Nació en el seno de una familia humilde formada por Gabriel Artés Pascual y María de Arcos, panaderos de Alhama de Almería. Desde su infancia compaginó el trabajo nocturno en la panadería con un interés creciente por el conocimiento de las matemáticas y de la física. La mecánica era su pasión; construir objetos a partir de los materiales más insospechados ocupaba todo su tiempo libre.

Cumplidos los dieciocho años empezó a trabajar como tornero mecánico en Almería y Melilla. En esta última ciudad cursó la carrera de ingeniería industrial en el Instituto Norteamericano de Estudios a Distancia.

En 1918 construyó un motor rotativo, o turbina de explosión, que fue la primera patente de su invención a la que siguieron más de quinientas. En este mismo año se trasladó a Barcelona y alternó el trabajo en un taller de reparación de motores de buques con la asistencia nocturna a clases de inglés y de física. [...]