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Gabriel de Saona y Sánchez

Biografía

Saona y Sánchez, Gabriel de. Mota del Cuervo (Toledo), 1539 – Quito (Ecuador), 6.I.1614. Agustino (OSA), fundador, catedrático de Sagrada Escritura, provincial, vicario provincial, visitador general y rector.

Era hijo de Jerónimo de Saona y de María Sánchez de Tercia, además de hermano del también agustino fray Gaspar de Saona, que llegó a ser provincial de Aragón en 1584. Inició sus estudios eclesiásticos con los agustinos de Salamanca y recibió el hábito en 1555, profesando el 21 de diciembre de 1559.

En 1569 pasaba al Perú junto a fray Luis Álvarez de Toledo, en la expedición de agustinos que dirigía el P. Diego Gutiérrez. Iba como lector del convento de Lima. De acuerdo con su formación, el capítulo provincial de la Orden, celebrado en 1571, le encargó la enseñanza de la Teología en el mismo convento, al mismo tiempo que se vinculaba al Estudio General que los dominicos tenían en aquella ciudad, regentando la Cátedra de Filosofía.

Por orden del provincial del Perú, fray Luis López de Solís, se trasladó a Quito, en 1573, junto al mencionado P. Luis Álvarez de Toledo. Allí tomaron posesión, el 22 de julio, del lugar en el que se debía erigir su convento, en lo que luego sería parroquia de Santa Bárbara, aunque no tardaron en trasladarse al nuevo y definitivo emplazamiento, que ocupan hasta el presente.

También en ese año iba a ser creada la provincia de San Miguel de Quito, en la que Saona sería vicario provincial, hasta que fue admitida en la Orden en el capítulo de 1575, pero dependiente de la del Perú.

Desde Quito pasó a la Nueva Granada para impulsar el desarrollo de su Orden en aquellos territorios y llegó hasta Tachira y La Grita y, en 1575, se establecía con otros frailes en Bogotá, donde fundaría el primer convento agustino y desde donde pasaría a Lima, ciudad en la que se encontraba en 1576 enseñando Teología en su convento hasta que al año siguiente obtenía la cátedra de Sagrada Escritura de la Universidad de San Marcos. Mientras ocupaba su cátedra se produjo la separación de la provincia de San Miguel de Quito de la del Perú, el 28 de enero de 1579, de la que hasta entonces mantenía dependencia, por lo que él sería nombrado como primer provincial, aunque aquella independencia sólo duró hasta 1582.

En 1581 los agustinos de Quito fundaron el Colegio de San Nicolás de Tolentino, heredero del de San Andrés que hasta entonces habían regentado los franciscanos y que la Audiencia les entregaba el 20 de febrero. No estuvo de acuerdo el obispo quiteño con aquella decisión, pues pretendía que el Colegio pasara a depender de la catedral, por lo que Saona, que entonces era visitador, tuvo que enfrentarse con el prelado y justificó aquella posesión el 22 de octubre de 1582, arremetiendo para ello contra la ignorancia del clero secular y su mal ejemplo de vida. Él mismo sería rector de aquel centro de 1581 a 1584.

En ese último año viajó a la Corte para reclutar religiosos con el fin de hacer nuevas fundaciones. También pasó a Roma, donde obtuvo la bula papal Intelligente, de 20 de agosto de 1586, por la que se permitía que el Colegio de San Nicolás de Tolentino se pudiese convertir en Universidad. Al año siguiente, el 17 de enero, pedía a la Audiencia que cumpliese con lo ordenado por el Papa respecto de la fundación universitaria y el 17 de marzo pedía al Rey que la nueva Universidad fuese acogida bajo su patronato. En 1588 pasaba de nuevo a Quito y Nueva Granada con 18 religiosos de diferentes conventos de España, al mismo tiempo que iba como visitador de la Orden por expreso deseo del capítulo celebrado aquel año. En el viaje transportaba un buen número de imágenes y objetos sagrados que fray Gabriel había comprado en Roma para adorno de la iglesia quiteña.

En 1589 la provincia agustiniana del Perú perdía su dependencia directa del general de la Orden para pasar a hacerlo del provincial de Castilla, siendo nombrado Saona como vicario general. La dependencia se mantuvo hasta 1592 y, posteriormente, en 1596, se plantearía la secesión definitiva de la provincia de San Miguel de Quito de la del Perú, aunque de forma efectiva no se realizó hasta 1603.

Precisamente en 1596 el agustino emitió un informe sobre la situación de la provincia agustiniana del Perú, que provocó revuelo entre las autoridades provinciales, que no dudaron en lanzar algunas calumnias contra su persona, por lo que fue desterrado a Potosí, desde donde logró salir para España por el puerto de Buenos Aires, con el fin de defenderse de la acusaciones que se le habían hecho.

Permaneció en la Península hasta 1603, en que de nuevo obtuvo licencia para pasar al Perú con fray Pedro de Figueroa y al año siguiente volvía a ocupar su cátedra de Sagrada Escritura en Lima, aunque por poco tiempo, pues en 1605 era trasladado a Quito, donde ya había comenzado a funcionar en 1603 la Universidad de San Fulgencio, que él había promovido, después de que se hubiese dado el “pase” por el Consejo de Indias, en 1594, y la patente del general de los agustinos, el 2 de septiembre de 1602. De todos modos aquella universidad nunca obtuvo el título de real y estuvo limitada casi exclusivamente a estudios de la Orden y del clero, a pesar de los intentos llevados a cabo por promocionarla del obispo Luis López de Solís.

Moría en Quito y se sabe que dejó algunas obras manuscritas, pero que han desaparecido, aunque parece que su contenido era esencialmente teológico.

 

Bibl.: G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Iberoamericana de la Orden de San Agustín, t. I, Madrid, Asilo de Huérfanos del S. C. de Jesús, 1913; B. de Torres, Crónicas Agustinianas de Perú, t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1972; G. Lohmann Villena, “Pensamiento de agustinos ilustres del Perú en los siglos xvi y xvii”, en I. Rodríguez Rodríguez (dir.), Agustinos en América y Filipinas. Actas del Congreso Internacional, t. I., Valladolid- Madrid, 1990, págs. 205-236; J. Paniagua Pérez, “Los agustinos en la Audiencia de Quito —Notas para su estudio— (1573-1650)”, en I. Rodríguez Rodríguez (dir.), Agustinos en América y Filipinas. Actas del Congreso Internacional, t. I., Valladolid-Madrid, 1990, págs. 261-291; F. Carmona Moreno, “Fray Gabriel de Saona artífice de la provincia agustiniana de Quito”, en Revista del Instituto de Historia Eclesiástica Ecuatoriana 17 (1997), págs. 67-113.

 

Jesús Paniagua Pérez

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