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Baltasar Pardo de Figueroa y Lopidana

Biografía

Pardo de Figueroa y Lopidana, Baltasar. Betanzos (La Coruña), 3.I.1619 – Sucre (antes La Plata) (Bolivia) o Lima (Perú), c. 1675. Gobernador de Tucumán, general de la Armada del Mar del Sur.

Fue hijo de Ares Pardo de Figueroa, caballero de la Orden de Santiago, gobernador militar de La Coruña y Ferrol, señor de las casas y solar de Figueroa y Cela, y de María de Lopidana (o Lupidana) y Guevara, hija del licenciado Juan Díaz de Lupidana, oidor de las reales audiencias de Valladolid, primero, y de Charcas después (o de La Plata, en el virreinato de Perú). Inició pronto su carrera militar en la Escuadra de Vizcaya (con sede en La Coruña), participando en el socorro de Guipúzcoa y de Flandes. En 1637 formó parte de la armada que zarpó de La Coruña hacia Flandes, a las órdenes del general Lope de Hoces, prestando notables servicios y destacando por sus acciones militares. También estuvo en la expedición de Alonso de Idiáquez a La Rochelle (Francia). En 1638, nuevamente en la escuadra de Lope de Hoces, se halló en el desastre de Guetaria; la flota fue destrozada por los franceses, pero salvó la vida en el incendio de su navío. Formó parte después de una compañía de Infantería que, desde Asturias, acudió en ayuda de Fuenterrabía, sitiada por los franceses.

En 1639 pasó a Perú, acompañando al virrey Pedro de Toledo y Leyva, marqués de Mancera. Tres años después fue nombrado gobernador del Tucumán, cargo en el que permanecería hasta 1644. Aunque fuera de los límites de su jurisdicción territorial, recibió también el encargo de defender el puerto de Buenos Aires, que vivía bajo la amenaza de la invasión portuguesa, confiándosele el mando tanto de la tropa organizada por la Audiencia de Charcas, como de la que reclutó él mismo, especialmente en Córdoba (entonces perteneciente al Tucumán). Este encargo le obligó a salir del territorio de su gobernación y a llevar consigo tropas y recursos extraídos de él, lo que le produjo no pocos problemas; pero consiguió evitar la amenaza portuguesa.

Ocupó después los cargos de corregidor y justicia mayor de Canta (Perú), corregidor de Sabana (Colombia), Sabanilla (Barranquilla, Colombia) y Zaña (Perú), gobernador del presidio de Callao (Perú) y contador mayor de Chuquisaca (departamento boliviano al que pertenece Sucre), y finalmente fue nombrado general de la Armada del Mar del Sur, “que baxa con la plata de su Majestad a Tierra-Firme”. Caballero de la Orden de Santiago en 1653, le fue concedido por Real Decreto de Carlos II de 6 de mayo de 1675, el título de marqués de Figueroa, pero debió de fallecer antes de que fuera firmada la Real Cédula el 10 de octubre de 1679 a favor de su hijo mayor Baltasar, por lo que éste figura a veces como I marqués.

En Abegondo (La Coruña) se conserva hoy el “Pazo de Figueroa”.

Contrajo matrimonio en La Plata (hoy Sucre, Bolivia) con Juana de Sotomayor y Ondegardo, natural de esa ciudad, hija del extremeño Cristóbal de Sotomayor Manrique y de Ana de Ondegardo y Ribera (natural también de La Plata y descendiente de los célebres licenciados Juan de Matienzo y Polo de Ondegardo, y de Rodrigo de Contreras, gobernador y capitán general de Nicaragua). Sus hijos fueron Baltasar, natural de La Plata, marqués de Figueroa (y, según Salazar y Castro, I marqués de Mántaras), por quien continuó la línea, que casó con su prima hermana Juana Pardo de Figueroa y Prada (hija de Juan Pardo de Figueroa, hermano mayor de Baltasar Pardo, caballero de Santiago y gobernador militar de La Coruña, y de Ana de Cadórniga Sarmiento), progenitores también de los condes de Guaro, de Bornos y del Campo de Alange, de los marqueses de Castelar y de los vizcondes de Fefiñanes; José, I marqués de La Atalaya, capitán de Caballería en Perú, sin sucesión; Bernardo, que casó en Lima con Margarita de Luján y Acuña, con sucesión; Juana, que casó con Nuño Spínola de Villavicencio, también con sucesión; Juan, caballero de Santiago, como todos sus hermanos varones; y otra hija de la que se sabe que casó con Fernando Bravo de Lagunas, sin sucesión.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Consejo de Órdenes, OM, Caballeros Santiago, exp. 6240 y 6244; Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, D-19 fol. 138, D-29 fol. 27v., E-14 fols. 75-76; leg. 31, carpeta 6 n.º 6.

A. Ramos, Aparato para la corrección y adición de la obra que publicó en 1769 el Doctor D. Joseph Berni y Catalá, Málaga, Impresor de la Dignidad Episcopal, 1777, págs. 215 y 228- 229; A. y A. García Carraffa, Enciclopedia heráldica y genealógica hispano-americana. Diccionario de Apellidos, t. LXVI, Madrid, 1951; A. Figueroa Melgar, Estudio histórico sobre algunas familias españolas, Madrid, Editorial Dawson & Fry, 1965, págs. 285-291; A. Vilanova Rodríguez, Los gallegos en la Argentina, t. I, pról. de C. Sánchez-Albornoz, Buenos Aires, Ediciones Galicia, 1966, págs. 82-86; C. Fernández Duro, Armada Española. Desde la unión de los Reinos de Castilla y de Aragón, t. IV, Madrid, Museo Naval 1972, págs. 169 y ss.; X. A. García González-Ledo, Heráldica de Abegondo, La Coruña, Imprenta Mundo, 1994, pág. 83.

 

Pedro Rodríguez-Ponga y Salamanca

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