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Juan Arias del Villar

Biografía

Arias del Villar, Juan. Santiago de Compostela (La Coruña), p. m. s. XV – Mojados (Valladolid), 13.IX.1501. Obispo de Oviedo y Segovia, presidente de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid.

Originario de tierras de Compostela, estudió Leyes. Comenzó con una canonjía en aquella iglesia catedral. Posteriormente, fue provisor de la diócesis en compañía de Alonso de Fonseca —llamado en Sevilla el Viejo—, prelado que era de la archidiócesis hispalense desde 1454, la cual permutó por la de Santiago en 1461, con su sobrino Alonso de Fonseca y Acevedo.

El primer prelado regresó a Sevilla a comienzos de 1464, donde falleció en mayo de 1473. De la iglesia catedral de Sevilla, Arias del Villar fue deán. Allí se encontraba cuando los Reyes Católicos le presentaron al obispado de Oviedo en 1484. Se le encargó la misión de pasar a Francia con Juan de Ribera, señor de Montemayor, para dar el pésame a Carlos VIII, Monarca de aquel reino, por la muerte de su padre Luis XI, y, sobre todo, para tratar la restitución del Rosellón y la Cerdaña a la Corona de Aragón, “y continuar el sosiego y tranquilidad de pazes”, según advierte Gil González Dávila, territorios que fueron incorporados finalmente en 1493, a través del Tratado de Barcelona. Cuando regresó a su diócesis ovetense, conoció la edificación de buena parte de la iglesia catedral de Oviedo, estando presente en el edificio sus armas episcopales: una flor de lis con cuatro veneras.

En 1491 fue electo como presidente de Valladolid, es decir, presidente de su Real Audiencia y Chancillería.

Sustituía al que era obispo de León, Alonso de Valdivieso, tras haber sido depuesto éste con los oidores Martín Dávila, Chinchilla, Cano y Olmedilla, por haber realizado una apelación a Roma, cuando era la Chancillería vallisoletana la que debía conocer en ese asunto. En sustitución, no solamente se buscó otro presidente, sino a los oidores Palacios, Villonela, Villena, Villamuriel, Astudillo y Palacios Rubio. El 2 de mayo de 1492 Juan Arias del Villar ocupaba ya la presidencia del Tribunal.

Una vez en Valladolid, contribuyó al hospital de San Cosme y San Damián, propiedad de la cofradía de esta advocación, establecido en la plazuela de la Piñolería —llamada actualmente del “Rosarillo”—. Inicialmente, el prelado destinó fondos económicos para la reconstrucción de una ermita dedicada a los Santos Mártires Médicos, perteneciente también a la cofradía.

En 1499, el sobrino del prelado, Pedro Arias y los propios cofrades acordaron que ese dinero debía dedicarse al mencionado hospital, más menesteroso de reparaciones que la ermita. El acuerdo se firmó en julio de aquel mismo año. Los cofrades colocaron las armas del obispo en el hospital, diciendo una misa cantada y otra rezada por su ánima. Facilitó Arias del Villar nuevos fondos para reedificar el convento de monjas más antiguo de la entonces villa vallisoletana, el de Santa Clara. Así se edificó, en 1485, la portería y la iglesia gótica, campeando igualmente las armas propias del prelado, para dejar constancia de su generosidad. De esta manera, el cuerpo actual de este templo conventual se debe a su protección, a lo que se debe añadir la reforma posterior que se culminó en el siglo xviii.

Presidió en el Tribunal las honras celebradas en 1496 en honor de la reina Isabel de Portugal, madre de la Reina Católica y fallecida en Arévalo. Todo ello demuestra que Arias del Villar se encontraba muy implicado en la vida ciudadana de Valladolid, teniendo “casas y habitación”, como se decía entonces, cerca del lugar donde estaba naciendo y edificando el colegio mayor de Santa Cruz: “pues generoso y limosnero le aclamó Valladolid”, según apunta Canesi.

Fue preconizado obispo de Segovia el 14 de febrero de 1498, aunque su presencia en la Audiencia y Chancillería de Valladolid era necesaria, “causa de que no acudiese al más principal encargo de su obispado”.

Sustituía al frente de la misma a Juan Arias Dávila. Por ello, otorgó poder en Valladolid (13 de septiembre de 1498) al bachiller Alonso Álvarez de Valdés, arcediano de Gordón en la santa iglesia de Oviedo, para que tomase posesión de esa diócesis. Al mismo tiempo, Arias del Villar era miembro del Consejo Real. Imprimió en Venecia un misal segoviano, que fue usado hasta que el Concilio de Trento impuso el misal romano.

Cuando comprobó cómo se resentía su salud en 1501, solicitó a los monarcas, Isabel y Fernando, que le concediesen licencia para residir en su diócesis, tal y como se plasmó en la cédula de 28 de junio de 1501. Mientras durase su ausencia, ejercería la presidencia de la Audiencia el obispo de Cartagena Juan Ruiz de Medina. Sin embargo, la vida de Arias del Villar se prolongó poco, pues murió en la localidad vallisoletana de Mojados, un pueblo cuyo señorío correspondía al obispado de Segovia. Su cuerpo fue trasladado a la diócesis y a la vieja catedral en la que no había entrado —se ubicaba entonces junto al alcázar—, siendo depositado en un sepulcro de alabastro con reja dorada, como plasmó Colmenares, en la capilla mayor de la misma. El que había sido su sustituto temporal, el medinense Juan Ruiz de Medina, gobernó a su muerte, no solamente la Audiencia y Chancillería vallisoletana, sino también la diócesis segoviana.

Arias del Villar dotó a su iglesia de una misa que se decía los miércoles, con grande solemnidad, donando numerosos ornamentos y una procesión de capas blancas, además de un acetre de plata, en que se apreciaban sus armas. En Oviedo, sumó otra memoria para pedir “descanso perpetuo de su alma”.

 

Bibl.: G. González Dávila, Teatro eclesiástico de las iglesias metropolitanas y catedrales de los Reynos de las dos Castillas: vidas de sus Arzobispos y Obispos, y cosas memorables de sus sedes, Madrid, Imprenta Francisco Martínez, 1645; R. García Durán, “Notas históricas sobre el culto en Valladolid a los santos Cosme y Damián”, en V Asamblea de la Federación de Hermandades de San Cosme y San Damián, Madrid, Artes Gráficas Estades, 1947; M.ª S. Martín Postigo, Los Presidentes de la Real Chancillería de Valladolid, Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1982, págs. 33-34; M. Canesi, Historia de Valladolid (1750), vol. 2, Valladolid, Grupo Pinciano, 1996, pág. 165; M. Barrio Gozalo, “La Iglesia de Segovia”, en T. Egido López (coord.), Historia de las diócesis españolas: Palencia, Valladolid, Segovia, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 2004, págs. 383-604.

 

Javier Burrieza Sánchez

 

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