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Poncio I

Biografía

Poncio I. Conde de Urgel (I) y vizconde de Áger (III). ?, c. 1207 – Balaguer (Lérida), 1243. Noble.

Hijo de Guerau, IV vizconde de Cabrera y III de Áger y I conde de Urgel, y de Elo Fernández de Castro. Su padre, sobrino del conde Armengol VIII de Urgel (fallecido en 1209), se interesó por acercar a Poncio al gobierno de los dominios urgelitanos, especialmente tras obtener de Jaime I el reconocimiento como conde feudatario, en 1222. El hijo acompaña al padre en la confirmación de documentos desde 1224, cuando se confirma la donación de Gatmullat a Folc de Blumat y a los hospitalarios de Alguaire. En esta misma posición en 1226 reconoce a Ramon Pedro el dinero prestado para las campañas y maniobras con que retener el condado. A partir de este momento, Guerau va acentuando la asociación y delegación del gobierno de sus dominios en sus hijos, el homónimo Guerau en el vizcondado de Cabrera y Poncio en Urgel e, inseparadamente, Áger. Al mismo tiempo, Poncio participa de la Corte real, donde autentifica documentos en 1228.

En 1228 la hija de Armengol VIII, Aurembiaix, abandona su estancia en Toledo, se instala en Lérida y, bien asesorada por familiares y juristas próximos a la Corte, obtiene de Jaime I el apoyo en sus reivindicaciones sobre el condado de Urgel. Poncio vive junto a su padre la ocupación del condado por las tropas reales, entre agosto y octubre de 1228 y la actuación, ya en noviembre, de Aurembiaix como condesa. Guerau se retira a la encomienda templera de Gardeny, en Lérida, y cede a sus hijos Guerau y Poncio la plenitud de los derechos que hasta ese momento regentaban como asociados. Poncio se afianza en los dominios propios del señorío de Áger, asentándose preferentemente en la villa de Castelló de Farfaña, y ostenta la titulación condal de Urgel, con la que en 1229 concede derechos sobre Llorens a Guillermo de Cardona y en 1231 vende unos linares en Áger.

El acercamiento entre Poncio y Jaime I permite que el primero autentifique el convenio entre Aurembiaix y el Rey que conduce a la boda de la primera con Pedro de Portugal. Con todo, Poncio no consigue que el Rey se haga eco de sus reivindicaciones. En 1231 Aurembiaix fallece sin descendencia, cediendo los derechos a su esposo Pedro de Portugal, quien inmediatamente los permuta con Jaime I por la infeudación de Mallorca. Poncio plantea unas negociaciones con el Rey que no son atendidas al reclamar la herencia tanto del condado como de los derechos y rentas pertenecientes al conde de Urgel en Lérida, sin reconocer la cesión de estos bienes efectuada por Aurembiaix a Jaime I en 1228. La divergencia enlaza con la tensión entre el Monarca y un amplio sector de la nobleza catalana occidental, por lo que Poncio recibe el apoyo del conde de Foix, el vizconde de Cardona y el conde de Pallars. Con este aval, confiando en la mayoría de los barones urgelenses y tratando de acercarse a los centros urbanos urgelenses, Poncio penetra militarmente en el condado bajo la invocación de sus derechos.

Las “multas contenciones, guerras et placita” en torno a la sucesión del condado de Urgel se pretenden cerrar en el acuerdo de Tárrega de 1236, alcanzado gracias al arbitraje de los obispos de Urgel y de Lérida.

En él se reconoce el pleno dominio de Jaime I sobre Lérida, incluyendo la posesión de los derechos del conde de Urgel en esta ciudad, sobre Balaguer y en el condado de Urgel; se cede éste bajo feudo a Poncio, concretado en el dominio infeudado de Agramunt, Liñola, Menárguens, Albesa y Albelda, a las que se unirán el resto de jurisdicciones que Poncio acapare dentro del condado. Al conde, por su parte, se le reconoce el pleno dominio sobre Calassanç, Tartareu, Pilsà, Áger y Casserres, en torno a su dominio en el señorío de Áger. El Rey ostenta inmediatamente su capacidad superior sobre Balaguer, a la que dos meses después del acuerdo, en marzo de 1236, concede una carta de población. Por su parte, Poncio participa del entorno real y acude a las Cortes Generales celebradas en 1236 en Monzón.

En 1242, Poncio consigue que el Rey le conceda Balaguer en feudo. Esta población se está erigiendo en uno de los principales centros condales. Poncio sitúa en su castillo su residencia más frecuente y le confirma los privilegios y las franquicias para incrementar su población y su actividad socioeconómica. El conde, en realidad, trata de atraerse a las cúpulas urbanas de los diversos centros urbanos, atento a su vigor y a la capacidad exactiva de sus recursos socioeconómicos.

Por su parte, los centros urbanos pretenden contar con el poder condal para afianzar su proyección y su influencia en la articulación territorial, mermada por las tensiones bélicas.

