López Guijarro, José. ?, s. xviii – s. xix. Militar y caballero laureado de San Fernando.
Siendo capitán de Milicias Urbanas, del 6 de febrero al 7 de marzo de 1818 defendió la plaza de San Fernando de Apure, cuya guarnición, compuesta por seiscientos cincuenta hombres al mando del capitán Quero, fue atacada a partir del primero de dichos días por insurgentes al mando de Simón Bolívar, al que se le había unido la partida de José Páez.
Sitiada por mar y tierra, sometida a un intenso fuego del contrario y heridos algunos oficiales y soldados, el capitán Quero, que había recibido dos balazos, recorría las posiciones defensivas animando a su gente.
Ni las ofertas de concederles premios, ni las amenazas de someterles a los castigos más crueles si no se entregaban, hicieron titubear un momento a los defensores, que se decidieron a quedar muertos en el campo del honor antes que faltar a la fidelidad debida a su Soberano.
Incomunicados, sin esperanza de recibir refuerzos y faltos de víveres, debieron su subsistencia a una escasa ración de maíz tostado, que bien pronto se consumió, por lo que continuaron manteniéndose con caballos, asnos, gatos, perros y cueros que había dentro del recinto.
Así permanecieron hasta el 7 de marzo, día en el que, consumidas las municiones de artillería y quedando tan sólo sesenta cartuchos de fusil por plaza, dispuso el jefe de la guarnición salir de ella, dejando antes clavados los cañones. Así se hizo, y al llegar la noche salieron del pueblo amparados por la oscuridad; pero, en ese momento, desertaron dos guías, que informaron de la huida a Páez, quien al amanecer del día siguiente les atacó cuando se hallaban a cuatro leguas del pueblo. El capitán Quero recibió un tercer balazo cuando se hallaba en la camilla en que le transportaban sus hombres, y en uno de estos ataques resultaron muertos los capitanes Trinidad Frías y Ramón de Jesús Calvo. La noche puso fin a tan repetidos ataques, y los que no pudieron huir amparándose en la espesura de los matorrales fueron hechos prisioneros.
Enfurecido y desesperado Páez de que este corto número de realistas hubiese hecho una defensa tan obstinada y no hubiese querido capitular, hizo asesinar a tres oficiales y trató de ganarse al capitán José Chamorro con grandes promesas, pero este intrépido oficial le contestó valientemente despreciándole y le dijo que estaba dispuesto a morir por Dios y por su Rey, siendo éstas sus últimas palabras. Lo mismo sucedió con el capitán de Milicias Urbanas Francisco López Guijarro, a quien mutilaron vivo brazos y piernas.
Propuesto al Rey por el general Pablo Morillo, en 1818 se le concedería por este hecho la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, laureada, a los capitanes José María Quero y José María Chamorro, ambos a título póstumo, y Francisco López Guijarro; en 1829 la de 1.ª Clase a Benito Orbegozo, y en 1830 la de 2.ª Clase al teniente Francisco de Aragón, y la de 1.ª Clase a Benito Rubín de Celis y Lastra.
Estuvo casado con Felipa Bergolla.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 2.ª, división 12.ª, leg. 9.
J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez