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Andrea Piquinoti

Biografía

Piquinoti, Andrea. Génova (Italia), c. 1603 – Madrid, c. 1670. Banquero, factor general del rey, miembro del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda, depositario de los reales gastos secretos.

Andrea Piquinoti fue uno de los grandes financieros genoveses de la Corona española en la segunda mitad del reinado de Felipe IV, destacando especialmente durante las décadas de 1650 y 1660. Antes de instalarse en España, había trabajado en Amberes junto a su socio, Lázaro Benito, con quien fundó una compañía.

Durante esos años tuvo intensos contactos con otros asentistas portugueses de la Corona española, un rasgo que se acentuó en cuanto se estableció en Madrid. Por ejemplo, destaca su estrecha relación con Sebastián Cortizos, con quien llegó a firmar conjuntamente varios asientos a partir de 1650 destinados al Ejército que combatía en Portugal.

Su llegada a España estuvo forzada por la repentina enfermedad y muerte de su hermano Francisco María en 1641. Andrea no tuvo más remedio que venir a sustituirle al frente de su casa de negocios. Su mejor momento llegó tras la bancarrota de 1652, año a partir del cual se hizo cargo de la Factoría General del Rey, sustituyendo en ese cargo a Juan Esteban Imbrea.

Desde entonces gozó de la reserva de sus juros y de otros privilegios propios de su cargo. En 1654 se le entregaron 60.000 ducados en juros para venderlos en nombre de la Real Hacienda y financiar sus provisiones por vía de factoría. Entre 1652 y 1665, Andrea fue el banquero más importante de la Monarquía, destacando en las provisiones a Flandes. Allí contó con la colaboración de Gio Stefano Spínola, que fue su procurador en Amberes.

Su cargo de factor general del Rey le permitió controlar la mayor parte del metal precioso de la Corona, tanto el que procedía de América, como el de la exportación de lana. Actividad, esta última, en la que él mismo participó en diversas ocasiones, exportando dicha materia prima a Flandes. En 1657 entró a formar parte del Consejo de Hacienda, y en 1665 se le arrendó la bula de Cruzada de Castilla. Entre 1664 y 1670 se le nombró depositario de los gastos secretos del Rey.

Entre sus muchas operaciones crediticias destaca el préstamo de un millón de ducados de vellón que concedió para el viaje de Felipe IV hasta la frontera de Francia en 1660. A cambio de este servicio, aquel año recibió como consignación el 20 por cien del valor de todas las rentas reales.

Andrea fue acusado de cometer irregularidades en su servicio al Rey. A raíz de estas denuncias, se registró su casa en agosto de 1662, inventariando todos sus papeles, libros, escrituras y dinero. Esta ruidosa acción dañó su reputación. Además, ese mismo año resultó afectado por la suspensión de pagos decretada a instancias del conde de Castrillo. Todo ello no le impidió, continuar prestando su crédito al Rey hasta su muerte en 1670, aunque durante esos años redujo su intensidad.

En 1665, su sobrino, Ansaldo Piquinoti, fue el titular de las consignaciones que se le pagaron en la Casa de la Contratación. Se calcula que en 1668 la Real Hacienda le debía 5.000.000 de ducados, de los cuales 800.000 estaban librados en la Casa de la Contratación y en la Casa de Moneda de Sevilla.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Consejo y Juntas de Hacienda, 972, 976, 980, 981, 988, 996, 1006, 1007, 1023, 1055, 1062, 1081, 1082; Archivo Histórico Nacional, FC_Hacienda, lib. 7892, 7894, 7897; Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Madrid, Protocolos, 5458, 7782; Archivo General de Indias, Contaduría, leg. 375A-2.

J. Barrionuevo de Peralta, Avisos del Madrid de los Austrias y otras noticias, IV, 457 (26 de agosto de 1662) (ed., introd., y glosario de J. M. Díez Borque, Madrid, Consejería de Educación y Cultura-Castalia, 1996); A. Domínguez Ortiz, Política y Hacienda de Felipe IV, Madrid, Edit. de Derecho Financiero, 1960, pág. 111; M. Garzón Pareja, La Hacienda de Carlos II, Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1980, pág. 170; H. Kamen, La España de Carlos II, Barcelona, Crítica, 1987, pág. 566; C. Sanz Ayán, Los banqueros de Carlos II, Valladolid, Universidad, 1989, págs. 176-177, 237 y 323-325; F. Ruiz Martín, Las Finanzas de la Monarquía Hispánica, Madrid, Real Academia de la Historia, 1990, pág. 129; C. Álvarez Nogal, Los banqueros de Felipe IV y los metales preciosos americanos (1621-1665), Madrid, Banco de España, Servicio de Estudios, 1997; El crédito de la Monarquía Hispánica durante el reinado de Felipe IV, Valladolid, Consejería de Educación y Cultura, 1997.

 

Carlos Álvarez Nogal