Álvarez de Arenales de Uriburu, María Josefa. Salta (Argentina), 1.IX.1807 – Buenos Aires (Argentina), 15.VI.1890. Dama.
Fueron sus padres el brigadier general Juan Antonio Álvarez de Arenales, héroe de la emancipación americana y gobernador de Salta, y Serafina Hoyos y Torre, perteneciente a una familia de prestigiosa estirpe en Salta. Desde su temprana infancia fue testigo de momentos claves para la historia de su país. Contaba con nueve años cuando en 1816 se juró la independencia de las provincias del Río de la Plata. Tal acontecimiento motivó una celebración en su provincia y —según relatan las crónicas de la época— fue ella la elegida por las damas patricias salteñas para entregar al gobernador, general Martín Güemes, una corona de laureles —símbolo de la gloria eterna— que el mandatario colocó sobre los pliegues de la bandera nacional. Ya jovencita hizo donación de valiosas pertenencias personales para contribuir con el equipamiento de los ejércitos patriotas. Por esta actitud, en 1820 José de San Martín —en su carácter de Protector del Perú— la condecoró con una banda y una medalla y le remitió desde el Perú un pergamino en reconocimiento al patriotismo que tal gesto demostraba.
En abril de 1823, María Josefa contrajo matrimonio con el militar Evaristo de Uriburu y Hoyos en la parroquia de la catedral de Salta. Fue una dama con una activa participación social en la vida de su provincia, especialmente entre 1823 y 1826, en que su padre ejerció la gobernación. Luego, y por causas políticas, cuando éste fue depuesto por Gorriti en 1827 y se vio forzado al exilio en Bolivia, María Josefa y su esposo lo acompañaron. En abril de 1831, su esposo fue designado gobernador delegado de Salta, razón por la cual, la dama volvió a ganar protagonismo en la escena social y política de su provincia.
Esto fue transitorio, ya que Uriburu debió también seguir el camino del exilio por sus ideas unitarias. De esta forma, pudo María Josefa reencontrarse con su padre y acompañarlo en su enfermedad y deceso, ocurrido en diciembre de 1831. En 1832, el matrimonio regresó a Salta y Evaristo desempeñó la gobernación en diversas oportunidades: 1835, 1845, 1851 y 1862.
Finalmente, en 1862 la revolución local contra las familias gobernantes obligó a la familia a trasladarse a Buenos Aires, donde tuvo un relevante papel en los círculos sociales más encumbrados. Fue en esta ciudad donde María Josefa recibió el cráneo de su padre, el cual fue conservado por la familia hasta 1959, fecha en que fue colocado en el Panteón de Salta. De su matrimonio nacieron varios hijos, entre ellos el general Napoleón Uriburu, Serafina de Uriburu y Álvarez de Arenales —madre del teniente general José Félix Uriburu, presidente provisional de la Nación entre 1930 y 1932—, el doctor José Evaristo Uriburu y Álvarez de Arenales, quien tuvo importantes funciones a nivel nacional, llegando a ser presidente de la Nación entre 1895 y 1898 y luego senador nacional desde 1901.
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Andrea María Bau