Nieremberg y Ottin, Juan Eusebio. Madrid, 9.IX.1595 – 2.IV.1658. Jesuita (SI), filósofo, teólogo y polígrafo.
Hijo de alemanes, nació, vivió la mayor parte de su vida y murió en la ciudad que iba a ser la capital de España. Gottfried Nieremberg, su padre, y Regina Ottin, su madre, eran servidores de María de Austria, hija de Carlos V, hermana de Felipe II y esposa del emperador Maximiliano II. Fueron contratados sus padres en la misma tierra germánica. Al quedarse viuda en 1576, María volvió a la Península, llevándose con su corte y servidores a los padres de Juan Eusebio Nieremberg. Como al nacer él en 1595, llevaban ya casi veinte años de vida en un ambiente exclusivamente ibérico, resulta difícil determinar cuál pudo ser el grado de germanismo en el que iba a ser uno de los autores ascéticos más leídos del Siglo de Oro. ¿Se consideró a sí mismo como alemán o como español? Proponer una disyuntiva de ese tipo es a la vez equivocarse sobre la mentalidad del tiempo, anterior al nacimiento del concepto moderno europeo de las nacionalidades y desconocer la complejidad del sentimiento austrohispanista, tan fuerte durante la mayor parte del Siglo de Oro, como base de la lealtad de tantos para con los reyes de España. Los datos proporcionados por sus obras de asunto histórico o político no resultan muy aclaradores en cuanto al germanismo o al españolismo de Nieremberg. En Devoción y patrocinio de San Miguel (1643), propuso cambiar la protección sobrenatural de España y sustituir al desprestigiado Santiago por el arcángel san Miguel, que era ya protector de la casa de Austria. En Corona virtuosa y virtud coronada (1643), reunió en un mismo libro las glorias pasadas de Castilla y las del Sacro Imperio para proponerle sus ejemplos al príncipe Baltasar Carlos. Lo cierto es que la educación que recibió fue española y que hasta su exaltación dinástica puede considerarse como española. Además, no escribió ni una sola línea en alemán, redactando sus numerosísimas obras en castellano (aproximadamente 5.740 páginas folio, o sea el 60 por ciento, más o menos) y en latín (aproximadamente 5000 páginas folio, o sea aproximadamente el 40 por ciento).
La mediocridad de su biografía, escrita por Alonso de Andrade y publicada en el tomo V de Varones Ilustres de la Compañía de Jesús (Madrid, 1660), las lagunas de los documentos conservados en el Archivo Romano de la Compañía de Jesús y la quema de los documentos relacionados con el Colegio Imperial a raíz de los motines y levantamientos madrileños de los siglos XIX y XX corta los pasos para siempre a cuantos intentaran escribir una vida detallada de Juan Eusebio Nieremberg. Sólo se pueden dar unos pocos acontecimientos biográficos ciertos: se educó en Madrid y a los catorce o quince años ya había terminado sus Humanidades y su Latinidad en el Colegio Imperial, colegio de los jesuitas que debe su denominativo a María de Austria y que iba a transformarse en universidad. A continuación se fue a Salamanca con el propósito de estudiar las carreras de Derecho y Derecho Canónico. Tras una crisis espiritual, hizo los ejercicios espirituales a los diecinueve años e ingresó en la Compañía de Jesús (Salamanca, 31 de marzo de 1614). Como tenía que ser miembro de la Provincia de Toledo, no de la de Castilla la Vieja, efectuó su noviciado en Villagarcía, Navalcarnero y Madrid. Pronunció sus primeros votos de escolar (3 de abril de 1616), antes de que sus superiores lo enviasen a Huete para mejorar su latín y sobre todo para aprender el griego y el hebreo. En 1619 residía en el Colegio de Alcalá de Henares, poseyendo el grado de metafísico y dedicando sus esfuerzos al estudio de las Artes y de la Teología en la Universidad. Tras un año como profesor de Latín en un colegio no identificado, residió otra vez en Alcalá (1617-1623). En Alcalá también se fijó para siempre el estilo de su vida personal: una vida modélica de scriptor jesuita, muy sedentario, siempre metido en los libros. Se ordenó sacerdote en 1623, prosiguiendo su labor intelectual. El año de 1628 señaló la transformación del Colegio Imperial de Madrid en Universidad, donde se le atribuyó la Cátedra de Ciencias Naturales, encontrándose en su primera lección Lope de Vega, quien la celebró con un poema, la “Isagoge”. Cinco años más tarde hizo la profesión solemne de cuatro votos (4 de julio de 1633), añadiendo a su Cátedra de Ciencias Naturales la de Sagrada Escritura, asumiendo largo tiempo ambas asignaturas, semejantes las dos en su mente y en la de muchos contemporáneos suyos: tanto el mundo visible como la Biblia sería un enigmático florilegio de los símbolos con los cuales Dios se dirige a los hombres para suscitar su fe. Su intensísima labor intelectual sólo la limitó en parte una enfermedad —¿crisis de parálisis?— padecida a la edad de cincuenta años (1645) y hasta su muerte a los sesenta y tres años (2 de abril de 1658).
