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Julián Albo Helguero

Biografía

Albo Helguero, Julián. Limpias (Cantabria), 19.II.1771 – ?, p. t. s. XIX. Militar, brigadier del Ejército, procedente de Ingenieros.

Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como ingeniero ayudante, en marzo de 1792, después de aprobar el examen correspondiente. Había servido anteriormente como subteniente de Infantería en el Regimiento de Sevilla, con el que tomó parte en la defensa de Ceuta.

Durante la Guerra del Rosellón, intervino en numerosas acciones, como los trabajos en la vanguardia para facilitar el paso del ejército, trabajos de fortificación de campaña en el campo de Pontellac, en las líneas defensivas de Boulon y de Plá del Rey, y, finalmente, en la defensa del campo citado de Boulon. En enero de 1794 se encargó de las obras de defensa de Bellagarde, cayendo prisionero de los franceses. Durante la defensa se le confió la misión de destruir un puente de mampostería bajo fuego enemigo, lo que realizaría con éxito. Por esta acción, junto a las anteriores, se le concedió el ascenso a capitán del Ejército en 1795, según propuesta del entonces ingeniero general, D. Francisco Sabatini.

En 1798 se encontraba en Cádiz, donde realiza diversos planos, como Plano de la parte del Ysmo de Cádiz, que por haver destruido el retamar, experimenta en el día el mayor daño de las arenas volanderas. En ese mismo año se encargaba de las mediciones y levantamiento del plano de los terrenos cedidos para la construcción de un Molino de Mareas (llamado Río Arillo) en la provincia de Cádiz. Un año después era nombrado ingeniero extraordinario, siendo trasladado del reino de Andalucía al de Castilla la Vieja.

En 1800 realizó informes de la frontera con Portugal entre Galicia y Extremadura. La desconfianza mutua en las relaciones hispano-portuguesas a lo largo del siglo XVIII llevó a la monarquía española a encargar a sus ingenieros militares la elaboración de planos, proyectos, reconocimientos y descripciones en relación con la defensa de la frontera y de sus principales plazas y puestos más destacados. La frontera entre Galicia y Extremadura, perteneciente a la capitanía general de Castilla la Vieja, fue objeto de numerosos trabajos. Uno de ellos fue el realizado por los ingenieros Florián Gerig y Julián Albo por una Real Orden de 3 de septiembre de 1800.

En tal cometido, elaboraron sendos mapas militares de la frontera con Portugal, correspondiente a la parte entre Galicia y Extremadura. En paralelo redactaron al menos dos informes derivados del reconocimiento que hicieron del terreno y de los caminos próximos a la frontera portuguesa. Los informes, firmados en Zamora, estaban concluidos el 4 de noviembre, seis meses antes de la llamada “Guerra de las naranjas”, cuya campaña se desarrolló entre mayo y junio de 1801.

En el primero de ellos, redactado siguiendo las instrucciones del capitán general de Castilla la Vieja e ingeniero general de los Reales Ejércitos, don José de Urrutia, Gerig y Albo describieron los caminos de Zamora a Ciudad Rodrigo y de esta ciudad al puerto de Perales, en Extremadura, y al Fuerte de la Concepción, en Aldea del Obispo; también se centraron en las rutas de la raya de Portugal, desde Valverde hasta el Fuerte de la Concepción y San Felices de los Gallegos. El objetivo era recabar información para un posible tránsito del ejército, tanto en lo relativo a la tropa como al tren de artillería. De ahí que en la descripción se deje constancia del paisaje, tipo de terreno, estado de los caminos, tiempo invertido en recorrer las etapas de cada ruta, número de las casas que componen las poblaciones o lugares que atraviesa, etc.

Entre 1804 y 1808, con el empleo de sargento mayor, estuvo destinado como profesor en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, encargado de redactar los tratados militares y de fortificación. Según el informe de Sangenís al coronel Cabrer, de agosto de 1807, Albo “escribe sobre la fortificación y ha terminado el discurso preliminar sobre el origen y necesidades de su existencia, así como las definiciones y nociones sobre la planta y perfiles”. Inicialmente era el oficial al mando del primer grupo de la “Gesta de los Zapadores” que abandonaban Alcalá, pero, en el último momento, no se presentó y el sargento mayor José Veguer ocupaba su lugar. A primeros de junio fue nombrado juez instructor de la Sumaria sobre los hechos sucedidos el 25 de mayo de 1808.

