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Antonio Samper

Biografía

Samper (o Sampere), Antonio. Alcoy (Alicante), 31.XII.1744 – Cádiz, 21.V.1812. Militar y escritor, mariscal de campo e ingeniero general del Cuerpo de Ingenieros.

Ingresó como cadete del Regimiento de infantería de África el 1 de agosto de 1762, con el que tomó parte en la campaña de Portugal en ese año, participando en el sitio y toma de Almeida el 25 de agosto y en la rendición de Salvatierra en el marco de la Guerra de los Siete Años (1756-1763).

Estudió en la Real y Militar Academia de Matemáticas de Barcelona, siendo admitido en el Cuerpo de Ingenieros el 3 de noviembre de 1767, después de aprobar los exámenes de suficiencia como subteniente e ingeniero delineador. Era enviado a las obras del castillo de San Fernando de Figueras, donde permaneció hasta 1770, en que se le destinaba a Barcelona, desde donde se le mandó a servir en la construcción del Camino Real de Madrid a Valencia.

En 1774 seguía trabajando en el Camino Real de Madrid a Valencia (en ese año se dividía el Cuerpo de Ingenieros en tres secciones o ramos: el ramo de Academias Militares, el ramo de Fortificaciones del Reino y el ramo de Caminos, Puentes, Edificios de Arquitectura Civil, y Canales de Riego y Navegación), cuando recibió la orden de trasladarse a Guatemala para la reedificación de la ciudad destruida por un terremoto, aunque no llegó a incorporarse a su nuevo destino.

Promovido a teniente el 29 de agosto de 1775, participó en un nuevo conflicto con Inglaterra, asistiendo como voluntario al sitio de Gibraltar en 1779, desde donde era destinado en las islas Canarias. En las citadas islas intervino en el reconocimiento de todas las fortificaciones de la isla de Tenerife con el ingeniero Amat de Tortosa, elaborando posteriormente un informe que entregaban en abril de 1780. También realizó obras de carácter religioso, como la torre de la iglesia de la Concepción en Santa Cruz de Tenerife.

En 1780 se le ordenó pasar a Bahía en Brasil, para formar parte de la expedición al mando del conde de Argalejos al Golfo de Guinea, con el objetivo de establecer los presidios de Annobón y Fernando Poo, de donde volvían a Bahía en febrero de 1782.

Fue promovido a capitán e ingeniero ordinario el 25 de junio de 1782, regresando a Madrid, de donde pasó sucesivamente destinado a Cartagena, Orán y Valencia, trabajando en las fortificaciones de Alicante y de Peñíscola. En 1788 inspeccionaba las fortificaciones de la costa de Galicia, Asturias y Santander.

En 1789 estaba en la Dirección de Ingenieros de Extremadura, siendo promovido a ingeniero en segundo por antigüedad el 24 de julio de 1792 y destinado al Principado de Cataluña como jefe de la Comandancia de Ingenieros de Tortosa. En ese mismo año pasaba como director de las obras de construcción del castillo de San Fernando de Figueras, al tiempo que era ascendido al grado de teniente coronel (los oficiales de Ingenieros y Artillería podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de Grado del Ejército, y efectivo en el mismo).

En 1793 con ocasión de la guerra contra Francia (Guerra de la Convención) fue destinado al ejército del Rosellón como primer ayudante del cuartel maestre general, siendo ascendido a coronel del Ejército el 10 de octubre del mismo año. En la citada campaña asistió a la defensa de Colliure al capitular la plaza el 26 de mayo de 1794. Al finalizar la contienda se le ascendía a brigadier en la promoción del 4 de septiembre de 1795.

En 1796 era destinado a la Dirección Subinspección de Ingenieros de Galicia. Al siguiente año, y como fruto del trabajo de una comisión, emitía un informe junto a otros ingenieros titulado Dictamen de la brigada de Oficiales Generales para reconocer las fronteras de Francia y sus plazas de guerra, compuesta dicha brigada de Tomás Morla, Gonzalo O´Farril y Antonio Sampere.

En 1798 se le nombraba vocal y secretario de la Junta de Fortificaciones de Indias y al siguiente año, teniente del rey de la Habana y segundo cabo de la isla, aunque no pudo hacerse cargo de su nuevo destino debido a la guerra con Inglaterra. Fue ascendido a ingeniero en jefe el 25 de febrero de 1799, con destino a la dirección de Extremadura, con la comisión de reconocer las fronteras con Portugal. En 1801 participó en la campaña contra este último país (Guerra de las Naranjas) como primer ayudante general del Príncipe de la Paz.

En 1802 era promovido a mariscal de campo e ingeniero director y en 1803 se le designaba como jefe del Estado Mayor del Cuerpo de Ingenieros, cuyo mando ostentaba Godoy, el Príncipe de la Paz. En ese año abría sus puertas la Academia de Ingenieros del Ejército, situada en Alcalá de Henares. El centro de enseñanza era fruto, al igual que el Regimiento de Ingenieros inaugurado un año antes, así como la nueva (1803) Ordenanza del Cuerpo, de la reforma promovida por José de Urrutia (ingeniero general anterior en el cargo a Godoy y que fallecía en 1803) del Cuerpo de Ingenieros. Reforma que en buena parte se debió a Samper, segundo en el mando del Cuerpo y colaborador de Urrutia hasta su muerte.

