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García de Arredondo

Biografía

Arredondo, García de. Limpias (Cantabria), c. 1555 – 1619. Escultor.

Formado y establecido en Burgos, fue oficial de Martín de la Haya, escultor renacentista burgalés, y colaborador en obras tan singulares como el retablo y la sillería de la capilla de la Visitación de la catedral de Burgos. Además, debió de sucederle en el taller cuando Martín, en 1583, tomó hábitos de fraile en el convento premostratense de Bujedo de Juarros.

El arzobispo de Burgos, Cristóbal Vela, le encargó, en 1583, a los pocos meses de instalarse como artífice independiente, la silla arzobispal en el coro catedralicio, hecho que realza la temprana y alta consideración del escultor. En este mismo año, el regidor burgalés Diego López Gallo le confió el retablo para su capilla en el convento de San Pablo extramuros. Debía realizarlo junto a Antonio de Elejalde, cabeza del otro gran taller de escultura en Burgos, pero la inmediata muerte de Elejalde hizo que Arredondo acometiera la obra en solitario.

De su abundante producción en tierras burgalesas, destacan los retablos de Santa María de Villadiego (1592); de Pedrosa del Páramo (1593-1596), realizado en colaboración con Miguel de Quevedo; de Hormaza, retablo para el que disponía de licencia para realizarlo desde 1586, pero contratado en 1596 y ejecutado a partir de 1600; de Salazar de Amaya (1596); de Santa María Ananúñez (1600-1602), que fue contratado según traza de Pedro de Torres, escultor de Toledo que trabajó por Burgos y Palencia, y que Arredondo realizó por traspaso que le hicieron Martín Ruiz de Zubiate, Luis Gabeo y Pedro de Alloitiz. También es autor de los magníficos relicarios o sagrarios monumentales de Hinestrosa, Grijalba, Villanueva de Odra, Olmos de Riopisuerga, Tagarrosa y Melgar de Fernamental, que responden al interés manifestado por preservar el Santísimo Sacramento en las Constituciones Sinodales del arzobispado de Burgos emanadas a partir del Concilio de Trento.

Fuera de la archidiócesis de Burgos realizó para la cofradía de la Quinta Angustia de Tudela de Duero (Valladolid) un soberbio retablo que se guarda en el humilladero que regentaba la cofradía (1598). De 1602 a 1606 trabajó para el convento de San Francisco en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). Las obras de escultura a realizar en este convento, refundado y elegido como panteón por fray Bernardo de Fresneda que había estudiado en él y llegó a ser confesor del rey Felipe II, obispo de Cuenca y arzobispo de Zaragoza, se encargaron a tres grandes escultores del momento: García de Arredondo, Hernando de Murillas y Pedro González de San Pedro, discípulos de Pedro de Arbulo y Juan de Anchieta, respectivamente, los dos últimos.

El escultor montañés se ocupó del retablo lateral de Santiago, de la imagen de san Ambrosio en el altar mayor y de tallar en alabastro el sepulcro de fray Bernardo de Fresneda, promotor de las obras.

En 1599 se estableció con su esposa e hijos en su pueblo natal y, además de atender las obras que contrataba en la Meseta, inició una intensa actividad en La Montaña. En 1612 Arredondo tasó el retablo de Nuestra Señora de Ajo (Cantabria). Al año siguiente realizó los retablos laterales de Carasa (Cantabria) y, a continuación, el retablo de la capilla de los Rada en la parroquia de San Ginés de Rada (Cantabria).

No se conserva el retablo que hizo, en 1616, para la capilla de Felipe Sierra en el convento de San Francisco de Santander, ni el adorno del retablo del Cristo en la colegial de Santander. En 1615 comenzó a ocuparse del retablo mayor de Guriezo, la obra de mayor empeño entre las realizadas en Cantabria, pero que no pudo concluir por sobrevenirle la muerte en 1619. La intensa actividad final de Arredondo en Cantabria originó la formación de uno de los focos artísticos más relevantes del siglo xvii: el taller de Limpias.

Obras de ~: Silla arzobispal del coro de la catedral, Burgos, 1583; Retablo para la capilla de Diego López Gallo en el convento de San Pablo Extramuros, Burgos, 1584; Retablo de Santa María, Villadiego (Burgos), 1592; retablo, Pedrosa del Páramo (Burgos), 1593-1596; Retablo, Hormaza (Burgos), 1596; Retablo, Salazar de Amaya (Burgos), 1596; Retablo de la Quinta Angustia, humilladero de Tudela de Duero (Valladolid), 1598; Retablo, Santa María Ananúñez (Burgos), 1600-1602; Sepulcro de fray Bernardo de Fresneda en el convento de San Francisco, Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), 1602-1606; Retablos laterales de Carasa (Cantabria), 1613; Retablo de la capilla de los Rada, parroquia de San Ginés de Rada (Cantabria), c. 1613; Relicario, Hinestrosa (Burgos); Relicario, Grijalba (Burgos); Relicario, Olmos de Riopisuerga (Burgos); Relicario, Tagarrosa (Burgos) y Relicario, Melgar de Fernamental (Burgos), s. f.

 

Bibl.: I. García Rámila, “Documentos de antaño”, en Boletín de la Institución Fernán González, n.º 130 (1955), págs. 421-425; M.ª C. González Echegaray, Documentos para la historia del arte en Cantabria: Escultores, entalladores y pintores de los siglos xvi al xviii, Santander, Diputación Provincial, 1971, págs. 13-25; A. C. Ibáñez Pérez, “El escultor García de Arredondo en Burgos”, en Boletín del Seminario de Arte y Arqueología, LVI (1990), págs. 479-498; J. J. Polo Sánchez, La escultura romanista y contrarreformista en Cantabria (c. 1590-1669), Santander, Fundación Marcelino Botín, 1994, págs. 65-72; A. A. Barrón García, “Los escultores Rodrigo y Martín de la Haya”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, LXVI (1996), págs. 60-66; “El retablo de Santa Clara de Briviesca en el romanismo norteño”, en Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, LXXVIII-LXXIX (1999), pág. 262; A. C. Ibáñez Pérez, “Arquitectura, escultura, pintura y artes menores del siglo xvi”, en I. González Gallego, Historia de Burgos. III. Edad Moderna (3), Burgos, Caja de Burgos, 1999, págs. 127-128.

 

Aurelio A. Barrón García

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