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María Serrano Muro

Biografía

Serrano Muro, María. María o Maruja Asquerino. Madrid, 25.XI.1927 – 27.II.2013. Actriz.

Nacida fruto de la relación sentimental entre los actores Eloísa Muro y Mariano Urdiaín Asquerino, Mariano Asquerino, que por estar éste casado con Carmen Villa, no quiso su madre que llevase los apellidos paternos y se inscribió legalmente con los de Serrano Muro; aunque adoptó, sin embargo, artísticamente el apellido de la rama artística de la familia paterna, de su padre y de su tía Matilde, que era la materna de aquéllos. De joven figuró con el nombre de Maruja en los repartos. Con once años hizo el primer papel teatral de su vida, en el Teatro del Príncipe de San Sebastián, con una obra de Benavente, Campo de armiño, en la compañía de su padre e Irene López Heredia. Su personaje era el de un niño, lo que volvió a repetirse en otra ocasión cuando intervino en unas representaciones de Eloísa está debajo de un almendro, de Jardiel Poncela. Con catorce años hizo de figurante en la película Sarasate, a la que siguió Porque te ví llorar, con dieciséis años, porque en ambas trabajaba su madre. Formó parte de la compañía del Teatro de la Comedia de Madrid, donde alcanzó una popularidad que le ayudó a consolidarla también en la pantalla, y desde entonces alternó el teatro con el cine.

Quien le dio su primera oportunidad importante en el teatro fue Armando Calvo, teniendo ella sólo dieciséis años, aunque aparentaba algunos más. Se convirtió en aquella compañía en primera actriz. Representó Don Juan Tenorio y El gran galeoto. Por su físico le otorgaban papeles de “mala” como reconocía ella misma. Contratada como primera actriz en la compañía de Rafael López Somoza cobraba ya 125 pesetas, que administraba su madre, que trabajaba con ella, al ser aún menor de edad.

Antes de cumplir veinticinco años ya había rodado otras tantas películas, entre ellas Don Quijote de la Mancha, La reina santa, Pequeñeces y Agustina de Aragón.

Aunque algunas habían sido comedias, no fue hasta La noche del sábado, de Rafael Gil, sobre la pieza teatral de Jacinto Benavente y junto a María Félix, cuando se hizo fuerte también en este registro, al percatarse los directores de su versatilidad. Las cualidades de su belleza le sirvieron para alternar en adelante distintos géneros en el cine: El negro que tenía el alma blanca, de Hugo del Carril, en 1951; Surcos, de José Antonio Nieves Conde, también en ese año de 1951, una de sus películas más destacadas y que fue su revelación definitiva, en una corriente neorrealista; La otra vida del capitán Contreras, Manicomio, de Rafael Gil (1955); Tarde de toros, de Ladislao Vajda (1955); La vida en un bloc, de Luis Lucía (1956), y así hasta Los atracadores de Rovira Beleta, en 1962; El juego de la verdad, de José María Forqué (1963); Amador, de Francisco Regueiro (1964); Pepa Doncel, de Luis Lucía y Las gatas tienen frío, de Carlos Serrano, acabándose la década de 1960.

Y en el teatro, durante la década de 1950: Anastasio, de Tono; Alta fidelidad, de Edgar Neville, o Madrugada, de Buero Vallejo. Fue precisamente, después de interpretar esta obra en 1953, al filo de los cuarenta años, cuando comenzó a llamarse simplemente María por consejo de Juan Antonio Bardem. Empezó a trabajar en televisión y a aceptar papeles de característica de buen ver, con lo que su carrera entró en una nueva etapa, tan fructífera o más que la primera. Formó, en 1957, pareja artística con Alberto Closas en la comedia Una muchachita de Valladolid de Joaquín Calvo Sotelo. Y ya en los años sesenta vivió el éxito importante de El zapato de raso, de Paul Claudel. Representó a la invidente de Sola en la oscuridad y fue Leocadia Weis, amante de Goya, en la comedia dramática de Buero Vallejo El sueño de la razón.

En 1973 consiguió su mayor triunfo teatral con su papel de doña Jimena en Anillos para una dama, de Antonio Gala, que se mantuvo tres temporadas en las carteleras. Después, su intevención en Motín de brujas y en Filomena Maturano le valió ser proclamada Mejor actriz del año 1980, ex-aequo con Mercedes Sampietro.

Paralelamente, en el cine, recibió el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos por su interpretación en la película de Nino Quevedo Goya, historia de una soledad y por la de Juan de Orduña, La tonta del bote, en 1970. Contó con ella Luis Buñuel para Ese oscuro objeto de deseo (1977) y Fernando Fernán- Gómez en dos películas de éxito: Mambrú se fue a la guerra (1985), que le valió el galardón a la mejor actriz en el Festival de Cartagena de Indias de 1986, y después en El mar y el tiempo (1989), cuya interpretación le valió a María Asquerino el Premio Goya en su edición de 1990.

