Navarro Morenés, José. Conde de Casa Loja (VII). Madrid, 8.XII.1897 – 13.XII.1974. Militar y jinete.
Nació en el seno de una familia de larga tradición militar. Era hijo de Cristina Morenés y García Aleson, baronesa de Casa Davalillos, y de Felipe Navarro Ceballos Escalera, quien, después del Desastre de Annual, tuvo que ponerse al mando de la retirada hasta la posición de monte Arruit, donde permaneció cautivo de Abd-el-Krim año y medio; posteriormente fue ayudante de campo del rey Alfonso XIII y capitán general de Madrid.
José Navarro Morenés ingresó como alumno en la Academia de Caballería de Valladolid el 31 de agosto de 1912, siendo promovido al empleo de segundo teniente de Caballería en julio de 1915. Para entonces ya se había despertado su afición por la hípica y participó en Granada al año siguiente en su primer concurso.
Un año después fue destinado a Marruecos, incorporándose en Larache al Grupo de Caballería, primero en el Regimiento de Lanceros del Príncipe, tercero de Caballería, y después en el Regimiento de Lanceros de Borbón, cuarto de Caballería. Durante este bienio participó como alumno en el curso de la Escuela de Equitación Militar y se le concedió la Cruz de 1.ª Clase al Mérito Militar con distintivo blanco por terminar dicho curso con un diez. Ascendió entonces a primer teniente de Caballería y pasó el 28 de septiembre de 1919 al Escuadrón de la Escolta Real en Madrid. Ese año realizó el segundo curso de la Escuela de Equitación Militar y participó en los concursos hípicos de Ávila, Valladolid, Sevilla y Lisboa. En 1920 fue nuevamente destinado a Marruecos para entrar en combate, primero en el Regimiento de Cazadores de Vitoria, vigésimo octavo de Caballería en Marruecos, participando en la toma de diversas posiciones, y después, con el Grupo de Fuerzas Regulares de Melilla n.º 2, se distinguió en la toma de Annual, por lo que volvió a la Escolta Real como capitán de Caballería y se le concedió la Medalla Militar de Marruecos. En octubre de 1924 volvió a combatir en Marruecos, primero en el regimiento de Cazadores de Castillejos y después en el de María Cristina de Ceuta. En 1927 se le concedió la Cruz de 1.ª Clase al Mérito Militar con distintivo rojo por los servicios prestados en el Protectorado de Marruecos y volvió a la Escolta Real como primer ayudante de campo.
Se casó en junio de 1928 con María Inmaculada Peláez de la Puente, VII condesa de Casa de Loja y V marquesa de Castañiza —hija póstuma de Ernesto Peláez y Quintanilla y de María Dolores de la Puente y Soto, VI condesa de Casa Loja por Real Carta de rehabilitación expedida el 2 de abril de 1924 y IV marquesa de Castañiza por Real Carta de rehabilitación de 22 de diciembre de 1919—, y un mes más tarde, el 11 de julio de 1928, formando parte del equipo español junto a los capitanes José Álvarez de las Asturias-Bohórques y Goyeneche, marqués de los Trujillos, y Julio García Fernández, ganó la Medalla de Oro en la Olimpíada de Ámsterdam, con el caballo llamado Zapatazo. Se trata de la primera medalla olímpica de oro que se ganaba para España. Ese año se le concedió además la Medalla de la Paz de Marruecos y la Medalla de Plata de Alfonso XIII, conmemorativa de la jura de Su Majestad. Al año siguiente participó en los concursos internacionales de Niza y Roma, ganando entre otros el Gran Premio de Roma. En 1930 participó en el concurso internacional de Berlín y recibió la condecoración de oficial de la Orden Militar de San Benito de Avís. En 1931 volvió al concurso internacional de Niza. Permaneció en Francia una temporada cuando fue acusado de colaborar en la sublevación de Sanjurjo de 10 de agosto de 1932, hasta que le llegó el indulto en 1934. En el ínterin sufrió un accidente y fue aplastado por un camión que le produjo múltiples fracturas y le obligó a abandonar los concursos hípicos, aunque se inventó unas clases de gimnasia que simulaban, sobre una silla, los movimientos del jinete sobre el caballo, que ejercitó para en poco tiempo lograr su rehabilitación. De hecho, en 1936 volvió a España y fue destinado al Regimiento de Caballería de Robledo n.º 1, como capitán ayudante en Palencia. El 18 de julio se adhirió al levantamiento junto a los jefes y oficiales del regimiento, salvo el coronel, para tomar la cárcel provincial, liberando a los presos, así como la estación de Venta de Baños. Un mes más tarde fue nombrado jefe provincial de milicias del Ejército de Tierra, y como tal inspeccionó los frentes de León, Asturias, Santander y Segovia. En octubre formó y tomó el mando de la primera bandera de la Falange Española Tradicionalista de Castilla, con la que participó en la toma de Pozuelo y Aravaca en el frente de Madrid, por lo que fue ascendido a comandante de Caballería. En enero de 1937 fue nombrado inspector jefe de las milicias nacionales del frente sur de Madrid y fundó la primera bandera de Madrid (segunda de Castilla) y las banderas tercera, cuarta, quinta y sexta de Castilla. A la primera bandera de Castilla se le concedería la Medalla Militar colectiva por tomar parte en la defensa del Cerro del Águila y los Cigarrales en la Casa de Campo, donde murieron en combate los comandantes de la primera y la quinta banderas, Joaquín Crespí de Valldaura y Bolete Silvestre. Para entonces había sido nombrado jefe de las milicias nacionales de Madrid. Por fin, el 28 de marzo de 1939, al mando de la Agrupación de Centurias, entró en Madrid.