Poco después de iniciada la Guerra de la Independencia, el 20 de julio de 1808 y en el mismo día en el que hacía su entrada en la capital José Bonaparte, se marchaba de Madrid junto al resto de oficiales de Ingenieros de la guarnición, con destino a Sevilla. En esta ciudad se había constituido el día 26 de mayo la Junta Suprema de España e Indias presidida por Francisco Saavedra y al presentarse en ella el general Samper, la Junta le confirmó en su cargo, nombrándole cuartel maestre general del Ejército del general Francisco Javier Castaños, sirviendo con él en la batalla de Tudela. Durante los dos años que permaneció como jefe del Cuerpo de Ingenieros, se esforzó especialmente en conseguir que se creara una Academia provisional donde se pudiesen preparar aquellos que desearan convertirse en ingenieros militares, ya que el centro de enseñanza de Alcalá se había cerrado como consecuencia de la guerra.

En efecto, al desaparecer la Academia de Alcalá, al marcharse alumnos y profesores del centro como consecuencia del inicio de la guerra, el comandante general del Cuerpo, Samper, atendiendo a la disminución del número de oficiales de Ingenieros por muerte, prisión o afrancesamiento propuso la reapertura de la Academia para compensar tal disminución. En un primer momento se señaló a Granada, pero esta ciudad fue evacuada, al ser invadida Andalucía por los ejércitos franceses. Refugiado el Gobierno en la isla de León, se propuso, sin éxito, que se estableciese en Cádiz, donde había estado la antigua Academia de Matemáticas. Volvería a insistir el general Samper proponiendo que al menos se estableciesen en Baleares y Ceuta dos Academias, al modo de la antigua de Barcelona y a cargo de oficiales de Ingenieros. En 1811, la cuestión del escaso número de ingenieros se agravó, ya que, según el conde de Noroña, nuevo ingeniero general, “habían pasado al recién creado Estado Mayor 20 Oficiales (de Ingenieros), fallecido 18 durante la guerra, 47 estaban prisioneros, salieron a otros destinos 8, sentenciados por infidencia 5, y enfermos de larga fecha 4, solo quedaba un centenar y de éstos 20 achacosos e inútiles; quedan unos 80 antiguos y buenos”. Designada Palma de Mallorca para establecer la Academia, se nombraba al sargento mayor Mariano Carrillo de Albornoz y Archer y al capitán Bartolomé Amat para que adquiriesen tratados y material de enseñanza, pero una vez más la cuestión se frustró. En el ínterin, el coronel de Artillería Mariano Gil Bernabé, que había establecido un Centro de Enseñanza Militar en la isla de León, informó de que algunos de sus alumnos poseían suficientes conocimientos como para ingresar en el Cuerpo. Samper aceptó la idea, pero proponiendo que fuesen examinados por un Tribunal formado por oficiales de Ingenieros y que los que aprobaran los exámenes debían reunirse en Cádiz donde se completaría su instrucción.

En 1810 Samper era promovido a teniente general y elegido diputado de las Cortes generales y extraordinarias que se reunieron en Cádiz. También en ese año daba a conocer una memoria titulada Disertación sobre la conservación de los tres Presidios de África. En 1812 seguía en Cádiz, donde fallecía en ese mismo año.

 

Obras de ~: Tratado de la seguridad de los Estados por medio de las fortalezas, por M. de Meigret, traducida al Castellano con un prólogo sobre el origen y variaciones, y una noticia sobre los escritores militares españoles, Madrid, 1789; Disertación sobre la conservación de los tres Presidios de África, Cádiz, 1810.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Exps. personales.

J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, M. Tello, 1876; Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Universidad, 1983; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Universidad, 1994; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Historia del Arma de Ingenieros, Abriendo Camino, t. I, Madrid, Grafoffset, 1997; L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Institución de Estudios Complutenses, Alcalá de Henares, 1999; H. Capel, “Los Ingenieros Militares y su actuación en Canarias”, en Actuación de los Ingenieros Militares en Canarias, siglos XVI al XX, Santa Cruz de Tenerife, Centro de Historia y Cultura de la Zona Militar de Canarias - Universidad de La Laguna, 2001, págs. 13-54; A. Combarros Aguado, “Una evocación del siglo XVIII en Tenerife: la vida y obra de los Ingenieros Militares Amat de Tortosa y Samper”, en Actuación de los Ingenieros Militares en Canarias, siglos XVI al XX, Santa Cruz de Tenerife, Centro de Historia y Cultura de la Zona Militar de Canarias - Universidad de La Laguna, 2001, págs. 143-170; M.ª García León, Los Diputados Doceañistas. 1810-1813. Una aproximación al estudio de los diputados de las Cortes Generales y Extraordinarias, Cádiz, Ayuntamiento, 2006; H. Capel, “Los Ingenieros Militares y su actuación en Canarias”, en Scripta Vetera [en línea], disponible en http://www.ub.edu/geocrit/sv-80.htm; F. de la Puente Sicre, “El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia: Andalucía”, en A. Quesada Gómez (coord.), El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia, 1808-1814, Madrid, Ministerio de Defensa, 2009; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el estudio de la Historia Militar de España, 2012.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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