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Jofré de Borja

Biografía

Borja, Jofré de. Príncipe de Esquilache, en el Reino de Nápoles (I). Roma (Italia), 1481-1482 – Nápoles (Italia), XII.1516-I.1517. Noble.

Cuarto de los hijos del cardenal Rodrigo de Borja y de la romana Vanozza de Catanei —aunque el cardenal dudó de su paternidad—, nació en Roma hacia 1481 o 1482, después de César, Juan y Lucrecia.

Fue legitimado por Inocencio VIII y posteriormente por su propio padre, ya convertido en Alejandro VI, el 6 de agosto de 1493. Hasta ese día Jofré fue considerado en la curia como “sobrino carnal de Su Santidad”, y sólo a partir de entonces pasó a llamársele “hijo del papa” (Burckardt).

Destinado a la carrera eclesiástica, recibió diversos beneficios en la catedral de Valencia, de la que fue obispo su padre, cuando éste accedió al pontificado César Borja le sucedió en la sede valentina (agosto de 1492) y Jofré obtuvo la parroquia de Inca (Mallorca), que su hermano dejaba vacante y que en el pasado había sido de su tío-abuelo Alfonso de Borja, así como el cargo de notario apostólico.

Pero pronto Alejandro vio la conveniencia de servirse de él para sus planes políticos, de modo que le hizo renunciar al estado clerical, con la esperanza de constituirlo en breve señor de Bolonia, una vez lograran arrebatar el control de la misma a los Bentivoglio, proyecto que fue imposible de realizar.

En marzo de 1493 Ferrante I de Nápoles propuso al Papa (con el respaldo de los reyes de Aragón y Castilla) establecer una alianza frente a la amenaza francesa, después de rechazar la idea de que aquélla fuera sellada mediante el matrimonio de César con Lucrecia de Aragón (hija natural del Rey), y tras laboriosas y discontinuas negociaciones, se concluyó que fuese Jofré quien se desposara con la nieta del Rey, Sancha de Aragón, hija ilegítima del duque de Calabria, Alfonso. El matrimonio se formalizó secretamente por poderes en Roma, el 16 de agosto de 1493, y gracias a él Jofré recibió en dote diez mil ducados anuales, el principado de Esquilache (Squillace) y el condado de Cariati, con la cláusula de que dichos estados serían custodiados por tropas napolitanas hasta que alcanzara la mayoría de edad.

De ese modo Alejandro conjugaba sus intereses políticos con el engrandecimiento de su prole.

La muerte del rey Ferrante retrasó la celebración pública del matrimonio, que se efectuó en Nápoles el 7 de mayo de 1494, en una ceremonia presidida por el cardenal legado Juan de Borja el mayor, quien al día siguiente coronó a Alfonso II. Ese mismo día el nuevo Monarca confirmó a Jofré sus feudos napolitanos, al tiempo que lo nombró miembro de la casa de Aragón, protonotario y lugarteniente del reino de Sicilia ultra Farum, y lo armó caballero de la Orden de la Estola o del Armiño. El domingo 11 de mayo tuvo lugar la misa esponsal, celebrada por el obispo de Gravina, Mateo de Aquino. El maestro de ceremonias pontificio, Johannes Burckardt, dejó en su diario una amplia y colorista relación de todos estos fastos.

Jofré y Sancha fijaron su residencia en Nápoles, donde llevaron una vida lujosa y derrochadora que inquietaba al Pontífice, hasta que la invasión de Carlos VIII de Francia les forzó a refugiarse en sus dominios de Calabria. Después de la retirada del francés, se trasladaron a Roma (20 de mayo de 1496), adonde llegaron con una fastuosa comitiva y se alojaron en el palacio vaticano. Pronto la conducta licenciosa de Sancha, que se entregó a intrigas y amoríos, dio pábulo a que se extendieran por las cortes de Italia rumores sobre sus relaciones incestuosas con los hermanos de su marido, César y Juan, por lo que, cuando este último fue asesinado y Alejandro experimentó un vivo sentimiento de conversión, una de las primeras medidas del Pontífice fue ordenar que los esposos abandonaran Roma y volvieran a sus dominios calabreses (aunque tal vez también lo hizo para acallar los rumores que atribuían a Jofré el asesinato de su hermano), lo cual hicieron el día 7 de agosto de 1497. Pero cuando los piadosos sentimientos del Pontífice se disiparon y éste tornó a pensar en el engrandecimiento de sus hijos, Jofré regresó a Roma a inicios de 1498.

En febrero de 1499 fue víctima de un atentado nocturno, del que salió ileso; y en agosto el Papa dispuso que acompañara a su hermana Lucrecia a Espoleto, secundándola en su cargo de gobernadora de este territorio. Pero su alejamiento duró poco tiempo, y pronto apareció de nuevo en Roma, donde los escándalos de Sancha obligaron al Pontífice a desterrarla de sus Estados y posteriormente a encerrarla en Castel Sant’Angelo (noviembre de 1502), si bien cabe relacionar estas medidas con el giro político de Alejandro, que se había apartado de la alianza napolitana para acercarse a Francia.

Al parecer, Jofré, joven de bellas facciones y delicados modales, carecía de genio militar y político, pues no desempeñó ningún papel relevante en el programa de centralización de los Estados Pontificios, que Alejandro impulsó por medio de su hijo César, con la ayuda de algunos cardenales de su círculo. Tan sólo en enero de 1503 se limitó a ponerlo al mando de un pequeño ejército enviado a confiscar las tierras de los Orsini, empresa en la que obtuvo algún pequeño éxito, como la toma del castillo de Monterotondo; pero el inexperto joven fue incapaz de frenar la contraofensiva de sus adversarios, que llegaron a poner en peligro a la misma Roma, y sólo fueron desbaratados cuando César volvió de Romaña y tomó el mando de las operaciones bélicas. Impelido por la política filofrancesa de su hermano, Jofré no quiso ayudar a las tropas de los Reyes Católicos en la conquista del reino napolitano, por lo que a mediados de 1501 éstos ordenaron a Gonzalo Fernández de Córdoba que ocupase sus feudos calabreses. Cuando dos años después los Monarcas solicitaron al Papa que entrase en liga con ellos, Venecia y el Imperio contra Francia, el Pontífice puso, entre otras condiciones, que confirmasen a Jofré y al resto de sus familiares “todo lo que tenían en el reino”, y que los tuviesen bajo su protección.

Tras la muerte de Alejandro VI (18 de agosto de 1503), Jofré marchó con César a refugiarse en la fortaleza borgiana de Nepi (1 de septiembre), donde éste había reunido sus tropas, cerca de las francesas; pero cuando supo de la elección del bondadoso y pacífico Pío III, volvió a Roma (3 de octubre). Todavía permaneció en la Ciudad Eterna al inicio del pontificado de Julio II, confiando en la sinceridad de los pactos que el Pontífice había estipulado con los Borja; sin embargo, ante el cariz adverso que tomaban los acontecimientos, en marzo de 1504 decidió retornar con su mujer a Nápoles, poniéndose bajo la protección de Fernández Córdoba. Allí se alojó en el palacio de su primo el cardenal Pedro Luis de Borja-Llançol, que había huido unos meses antes a Nápoles, mientras Sancha buscó otro aposento y se convirtió en amante del Gran Capitán. La insignificancia política de Jofré se manifiesta en el hecho de que no corrió la suerte de su hermano César (apresado y enviado prisionero a España), sino que se le permitió residir en Nápoles y Fernando el Católico no tuvo reparo en confirmarle sus posesiones calabresas.

Habiendo enviudado de Sancha —de la que parece ser que tuvo una hija llamada Lucrecia—, Jofré volvió a casarse en 1506 con su pariente Juana del Milá y de Aragón, nieta del cardenal Luis Juan del Milá-Borja y de Fernando II, con la que tuvo dos hijos: Francisco y Marina. Murió repentinamente en diciembre de 1516 o en enero del año siguiente.

 

Bibl.: R. Chabás, “Don Jofré de Borja y doña Sancha de Aragón”, en Revue Hispanique, IX (1902), págs. 484-488; Burckardt, Liber notarum ab anno 1483 usque ad annum 1506, vols. I y II, ed. E. Celani, Città di Castello, Editrice S. Lapi, 1907-1942; L. Pastor, Historia de los Papas desde fines de la Edad Media, vols. V y VI, Barcelona, 1911; G. Pepe, La politica dei Borgia, Napoli, Riccardo Ricciardi, 1945; G. Sacerdote, Cesare Borgia, la sua vita, la sua famiglia, i suoi tempi, Milano, Rizzoli, 1950; G. de Caro, “Borgia, Goffredo”, en VV. AA., Dizionario biografico degli italiani, vol. XII, Roma, Istituto della Enciclopedia Italiana, 1970, págs. 725-727; M. Batllori, Obra completa, IV. La família Borja, Valencia, Edicions 3 i 4 (col. Biblioteca d’Estudis i Investigacions, vol. XXI), 1994 [trad. esp., La familia de los Borjas, Madrid, Real Academia de la Historia, 1999 (col. Clave Historial, vol. 18)]; W. H. Woodward, Cèsar Borja, Valencia, Edicions 3 i 4, 2005.

 

Miguel Navarro Sorní