Carrión, Juan de. El Simple. Carrión de los Condes (Palencia), 1331 – Guadalupe (Cáceres), 1416. Monje profeso jerónimo (OSH) y sacerdote.
Fray Juan de Carrión, llamado por su sencillez, el Simple, es uno de los monjes más elogiados en las crónicas e historias de la Orden de San Jerónimo.
Alonso de la Rambla, Pedro de la Vega, Diego de Écija, Gabriel de Talavera, José de Sigüenza y otros son sus principales biógrafos.
Nació el padre Juan de Carrión en la villa de Carrión de los Condes (Palencia), en 1331, y, después de una larga vida monástica, murió en Guadalupe, en 1416, según referencias fidedignas, especialmente el necrologio, códice 61 del archivo monástico y la cartela que acompaña al cuadro representativo de la sacristía, titulado Despedida de fray Juan de Carrión, del pintor extremeño Francisco de Zurbarán.
Ilustró con su vida sencilla y escondida en Dios un período en la historia de la españolísima Orden de Ermitaños de San Jerónimo, fundada en 1374, por tres varones ilustres: fray Fernando Yáñez de Figueroa, fray Pedro Fernández Peña y fray Alonso Fernández Peña, obispo dimisionario de Jaén, aprobada por el papa Gregorio XI, mediante la bula Salvatoris humani generis, bajo la regla monástica de san Jerónimo, titular de la nueva Orden.
Sin poder señalar con exactitud la fecha, se sabe que fue ordenado sacerdote diocesano hacia el año 1356, antes de su ingreso en la Orden de san Jerónimo en el monasterio de Santa María de Guadalupe, cuando contaba veinticinco años de edad. Su fama de santidad y rectitud han llegado hasta nosotros no sólo por antiguos escritos, sino también por haber sido enaltecido su recuerdo con tres obras pictóricas conservadas todavía en el monasterio extremeño: Despedida del padre fray Juan de Carrión, lienzo de 2,90 por 2,22 metros, suntuoso cuadro del mencionado Francisco de Zurbarán (Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1694). Benjamín Palencia elogia la belleza de este lienzo con el siguiente texto: “A nuestro juicio es éste uno de los cuadros más importantes y mejor resuelto pictóricamente dentro del conjunto de Zurbarán que guarda el Real Monasterio de Guadalupe. La primordial condición de esta obra es la gran riqueza de los blancos, que para nosotros son los más hermosos y mejor pintados del maestro Francisco de Zurbarán, en toda su larga trayectoria de jerónimos retratados”.
La memoria histórica y artística de fray Juan se completa con otros dos lienzos, obra del monje fray Juan de Santa María (Valdazate [Madrid], 1587 - Guadalupe, 1670), titulados Aparición de fray Fernando Yáñez a fray Juan de Carrión en su celda (lienzo de 3,30 por 0,90 metros) y Aparición de fray Fernando Yáñez a fray Juan de Carrión, en la sala capitular, lienzo de dos metros y medio.
Tres artísticas obras que en Guadalupe evocan, ante la continua afluencia de peregrinos y turistas, la figura del humilde y sencillo fray Juan de Carrión, monje sacerdote profeso del real monasterio de Santa María de Guadalupe.
Fuentes y bibl.: Archivo del Monasterio de Guadalupe, OFM, Fondo Arcángel Barrado, lib. 102.
A. de la Rambla, Crónica del Monasterio de Guadalupe, Guadalupe, 1459-1484, pág. 65 (ms.); P. de la Vega, Chronicorum Fratrum Hieronymitani Ordinis, libri tres editi a Fratre Petro de la Vega, eiusdem instituti sectatore, Alcalá de Henares, 1539, fol. XX, lib. I, cap. 25, fol. XX; G. de Talavera, Historia de Nuestra Señora de Guadalupe, Toledo, 1597, fols. 43v. y 44r.; D. de Écija, Libro de la Invención de esta Santa Imagen de Guadalupe: Y de la erección y fundación de este monasterio y de algunas cosas particulares y vida de algunos religiosos de él, Cáceres, Dep. Prov. de Seminarios de FET y de las JONS, 1953, págs. 232-233; B. Palencia, “Fray Juan de Carrión en Guadalupe”, en Guadalupe, 543 (1964), pág. s/n.; F. Cotta Márquez de Prado, El Monasterio de Guadalupe y los Zurbaranes de su Sacristía: Un salto al pasado, Madrid, 1996, págs. 153-165 (inéd.); A. Ramiro Chico, “Cuadros de Milagros en el Claustro Mudéjar”, en Guadalupe, 774 (1997), págs. 33-43; J. M. Palomero Páramo, La Sacristía de Guadalupe, Sala digna de los Cielos, Arganda del Rey, Ediciones Guadalupe, 1998, págs. 68-70.
Sebastián García Rodríguez, OFM
