Este maestro en Derecho Canónico y primer obispo de la ciudad de Córdoba reconquistada por Fernando III, toma su apellido de su lugar de origen, hoy Itero de la Vega en la provincia de Palencia. Fue Lope de Fitero el clérigo que acompañaba al obispo de Osma, cuando en la tarde del 29 de junio de 1236, habiendo ya el crucífero colocado la cruz en lo alto de la torre, entraban en la mezquita y procedían al rito de purificación que la convertiría en catedral. Fitero formaba parte como letrado de la Cancillería Real a las órdenes del canciller mayor, Juan, obispo de Osma.

Erigida la nueva diócesis de Córdoba, Lope de Fitero será promovido al gobierno de esta sede el 9 de mayo de 1237 como su primer obispo tras la reconquista cristiana, permaneciendo como simple electo durante más de año y medio, al menos hasta noviembre de 1238. Fue consagrado en la catedral cordobesa por Rodrigo Jiménez de Rada; la primera mención que se conoce de él como obispo en plena posesión es del 20 de junio de 1239. No duró mucho su episcopado, pues falleció el 10 de junio de 1245. [...]