Bautizada como Charlotte Napoléone Bonaparte, era llamada Lolotte en familia. Carlota, que recibió ese nombre en memoria de su abuelo paterno, tuvo tratamiento de alteza imperial como princesa francesa desde 1804 y fue infanta de España de 1808 a 1813. Era hija de José Napoleón I, rey de Nápoles y luego rey de España y de las Indias, y de la reina Julia, nacida Julie Clary. Mientras su padre vivía en Estados Unidos, ella y su hermana Zenaida residían, desde 1820, en Bruselas. Sin embargo, el 21 de diciembre de 1821 desembarcó en Filadelfia —primera vez que se veía a una princesa europea en el Nuevo Mundo—, para vivir hasta julio de 1823 con su padre en Point Breeze, a orillas del Delaware, en Bordentown (Nueva Jersey meridional). Desarrolló una gran afición por la pintura, siendo discípula de Jacques- Louis David en París, que la retrató junto a su hermana, llegando a ser una gran acuarelista, dibujante y litógrafa, habiendo expuesto su obra, entre otros lugares, en la Pennsylvania Academy of the Fine Arts. Inspiró a Leopardi y su profesor de dibujo, el pintor suizo Léopold Robert, que tenía su estudio en Vía Sistina en Roma, se enamoró de ella, así como el también pintor Eduardo Odier. Robert se suicidó en Venecia —en marzo de 1835— cortándose el cuello con una navaja de afeitar, pensando que ella correspondía a su amigo Odier. [...]