Poncio ha tratado también de mantener buenas relaciones con los barones del condado, a los que reconoce donaciones, restablece vínculos castlanes y consolida dominios mediante adquisiciones y permutas, como la que afianza a Ramón Berenguer de Áger en el dominio de Santaliña a cambio de recibir los de éste en Casserres. Un séquito de barones participa de la Corte condal, destacando, especialmente en los últimos años, Jaime de Cervera, que alcanza elevada influencia sobre el conde. El gobierno condal se estabiliza en torno a una escribanía regida por un notario que cuenta con diversos “scriptores”, en su mayoría eclesiásticos. En la documentación Poncio siempre se presenta como conde —“Pontius Dei gratia comes Urgelli”— y, al igual que sus antecesores, no singulariza como vizcondado su dominio sobre el señorío de Áger.

La fidelidad de los barones es compatible con el incremento de su ascendencia sobre el territorio, como hace el mismo Jaime de Cervera sobre sus dominios en el valle de Meià. También afianzan su dominio territorial diversos centros religiosos, como el cenobio cisterciense de Poblet, con intereses agrarios y ganaderos en el sur del condado, y que afianza sus derechos jurisdiccionales en Bellcaire, y también la canónica de Áger, que consolida sus dominios, acentúa sus pretensiones jurisdiccionales y exige, como otros centros religiosos coetáneos, la exención del diezmo castlán. Por aquí se llega a elevadas tensiones, culminadas con la detención del canónigo sacristán y la posterior claudicación condal, que en 1236 renuncia a percibir el diezmo castlán en dos propiedades objeto de discusión.

Las donaciones del conde y sus legados testamentarios favorecen a los principales centros religiosos del vizcondado de Áger, como son la canónica de esta villa y el cenobio premostratense de Bellpuig de las Avellanas; mantienen la tradicional vinculación familiar con las Órdenes Militares de presencia en la zona, como las encomiendas templeras de Corbins y de Gardeny, y sobre todo las sanjuanistas de Alguaire y Lérida, donde el conde desea recibir sepultura; la coetánea devoción baronial y burguesa hacia el cenobio cisterciense de Poblet, y el atractivo por los mendicantes dominicos y franciscanos asentados en Lérida, lo que también pone de manifiesto la inclinación de Poncio hacia esta ciudad ya erigida en capital de la Cataluña Occidental.

Dentro de las estrategias de solidaridad nobiliaria, en 1227 se preparó el enlace matrimonial de Poncio con la casa de Montcada. No obstante, al año siguiente se estableció la unión con María Girón, hija de Gonzalo Rodríguez Girón y de Marquesa Pérez, hermana de Rodrigo González Girón. La unión permite reforzar los intereses económicos en Castilla — donde Poncio gozaba de bienes heredados de su madre— y participar en la nobleza castellana, razón por la que el segundogénito del conde, Rodrigo, estaba formándose con su familia “avuncular” (abuelos) castellana cuando Poncio testó, en 1243.

Poncio justifica el testamento en previsión de posibles males durante su pretendido viaje para participar a un encuentro previsto entre los reyes de Aragón y Francia. No sólo no consta este encuentro sino que la muerte le alcanzó a los pocos meses. Dejaba a dos hijas mayores, Elionor y Marquesa, que habían servido para enlazar respectivamente con los Montcada y los Peralta, y cuatro varones menores, por lo que determina que de las rentas del condado en los próximos diez años se prevea la atención y alimentación de todos ellos: Armengol, llamado a sucederle; Rodrigo, para el que se reservaban los bienes castellanos; Ponce, que se destina a la canónica urgelense; y Guerau, acabado de nacer —“in hoc anno natus est”— , al que deben reservarse los bienes familiares situados en Ribagorza si no sigue carrera eclesiástica. En caso de fallecimiento sin descendencia, todos ellos se sucederían en el condado, hasta pasar, si fuera el caso, al hermano de Poncio, el vizconde Guerau de Cabrera y sus descendientes. Con la intención de afianzar la legitimación condal y enlazarla con la tradición histórica, Poncio dispone que quien acceda al puesto debe adoptar el nombre de Armengol.

 

Bibl.: E. Corredera, El archivo de Áger y Caresmar, Balaguer (Lérida), Artes Gráficas Romeu, s. f.; R. de Siscar, “La carta puebla de Agramunt y los privilegios concedidos a la misma villa por los condes de Urgel hasta la extinción de la casa de Cabrera (1169-1314)”, en Memorias de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, IV (1887), págs. 129-195; J. Miret y Sans, Investigación histórica sobre el vizcondado de Castellbó, Barcelona, Imprenta la Catalana de J. Puigventós, 1900; J. M. Pou, Historia de la Ciutat de Balaguer, Balaguer, 1913; E. Corredera, Noticia de los condes de Urgel, Lérida, Instituto de Estudios Ilerdenses, 1973; J. Villanueva, Memorias cronológicas de los condes de Urgel, Balaguer, Ayuntamiento, 1976; F. Fité, Recull d’història de la Vall d’Àger. Període antic i medieval, Áger (Lérida), Centre d’Estudis de la Vall d’Àger, 1985; J. Trenchs y R. Conde, “La escribanía-cancillería de los condes de Urgel (s. IX-1414)”, en Folia Munichensia, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1985, págs. 7-130; F. Sabaté, “Organització administrativa i territorial del comtat d’Urgell”, en El Comtat d’Urgell, Lérida, Edicions de la Universitat de Lleida-Institut d’Estudis Ilerdencs, 1995, págs. 17- 70; J. Alturo, Diplomatari d’alguaire i del seu monestir santjoanista, de 1076 a 1244, Barcelona, Fundació Noguera, 1999.

 

Flocel Sabaté Curull