Castellón Ruiz, Rafael. Tabernas (Almería), 6.II.1842 – Barcelona, 30.XII.1907. Comandante de Caballería graduado de teniente coronel, caballero laureado de la Real y Militar Orden de San Fernando, benemérito de la Patria.
Curioso personaje que, prácticamente, empezó su vida militar como desertor y llegó a comandante graduado de teniente coronel mediante méritos de guerra.
Nació en Tabernas (Almería) el 6 de febrero de 1842 ingresando en el Ejército, por su quinta, el 24 de abril de 1862 en el 2.º Regimiento de Ingenieros. El 1 de julio pasó al Batallón de Obreros, de nueva creación, siendo encuadrado en la 4.ª compañía situada en Madrid. El 22 de noviembre salió para Melilla, donde permaneció ocupado en trabajos de su destino hasta el 20 de abril de 1863 en que regresó a la Península, quedando en Madrid hasta el 20 de mayo en que salió hacia Melilla por segunda vez. El día 29, cuando iban a embarcar en Alicante, desertó y fue devuelto a su unidad, en calidad de preso, el 22 de julio, quedando sujeto a la formación de causa y produciendo baja en su batallón, el 22 de septiembre, por haber sido destinado al Ejército de Ultramar.
Desembarcó en La Habana (Cuba) el 11 de diciembre de 1863, destinado al Regimiento de Caballería del Rey, 1.º de Caballería, pasando a formar parte del 1.er escuadrón en Puerto Príncipe (actual Camagüey).
El 31 de agosto de 1864 fue ascendido a cabo, continuando de servicio ordinario en la misma plaza durante los tres años siguientes, y en el último de ellos (1867) también estuvo destinado en Bayamo.
En 1868 permaneció en Holguín hasta el 16 de octubre que estalló la insurrección que dio lugar a la llamada “guerra de los diez años”. Desde la fecha anterior hasta el 9 de junio de 1878 en que se disolvió el Ejército de Operaciones, tomó parte en numerosísimas acciones y se distinguió en abundantes ocasiones.
Su hoja de servicios parece un libro de historia de aquel conflicto que es preciso resumir.
Recibió el grado de sargento 2.º con antigüedad de 29 de septiembre de 1868, por gracia general, y el empleo con antigüedad de 8 de enero de 1869.
El 28 de enero de 1870 se le concedió el grado de sargento 1.º, por mérito de guerra, con antigüedad del 7 de junio del año anterior, y en diciembre de 1874 la Cruz Laureada de San Fernando por el mismo combate. En esta fecha, como describe su hoja de servicios de acuerdo con la Orden de concesión, “tuvo lugar la acción que sostuvo con 6 lanceros contra 1.500 insurrectos en el poblado de la Cuaba, jurisdicción de Holguín, [...] dispersando al enemigo, tomándole dos piezas de artillería, dando muerte [al coronel que mandaba las piezas] e hiriendo a otro de los insurrectos americanos en pelea personal, cargando varias veces al enemigo con los seis lanceros, evitando con este arrojo cayesen prisioneros los pocos defensores que resistían en el fuerte de dicho poblado por habérseles concluido las municiones, atravesando por las masas enemigas y se presentó ante el fuerte alentando a la escasa guarnición con un grito de ‘Viva España’ y atravesando el campo ocupado por el enemigo le causó con sus fuerzas bastantes bajas”.
En junio de ese mismo año (1870) se le concedió otro grado de sargento 1.º, en permuta del que tenía de sargento 2.º y el 24 de julio fue ascendido a sargento 1.º por méritos de guerra. Continúa de operaciones en 1871 y se le concede, nuevamente por méritos de guerra, el grado de alférez, empleo que se le otorga en 1872, también por méritos de guerra, por los servicios prestados durante los meses de diciembre de 1871 y enero de 1872 en diversas acciones por la jurisdicción de Holguín.
Una vez más, por los méritos de guerra contraídos, esta vez el 7 de junio de 1873 en los montes de San Juan de Altamira, se le concedió el grado de teniente; ascendiendo a dicho empleo, por antigüedad, en enero de 1875. En octubre de 1874 había marchado a la jurisdicción de Cuba (Santiago de Cuba) hasta final de abril de 1875 en que pasó al 1.er Escuadrón de Cazadores (de nueva creación) en el departamento de Bayamo.
Por su brillante y distinguido comportamiento en las operaciones practicadas en Bayamo, Manzanillo y Jiguaní, entre mayo y noviembre de 1875, se le concedió el grado de capitán. Poco después, por Real Orden de 3 de julio de 1876, fue declarado benemérito de la Patria por las Cortes del Reino.
El 19 de noviembre de 1877 se le anticipó el empleo de capitán por propuesta reglamentaria y al año siguiente, cuando se disolvió el Ejército de Operaciones, volvió de guarnición a Holguín. Con antigüedad de la fecha de disolución del citado Ejército (9 de junio de 1878) se le concedió el grado de comandante.
A pesar del aparente final de la guerra, continuaron las operaciones y la intervención en ellas del capitán Castellón durante 1879 y 1880 hasta final de mayo de este año en que pasó a continuar sus servicios al Ejército de la Península. Pero todavía recibió, por su actuación en la acción de 17 de octubre de 1879, una Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, y, con efecto de 10 de febrero de 1880, el grado de teniente coronel por servicios de campaña.
A su regreso a la Península inició un período de ocho años en que parece no encontrarse a gusto en ningún sitio, con continuos cambios hasta totalizar cinco destinos y guarniciones. El 24 de junio de 1888 vuelve a desembarcar en La Habana, pero debe ser que tampoco Cuba le satisface como antiguamente, o ya no tiene las mismas energías, y a final de mayo de 1893, ya comandante por antigüedad, regresa a laPenínsula y fija su residencia en Barcelona, destinado al Regimiento de Cazadores de Treviño, 26.º de Caballería.
El 6 de agosto de 1894 le concedieron, a petición propia, dos meses de licencia por enfermo y a finales de diciembre solicitó su retiro para la plaza de Barcelona, ciudad en la que falleció el 30 de diciembre de 1907.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), secc. 1.ª, leg. C-2058.
Antonio Bellido Andréu
