Torres, Juan de. Señor de Retortillo. ?, s. t. s. xv – 1510. Alcaide de los castillos de Ponferrada y Peñalcázar, criado de los Reyes Católicos y vecino de Soria.
Juan de Torres sustituyó a su suegro, Alonso de Quintanilla, uno de los hombres de confianza de los Reyes Católicos, al frente de la tenencia de la fortaleza de Ponferrada en 1487. Simultaneó la guarda de esta plaza con la alcaidía de Peñalcázar desde 1496, la cual también había desempeñado su padre, el capitán y regidor de Soria, Juan de Torres.
Su parentesco con el contador mayor Alonso de Quintanilla contribuyó sin duda a su nombramiento para la alcaidía de Ponferrada, que los Reyes Católicos habían logrado arrebatar al conde de Lemos en 1485. Junto a la tenencia de la fortaleza, Juan de Torres también se hizo cargo del corregimiento de la villa y de la comarca del Bierzo. Nada más acceder a la alcaidía de Ponferrada, la Monarquía le asignó 250.000 maravedís anuales para el mantenimiento de la fortaleza. De esta suma, 100.000 maravedís se destinarían a obras de reparación de la fortaleza y a la apertura de un atajo. En años sucesivos la tenencia de Ponferrada seguirá siendo una de las más elevadas del Reino, dada la destacada posición fronteriza de la plaza que se consideraba una de las llaves de la frontera con Portugal.
La alcaidía y el corregimiento de Ponferrada permitieron a Juan de Torres convertirse en el hombre fuerte de la Monarquía en una región donde la presencia de la alta nobleza encabezada por el conde de Lemos era dominante. El alcaide intervendrá en la resolución de pleitos por herencias y presunto robo de bienes; también mediará en el cobro de deudas, en la devolución de ganados robados y en la ejecución de sentencias judiciales. Sin embargo, durante el tiempo que actuó de corregidor de la comarca, se oyeron muchas quejas en su contra que denunciaban agravios y excesos cometidos contra varios vecinos de Ponferrada.
Juan de Torres desempeñó un papel fundamental en las difíciles relaciones entre Fernando el Católico y Felipe I. En la primavera de 1506 el Rey de Aragón propuso a su yerno encontrarse en la fortaleza de Ponferrada con el fin de solventar sus diferencias; posibilidad que fue rechazada por el entorno de Felipe por considerar al alcaide de poco fiar.
En las semanas siguientes Fernando el Católico, que había fijado su base de operaciones en tierras leonesas, ordenó a Juan de Torres reforzar la guarnición de Ponferrada, adonde se destinaron otros treinta soldados en mayo de 1506 durante seis meses con un sueldo de 2.500 maravedís cada uno. Con esto, el Rey pretendía conjurar un posible ataque a la fortaleza por parte del conde de Lemos, quien todavía mantenía viejas aspiraciones sobre la villa y su fortaleza. Para reforzar aún más la posición de Ponferrada, el alcaide hizo construir una torre de cal y canto y un zaguán.
Sin embargo, con la investidura de Felipe I y Juana como reyes de Castilla y la marcha de Fernando a sus reinos de Aragón, las fortalezas se convirtieron en uno de los primeros blancos de la actuación del nuevo Rey. Juan de Torres, al igual que otros alcaides que se habían mantenido leales a Fernando el Católico, fue despojado de la tenencia de la fortaleza, que fue entregada a Claudio Boutton, caballerizo de Felipe I y uno de sus más estrechos colaboradores. Sin embargo, no está claro si Boutton llegó a tomar posesión de la fortaleza, pues en agosto de 1506 el Rey hizo merced de la alcaidía y tenencia de Ponferrada a Martín Durangués, repostero de camas, quien a su vez fue reemplazado por Fernando de Torres, comendador de la Orden de Santiago en septiembre del mismo año.
El estado de anarquía que siguió a la muerte de Felipe I fue aprovechado por el conde de Lemos para asaltar y ocupar la fortaleza de Ponferrada el 18 de mayo de 1507. Sin embargo, el regreso de Fernando el Católico a Castilla en los meses siguientes supuso la caída en desgracia del conde, que tuvo que rendir la plaza sin condiciones y entregarla el 7 de agosto de 1507 a Juan de Torres de nuevo. El alcaide quedó apoderado una vez más de la vieja fortaleza templaria y reforzó la guarnición con treinta soldados que mantuvo a su costa durante los tres meses siguientes con el fin de pacificar la región.
Juan de Torres permaneció como alcaide de Ponferrada y Peñalcázar hasta su fallecimiento en 1510. Su hijo, también llamado Juan de Torres, le sustituirá al frente de ambas a partir del 30 de octubre de 1510.
Bibl.: M.ª C. Castrillo Llamas, Las fortalezas: significación política y dimensión militar en la Corona de Castilla (1492- 1521), proyecto beca posdoctoral Caja de Madrid, 1998-2000 (inéd.), págs. 145, 155 y 247; La tenencia de fortalezas en la Corona de Castilla: relaciones de poder entre monarquía, nobleza y ciudades. Siglos xiii-xv, Madrid, Universidad Complutense, 2003, págs. 1.499-1.500; “Crisis dinástica y política: el papel de las fortalezas en tiempos de Felipe I de Castilla”, en II Congreso de Castellología Ibérica, Teruel, Diputación Provincial, 2005, págs. 225, 230 y 240.
María Concepción Castrillo Llamas