En septiembre de 1808 llegaba a Laredo, fugitivo de los franceses, de los que había conseguido evadirse. Éstos lo habían hecho prisionero en un reconocimiento realizado por Albo (24 de junio de 1808) en las cercanías de Épila (Zaragoza), siendo entonces teniente coronel del Cuerpo y cuartel maestre de la División de Calatayud. En octubre de ese mismo año de 1808, era reconocido como coronel del 2º Regimiento Cántabro y, posteriormente, como comandante de Ingenieros de la 2ª División y cuartel maestre de la misma. Realizó el plan de defensa de Cantabria, con el proyecto para fortificar la posición de Santoña. Al determinarse la retirada del Ejército llamado “de la Izquierda”, siguió las vicisitudes del mismo, señalando al general en jefe las posiciones que debían ser ocupadas para garantizar el citado movimiento retrógrado. Personalmente, y al mando de 600 hombres, contuvo a más de 4.000 franceses durante tres días en el valle de Cabuérniga, hasta que se le ordenó que entregara la tropa del Regimiento Cantabria al coronel Porlier. El 14 de noviembre de 1808, pasaba a las inmediatas órdenes del teniente general, marqués de Llano Ponte, con objeto de reconocer y señalar varios puntos de defensa, hallándose en la defensa de Comillas en la que fueron rechazados los franceses y donde se distinguió por su valor y trabajos facultativos. El 17 de mayo de 1809 el marqués de la Romana le ordenaba que pasara a prestar sus servicios en el Cuartel General de Oviedo. El 28 de febrero de 1810, el capitán general del Principado de Asturias, D. Antonio de Arce, promovía a Albo, como recompensa a sus servicios, al empleo de brigadier de los Reales Ejércitos.

En enero de 1811, el general Gabriel Mendizábal nombraba a Julián Albo comandante del batallón del Real Cuerpo de Ingenieros de Badajoz. Posteriormente, como consecuencia de la rendición de Badajoz, el 10 de marzo de ese año de 1811, en la que ejerció el cargo de comandante de Ingenieros de la plaza, se le sometía a un Consejo de Guerra de Oficiales Generales en la plaza de Cádiz, quedando separado del servicio. Más tarde, prestaba juramento a José I, el rey “intruso”, sirviendo como director de la Escuela Militar de Ingenieros, participando activamente en la defensa de la ciudad de Cuenca. Por todo ello, pese a concedérsele el indulto comprendido en el Decreto de 24 de mayo de 1812, el Consejo Supremo de Guerra le declaraba definitivamente separado del servicio, en 1816.

En 1820, Albo solicitaba, en consideración a los buenos servicios prestados, se le concediese la graduación de coronel retirado y agregación a la plaza de Santander, presentando, al mismo tiempo, una memoria sobre el modo de constituir la Infantería sobre bases sólidas y análogas a la constitución política de la Monarquía.

 

Obras de ~: Extendido de orden del General Mendizábal, Badajoz, 1810; Manifiesto sobre la defensa de Badajoz en los meses de febrero y marzo de 1811, por Don Julián Albo, 1812; Memorias en que se discurre el modo de constituir la Infantería sobre bases sólidas y análogas a la Constitución política de la Monarquía, Cádiz, Imprenta Agapito Fernández Figueroa, 1813; Breve idea del plan de una escuela de Marte, que convendría establecer en cada uno de los Ejércitos de operaciones, s.f.; Reconocimiento del terreno de las rutas principales de la Capitanía General de Castilla y la Vieja, con especialidad las próximas a la frontera de Portugal y comunicaciones con nuestras provincias que las son confinantes, s.f.; Descripción militar de la frontera de España con Portugal desde Galicia hasta el confluente del río Águeda con el Duero, s.f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia). Exps. personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1800-1812; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Alcalá de Henares, Institución de Estudios Complutenses, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Ministerio de Defensa, Madrid), n.os 63-66 (2001 y 2002); A. Gil Novales, Diccionario biográfico de España (1808-1833). De los orígenes del liberalismo a la reacción absolutista, Madrid, Fundación MAPFRE - Instituto de Cultura, 2010; L. J. Sanz Balduz, Los Puentes y los Ingenieros en el sitio de Zaragoza, Zaragoza, Asociación Cultural “Los sitios de Zaragoza”-Ayuntamiento de Zaragoza, 2013; J. I. Martín Benito, “La descripción militar de la frontera hispano-portuguesa entre Galicia y la confluencia de los ríos Águeda y Duero en 1800. El informe de los ingenieros Florian Gerig y Julián Albo”, en Brigecio, 26, (2016), págs. 97-126; R. Fernández López, La Academia de Ingenieros y los Zapadores-Minadores en Alcalá (1803-1823), Letrame, 2019.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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