Sus obras latinas exponen un complejo pensamiento filosófico y teológico, o comentan de la Sagrada Escritura.
Su obra más conocida y más leída tanto en el orbe hispánico como fuera de él fue indudablemente su tratado ascético De la diferencia entre lo temporal y eterno o crisol de desengaños (1640). Fue el primer libro que se publicó enteramente en idioma guaraní (1706) y también el más antiguo libro impreso en lengua árabe y en un país árabe (siglo XVIII, siendo creada la imprenta árabe en Italia durante el siglo XVI). Esta obra fue plagiada por el escritor inglés anglicano Jeremy Tailor y sirvió de fuente para Jacinto Verdaguer cuando escribió la Atlàntida. Pero Nieremberg fue ante todo un erudito y un pensador neoplatónico, quizás más plotiniano que propiamente agustiniano, y muy típico del barroquismo. En algunas de sus obras latinas se encuentran las bases teóricas de la cosmovisión de Pedro Calderón de la Barca: ambos autores reflejan el ambiente intelectual del Colegio Imperial de Madrid.
Obras de ~: De Adoratione in Spiritu et Veritate, Amberes, B. Moretus, 1631; De Arte Voluntatis, Lyon, J. Cardon, 1631; Historiae Naturae, Amberes, B. Moretus, 1635; Theopoliticus, Amberes, B. Moretus, 1641; De Origine Sacrae Scripturae, Lyon, P. Prost, 1641; Stromata Sacrae Scripturae, Lyon, G. Bourgeat, L. Anisson, 1642; Doctrinae asceticae, Lyon, G. Boissat, L. Anisson, 1643; Varones Ilustres de la Compañía de Jesús, Madrid, María de Quiñones, 1643, 1644, 1645, 1647, 4 ts.; Homiliae Catenatae, Lyon, J. Baudrand, 1649; Las obras ascéticas castellanas se encuentran reunidas en Obras Cristianas, Espirituales, Filosóficas, Madrid, Domingo García y Morras, 1651, 3 ts. (2.ª ed., Madrid, Imprenta Real, 1665; 3.ª ed., Sevilla, Lucas Martín de Hermosilla, 1686; Obras escogidas del Padre J. E. Nieremberg, est. prelim. y ed. de E. Zepeda-Henríquez, Madrid, Atlas, 1957, Biblioteca de Autores Españoles, 103 y104); Trophaea Mariana, Amberes, J. Cnobbar, 1658; Doctor Evangelicus, Lyon, F. Comba, 1659; Hieromelissa Bibliotheca, Lyon, H. Boissat, 1659; Opera Parthenica, Lyon, C. Bourgeat, M. Liétard, 1659; Epistolario, Madrid Espasa Calpe, 1945 (eds. y trads. en C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, vol. V, cols. 1725-1766; IX, 720-721; XII, 1166-1167).
Bibl.: A. de Andrade, “Vida del muy espiritual y erudito Padre J. E. Nieremberg”, en Varones Ilustres de la Compañía de Jesús, vol. VIII, Madrid, Alonso de Paredes, 1660, págs. 1-57; “Censura e idiomas en la España del Siglo de Oro: “Nieremberg”, en M. Villar (dir.), Dictionnaire de Spiritualité, Paris-Beauchesne, 1932-1995, fas. 72-73, págs. 338-335; V. Capánaga, “San Agustín y el P. Nieremberg, en Augustinus, III (1958), págs. 529-540; I. Iparraguirre, “Un escritor ascético olvidado, el Padre J. E. Nieremberg”, en Estudios Eclesiásticos, XXXII (1958), págs. 427-448; J. Van Praag, “La primera edición de De la diferencia entre lo temporal y eterno”, en Boletín de la Real Academia, 38 (1958), págs. 429-434; C. Bleiberg y J. Marías, Diccionario de la literatura española, Madrid, 1964, págs. 556-557; H. Didier, “Nieremberg”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1773-1775; “Denys l’Aréopagite dans l’oeuvre de J. E. Nieremberg”, en Revue d’Histoire de la Spiritualité (Paris), n.° 201 (1975), págs. 137-150; H. Didier, Vida y pensamiento de Juan Eusebio Nieremberg, Madrid, Universidad Pontificia de Salamanca, Fundación Universitaria Española, 1976; “J. E. Nieremberg como escritor neolatino”, en IV Congreso de la A.I.S.O, Alcalá de Henares, Universidad, 1998, págs. 543-547; “J. E. Nieremberg, exegeta barroco”, en V Simposio Bíblico Español, Valencia, Fundación Bíblica Española, 1999, págs. 333-344.
Huges Didier