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Nepociano

Biografía

Nepociano. Asturias, p. s. IX – ?, m. s. IX. Rey de Asturias.

La historiografía oficial del reino de Asturias, representada por la Crónica de Alfonso III y, en menor medida, por la llamada Crónica Albeldense, hace objeto a la figura de Nepociano de una injusta damnatio memoriae, dándole un tratamiento de usurpador del solio regio comparable, por ejemplo, al que dedica a Mauregato. La explicación se encuentra en el hecho de que ese ciclo cronístico se elaboró seguramente en la corte ovetense de finales del siglo IX y bajo la inspiración de Alfonso III el Magno (866-910), nieto de Ramiro I, que es el oponente de Nepociano en la lucha por la sucesión al trono vacante por la muerte de Alfonso II el Casto, ocurrida el 20 de marzo del 842, y quien resultó finalmente vencedor en esa pugna sucesoria. Era lógico que el Magno, en un deseo explicable de justificar el origen de su propia autoridad, tratase de preservar la memoria histórica de su antecesor, considerándolo como legítimo sucesor de Casto y dando a quien fue, por algún tiempo, rey de Asturias —Nepociano— el tratamiento reservado a los usurpadores.

Un texto analístico independiente de la tradición historiográfica oficial y posterior pero, en cualquier caso, próximo en el tiempo al momento de redacción de las crónicas del ciclo alfonsino —la llamada Nómina Leonesa—, sí incluye a Nepociano en la lista de los monarcas astures, intercalándolo, en el orden sucesorio, entre Alfonso II y Ramiro I, reconociéndole un tiempo, que no concreta, de reinado efectivo y aportando además un dato que ocultan cuidadosamente tanto la Crónica de Alfonso III como la Albeldense: sus relaciones de parentesco con Alfonso el Casto, de quien lo hace cognatus, término que tradicionalmente se ha venido traduciendo de forma literal como cuñado, lo que nos situaría ante el improbable supuesto de un individuo, vinculado a Alfonso II por unos lazos de matrimonio con una supuesta hermana del Monarca, que habría sobrevivido a su cuñado, fallecido a una avanzada edad que podría rondar los ochenta años, y luchando por sucederle en el trono contra las aspiraciones de Ramiro, hijo de Bermudo I y primo por tanto, en grado lejano, del desaparecido Rey.

Más razonable parece la hipótesis que, de acuerdo con una interpretación menos literal y más acorde con el sentido que deba darse en esta época al término cognatus, hace de Nepociano un pariente de Alfonso II por vía cognaticia o femenina, poniéndolo en relación con el círculo familiar de su madre, la reina Munia, viuda muy pronto (768) del rey Fruela I, con un grado de proximidad familiar probablemente más cercano al rey Casto que el que tenía su primo lejano Ramiro y, por tanto, con más fundadas aspiraciones, en principio, a la sucesión.

No deja de ser atendible la hipótesis recientemente formulada (A. Besga Marroquín) que hace de Nepociano un vasco que encontraría en los pobladores de su país y en los de Cantabria y la parte oriental de Asturias —la antigua Primorias— los principales apoyos para mantenerse en un trono ovetense que, con seguridad, llegó a ocupar, contra lo que pretende hacer creer la historiografía oficial de la época de Alfonso III, con toda legitimidad, frente a las aspiraciones, finalmente triunfantes, de Ramiro.

Que efectivamente Nepociano llegó a ejercer funciones regias, aunque no por mucho tiempo, acaso sólo varios meses, lo confirma además otra noticia fiable contenida en un documento del año 863 y de segura autenticidad, en la que se alude a él en el ejercicio de la potestad judicial en relación con un conflicto que afectaba a bienes situados en la zona de Santa María de Puerto (Santoña), del espacio oriental de la antigua Cantabria.

La mejor prueba de la elevada posición que ocupaba Nepociano en la corte ovetense, cuando se produjo la muerte de Alfonso II, y que respalda la legitimidad de sus pretensiones al solio regio y la confianza en él depositada por el fallecido Monarca, lo ofrece la propia Crónica de Alfonso III cuando informa de que el pretendiente era “conde de palacio”.

El regreso de Ramiro desde Castilla, a donde —según el mismo texto cronístico— “se había trasladado para tomar esposa”, fue seguido del enfrentamiento abierto entre ambos aspirantes al trono.

Al frente de un ejército reclutado en Galicia, Ramiro “partió contra los ástures” que secundaban a Nepociano, apoyado también por tropas vasconas, trabándose combate junto a un puente por el que se franqueaba, a la altura de Cornellana, el río Narcea, en el camino de Asturias a Galicia. Siempre siguiendo el relato de la Crónica regia, Nepociano “se vio abandonado de los suyos y sin tardanza se dio a la fuga”, acogiéndose al territorio de Primorias, nombre que se aplicaba a la comarca oriental de Asturias, donde sería finalmente apresado por los condes Escisión y Sonna y castigado con la pena de ceguera. “El rey Ramiro mandó que fuera encerrado en un monasterio y en el hábito monástico terminó su vida”.

Así concluye la versión Rotense de la Crónica regia la rápida secuencia de acontecimientos que conforman el conflicto sucesorio entre Nepociano y Ramiro I, que debió desarrollarse en los meses centrales del 842, aunque nada dicen los textos cronísticos sobre la cronología exacta de esos hechos.

 

Bibl.: J. Gil Fernández, J. L. Moralejo y J. I. Ruiz de la Peña Solar, Crónicas asturianas, Oviedo, Universidad, 1985; Y. Bonnaz, Chroniques asturiennes (fin IX siècle), Paris, Éditions du CNRS, 1987; J. I. Ruiz de la Peña Solar, La monarquía asturiana, Oviedo, Editorial Nobel, 2001; A. Besga Marroquín, “El rey Nepociano de Asturias, monarca legítimo y vasco”, en Letras de Deusto, 101 (2003), págs. 9-41.

 

Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar

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