genoveses y la Corona. Grillo y Lomelín sólo llegaron a construir cuatro de los diez navíos pactados.
La muerte de Ambrosio en 1667 no impidió que Domingo continuase trabajando con sus herederos hasta 1675. Desde 1668 empezó a delegar en su sobrino Francisco Grillo de Mari muchos de sus negocios, en especial los relacionados con las provisiones de dinero a la Corona. En 1670 se le volvió a acusar de fraude en el asiento de esclavos negros, así como de aprovechar su presencia en el Nuevo Mundo para introducir mercancías de contrabando. Esas acusaciones dieron lugar a un nuevo pleito en 1677, cuya resolución llegó tres años más tarde. La Real Hacienda reconoció la deuda que tenía con Domingo y éste aceptó esa liquidación solicitando el pago en la Santa Cruzada, renta que él mismo controlaba al ser su tesorero.
En el verano de 1678 uno de sus sobrinos fue asesinado.
El incidente conmocionó la Corte, pero aún fue más impactante que unos desconocidos ayudasen a escapar al único sospechoso encarcelado. Al final de su vida, en 1682, Domingo obtuvo el título de marqués de Clarafuente, que muy poco después pasó a su sobrino Francisco Grillo de Mari.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Consejo y Juntas de Hacienda, leg. 1071; Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 13214, FC Hacienda, lib. 7897, 7903; Biblioteca Nacional de España, Manuscritos, 2409.
C. Scelle, Le traite negriére aux Indes de Castille, Paris, 1906; A. Domínguez Ortiz, Política y Hacienda de Felipe IV, Madrid, Editorial de Derecho Financiero, 1960, pág. 99; M. Vega Franco, El tráfico de esclavos con América (Asientos de Grillo y Lomelín, 1663-1674), Sevilla, EEHS, 1984; E. Grendi, “Capitazioni e nobilità genovese in eta moderna”, en La República aristocrática dei Genovesi, Bologna, 1987, pág. 36; H. Kamen, La España de Carlos II, Barcelona, Crítica, 1987, pág. 413; C. Sanz Ayán, Los banqueros de Carlos II, Valladolid, Universidad, 1989, págs. 318-319; F. Ruiz Martín, Las Finanzas de la Monarquía Hispánica, Madrid, Real Academia de la Historia, 1990, pág. 159; C. Álvarez Nogal, Los banqueros de Felipe IV y los metales preciosos americanos (1621-1665), Madrid, Banco de España, Servicio de Estudios, 1997, pág. 87.
Carlos Álvarez Nogal