En los primeros años de posguerra fue teniente de alcalde del distrito de Chamberí en Madrid, siendo Alberto Alcocer su alcalde. Después, el 4 de enero de 1941, fue nombrado ayudante de campo de Franco. Cuando se presentó como tal al caudillo, llevaba, entre otras condecoraciones, la Medalla de Plata de Alfonso XIII, conmemorativa de la jura de Su Majestad, que llamó la atención de Franco y que José Navarro justificó declarando ser un convencido monárquico. En 1943 ascendió a teniente coronel de Caballería y recibió la Medalla de la Campaña, la Cruz Roja al Mérito Militar, la Cruz de Guerra y la Cruz de la Real Orden de San Hermenegildo.
En el año 1947 fue cuando pudo reanudar su afición por la hípica. Participó en diversos concursos montando a Quórum y Blasón, con los que ganó quince primeros premios nacionales y uno internacional. Al año siguiente participó en los concursos internacionales de Niza, Roma y Lisboa y en la Olimpíada de Londres. Los decimocuartos Juegos Olímpicos volvieron a la senda del espíritu deportivo por ser los primeros que se organizaron tras la Segunda Guerra Mundial y también fueron los primeros en retransmitirse por televisión, en los que todo el mundo pudo apreciar cómo el teniente coronel Navarro, junto con los comandantes Marcelino Gavilán Ponce de León y Jaime García Cruz, ganaba una Medalla de Plata por equipos, a pesar de haber quedado sepultado por el caballo que montaba cuando éste resbaló. Demostró su tesón al levantarse de la cama del hospital, donde había permanecido cuatro días inconsciente, para participar en los individuales de salto, aunque, dadas las circunstancias, no pudo luchar por conseguir la Medalla de Oro. No obstante, se le recompensó con la Cruz de 2.ª Clase al Mérito Militar con distintivo blanco en reconocimiento a su actuación en la Olimpíada de Londres, que le convertía en el primer español que obtenía dos medallas olímpicas, aunque en ambas ocasiones fuera en equipo. De hecho, estaba en su mejor momento deportivo, pues en 1949 ganó veinte primeros premios nacionales y nueve internacionales, volviendo a ganar, con veinte años de diferencia, la Loba de Roma. Así continuó, participando y ganando concursos internacionales, hasta que en el concurso Hípico de Madrid de 1951 sufrió otro grave accidente que le retiró definitivamente de la competición tras 35 años de éxitos hípicos, entre los que destacan el Gran Premio de Roma (1929 y 1949), tres Tazas D’Ouro de Portugal, Primer Premio de las Naciones en Roma, Niza, Lisboa o Dublín, y era el único jinete español con dos medallas olímpicas. En cierto modo le compensaron al ascender en julio de 1952 a coronel de Caballería, aunque cesó como ayudante del general Franco, por ser destinado para mandar el regimiento de Caballería de Dragones de Pavía n.º 4, y al año siguiente el regimiento de Caballería Cazadores de Montesa n.º 3. Tres años después, mandando la tercera Brigada Independiente de Caballería de Sevilla, fue ascendido a general de brigada de Caballería, para luego ser nombrado jefe de la Casa Civil de Franco, y poco antes de terminarse la década de 1960 se le ascendió a general de división. Durante esta época despachaba semanalmente con el general Franco y le acompañaba en sus viajes y en la entrega de cartas credenciales, organizaba las audiencias y participaba en la organización y actos de las visitas realizadas a España por distintos mandatarios, entre las que destaca la del presidente David Dwight Eisenhower, de los Estados Unidos de América, actos en los que le fueron concedidas Grandes Cruces por varios gobiernos. El 12 de enero de 1971 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito Deportivo en atención a toda su trayectoria. En 1973 solicitó el cese, por motivos de salud, como jefe de la Casa Civil de Franco. Un año después, el 13 de diciembre de 1974, falleció en Madrid.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Hoja de Servicios, 19258; Archivo del Consejo Superior de Deportes, protocolo, exp. n.º 5 de la Real Orden del Mérito Deportivo.
VV. AA., Comité para el recibimiento de los concursantes de los países de habla española a los Juegos Olímpicos, Madrid, Casa Olímpica, 1928; Retrospectivas olímpicas, Madrid, Comité Olímpico Español, 1964; J. Fauria, Héroes olímpicos, Madrid, Doncel, 1973; D. Wallechinsky, The Complete Book of the Olympics, Boston (Massachusetts), Little Brown & Co, 1996; J. M. Gozalo y F. Olmeda, Españoles de oro: cien años de medallas olímpicas (1896-1996), Madrid, Comité Olímpico Español, 1999; E. Laguna Sanz, Los caballos y sus jinetes en la historia hípica, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2004.
Felipe Navarro Peláez, conde de Casa Loja e Iván F. Moreno Landahl, conde de los Andes