Se precipitó al escribir sus Memorias en 1987, porque siguió llevando después una vida sumamente activa, tanto artística como mediática, siendo invitada con frecuencia en concursos y magazines televisivos.

Continuó destacando, pues, en tan densa carrera artística en películas como Fuera de fuego, en 1991, nuevamente bajo las órdenes de Fernán- Gómez; Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995), de Agustín Díaz Yanes; así como en las películas de Alex de la Iglesia: Muertos de risa y en La comunidad, y, finalmente, en la José Luis Garci, Tiovivo c. 1950.

Volvió al teatro en 1994 con Triple retrato y en temporadas siguientes representó: Algún día trabajaremos juntas, de Benet i Jornet (1997); Balada de los tres inocentes, de Pedro Mario Herrero (1998) y Las señoritas de Aviñón, de Jaime Salom (2001), hasta que anunció su retirada definitiva de las tablas en febrero de 2009.

Unos meses antes de su muerte, ya enferma, decidió ingresar en una residencia de ancianos, abandonando su vivienda de siempre, falleciendo a causa de una enfermedad pulmonar en la más completa soledad. No se conocía familia alguna.

 

Obras de ~: filmografía: actriz en: R. Busch (dir.), Sarasate, 1941; J. de Orduña (dir.), Porque te ví llorar, 1941; R. Torrado (dir.), El emigrado, 1946; R. Gil (dir.), Reina santa, 1947; Don Quijote de la Mancha, 1948; J. de Orduña (dir.), Pequeñeces, 1950; Agustina de Aragón, 1950; J. L. Sáenz de Heredia (dir.), Don Juan, 1950; R. Gil (dir.), La noche del sábado, 1950; Teatro Apolo, 1950; L. Vajda (dir.), Séptima página, 1951; H. del Carril (dir.), El negro que tenía el alma blanca, 1951; J. A. Nieves Conde (dir.), Surcos, 1951; L. Lucía (dir.), Aeropuerto, 1953; R. Gil (dir.), La otra vida del capitán Contreras, 1955; L. Vajda (dir.), Tarde de toros, 1956; L. Lucia (dir.), La vida en un bloc, 1957; J. M.ª Forqué (dir.), La noche y el alba, 1957; F. Rovira-Beleta (dir.), Los atracadores, 1962; J. M.ª Forqué (dir.), El juego de la verdad, 1962; L. Lucía (dir.), Pepa Doncel, 1969; N. Quevedo (dir.), Goya, historia de una soledad, 1970; J. de Orduña (dir.), La tonta del bote, 1970; P. Masó (dir.), Las colocadas, 1972; M. Ozores (dir.), Venta por pisos, 1972; E. de la Iglesia (dir.), Nadie oyó gritar, 1973; L. Buñuel (dir.), Cet obscur objet du decir (Ese oscuro objeto de deseo), 1977; F. Fernán Gómez (dir.), Mambrú se fue a la guerra, 1985; El mar y el tiempo, 1989; Fuera de juego, 1991; A. Giménez Rico (dir.), Tres palabras, 1993; A. Díaz Yanes (dir.), Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, 1995; Á. de la Iglesia (dir.), Muertos de risa, 1999; La comunidad, 2000; J. L. Garci (dir.), Tiovivo c. 1950, 2004.

Escritos: Memorias, Barcelona, Plaza y Janés, 1987.

 

Bibl.: “María Asquerino: La modernidad interpretativa”, en ABC (Madrid), 9 de septiembre de 1970, págs. 90 y 91; A. Miralles, “Las dinastías del teatro español”, en ABC (Madrid), 23 de noviembre de 1980, pág. 40; M. Román, Los cómicos, vol. III, Barcelona, Royal Books, 1996, págs. 93-98; C. Aguilar y J. Genover, Las estrellas de nuestro cine, Madrid, Alianza Editorial, 1996, págs. 54-55; M. Gómez García, Diccionario Akal de Teatro, Tres Cantos (Madrid), 1997, págs. 66 y 67; J. E. Monterde Lozoya, “Asquerino, María (María Serrano Muro)”, en J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial-Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, 1998, págs. 95 y 96; “El retiro dorado de María Asquerino”, en El País (Madrid), 26 de febrero de 2009; M. Pina, “Últimos días con María Asquerino”, en ABC, 2.III.2013.

 

Manuel Román Fernández y Guillermo Balmori Serrano

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