Tapia y Castilla, Fernando de. Alcalá la Real (Jaén), c. 1750 – c. 1834. Artífice relojero y político local.
De Fernando de Tapia afirma Madoz en su Diccionario Geográfico Histórico Estadístico: “…el reloj de la ciudad, cuya máquina —una de las primeras de España— es obra del tan justamente celebrado artista don Fernando de Tapia y Castilla, es de hierro mate con adornos de bronce y tiene cinco registros, lo que hasta cierto punto le da preferencia sobre el tan celebrado de la Giralda de Sevilla”.
Pero no sólo este reloj de los varios que hizo nuestro artífice ha llegado a nuestros días. Hay otro, un reloj de mesa de gran precisión y belleza, que conocemos por fotografías y descripciones publicadas en la prensa.
No se sabe dónde pudo adquirir Tapia la esmerada educación que le llevó a ser no sólo un afamado artista sino también un avezado político conocedor de todos los entresijos de l
Las noticias, que él mismo da, es que en 1779 presentó un reloj de mesa “muy particular” al rey Carlos III. El cual quedó encantado y le nombró para dirigir una Escuela de Relojería que se crearía en Málaga. Posteriormente, en 1785, llevó dos relojes de bolsillo al Rey y al Príncipe de Asturias. Y en 1789 abandonaba Málaga por no sentarle bien el clima y se instalaba en Alcalá la Real, donde recibió de Carlos IV título de regidor perpetuo. En 1791 empezó a hacer el reloj del ayuntamiento que terminaba en 1803. Y en 1815 llevó dos relojes a Fernando VII.
Pero aparte de esta labor artística su actuación política fue de gran eficacia. Durante cuarenta y cinco años casi todos los asuntos de importancia se le encargaron, tanto en los años previos a la ocupación francesa de Alcalá, las relaciones con la Junta Central y la Regencia, como en la llegada de los franceses, quienes en vísperas del abandono de la ciudad le obligaron a aceptar el cargo de corregidor, que él aprovechaba para comunicar al general López Ballesteros los movimientos de las tropas napoleónicas. Actuación que le valió el título de “alcaide de Fuente Álamos” en 1815 cuando Ballesteros ocupó el Ministerio de la Guerra.
En la proclamación de Isabel II, el 26 de diciembre de 1833, llevó el pendón de la ciudad como regidor decano, por vacante del alférez mayor.
El 17 de octubre de 1834 se le concedió la jubilación a petición propia, conservando todos sus privilegios. Debió morir poco después. Cincuenta años más tarde en sesión municipal de 17 de julio de 1885, se acordaba poner una lápida en la casa en que “nació y murió” en la calle Veracruz, donde aún existe.
Obras de ~: Conocimientos prácticos del Ejercicio de la Reloxeria… ms. (sólo se conservan 71 págs.); Nuevo arte de poner la luna en los Reloxes, 1810, 20 págs. (reed., Madrid, Valencia, 1985).
Bibl.: P. Madoz, Diccionario Geográfico Histórico Estadístico, vol. I, Madrid, 1845, pág. 385; A. Guardia Castellano, Notas para la Historia de Alcalá la Real, Madrid, Estb. Tipográfico de la Viuda de A. Álvarez, 1913, págs. 301-302 (reimpr., Centro Estudios, 1996); R. Arias Jauregui, “La última novedad de la relojería suiza es un invento español del siglo XVIII. Lo creo don Fernando de Tapia en Alcalá la Real”, en Diario Informaciones, 27 junio de 1952; L. Montañés Fontenla, El regidor y relojero don Fernando de Tapia, Madrid - Valencia, Albatros, 1983 (Tempus Fugit, VII y X); Nuevo Método sobre el modo de poner la Luna en toda clase de relojes de ruedas con exactitud. Tres raras piezas bibliográficas, Madrid - Valencia, 1985, págs. 147-166.
Carmen Juan Lovera
