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Amado Alonso García

Biografía

Alonso García, Amado. Lerín (Navarra), 13.IX.1896 – Arlington, Massachusetts (Estados Unidos), 26.V.1952. Filólogo, lingüista y crítico literario.

Nació en el seno de una modesta familia navarra, hijo de Clementa García y de Wenceslao Alonso —“un viejo requeté” inmortalizado por Zuloaga— que se dedicaba a la compraventa de animales; tuvo cuatro hermanos: Martina, Felisa, José y Valentín. Tras realizar los estudios elementales en la escuela de Lerín, en 1907 ingresó en el Seminario Conciliar de Pamplona por el deseo de su madre de que fuera sacerdote, donde estudió cuatro cursos de Humanidades; en 1912 comenzó el bachillerato en el Instituto General y Técnico de Pamplona, y en 1914 se trasladó al Instituto de Vitoria, donde en 1915 consiguió el título de bachiller. Ese año se instaló en Madrid para estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid. Desde 1917, y más intensamente desde 1920, trabajó en el Centro de Estudios Históricos con Américo Castro y Ramón Menéndez Pidal, y junto a Dámaso Alonso, José Fernández Montesinos y Salvador Fernández Ramírez (todos ellos del grupo generacional del 27) formarán un equipo de estudio que se ha dado en llamar Escuela de Pidal, aunque en un primer momento fueron alumnos de Américo Castro.

En el centro profundizó en los estudios de Fonética de la mano del profesor Navarro Tomás, preparación que continuó en la Universidad de Hamburgo de 1922 a 1924 con el profesor Panconzelli-Calzia, compaginándola con su trabajo como lector de español (de lo que resultan sus primeras publicaciones en el ámbito de los estudios de fonética entre 1922 y 1925. Posteriormente estuvo un breve período en España (1924- 1927): fue profesor del Centro de Estudios Históricos (donde conoció a su futura esposa, Joan Evans) así como de la Institución Libre de Enseñanza; en este período publicó sus primeros estudios en un área de conocimiento que le apasionaría posteriormente, la Poética y la crítica literaria; asimismo, publicó los conocidísimos estudios sobre la subagrupación románica del catalán, demostrando la condición del catalán como lengua iberorrománica. En 1927 presentó su tesis doctoral (Estructura de las “Sonatas” de Valle- Inclán) en la Universidad Central de Madrid, que será publicada al año siguiente en la revista Verbum y posteriormente recogida con pocas variaciones en su libro Materia y forma en poesía (Madrid, Gredos, 1955). En ese mismo año de 1927 se trasladó a Argentina y se hizo cargo, como director, del Instituto de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, a propuesta de Menéndez Pidal. En 1928 se casó en Londres con Joan Evans, con quien tuvo cuatro hijos.

La vida de Amado Alonso es inseparable de Argentina, y en concreto del Instituto de Filología de Buenos Aires, al frente del cual permaneció casi veinte años, hasta que en 1946 el Gobierno del general Perón lo expulsara de su cargo. Este Instituto, llamado en la actualidad Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas Dr. Amado Alonso, se fundó en junio de 1923 y fue creado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, siendo Amado Alonso su quinto director. Director desde septiembre de 1927, desde el primer momento se entusiasmó con las posibilidades que ofrecía Hispanoamérica y fruto de ello publicó en 1930 “Problemas de dialectología hispanoamericana.

Nueve estudios complementarios” y en el año 1935 publicó también El español de América. Esta misma preocupación se mantiene en la publicación del excelente ensayo titulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres, de 1943, y, anteriormente, en colaboración con Pedro Henríquez Ureña, la Gramática Castellana (1939), obra de gran trascendencia y reconocimiento a ambos lados del Atlántico. También destaca en el campo de la Poética, en el que publicó, además de su mencionada tesis doctoral, uno de los libros más importantes de crítica literaria del hispanismo, el titulado Poesía y estilo de Pablo Neruda (Interpretación de una poesía hermética), publicado en Buenos Aires en 1940, y su Ensayo sobre la novela histórica: El modernismo en “La Gloria de don Ramiro” de Enrique Larreta en 1942, entre otros trabajos. Su aportación a los estudios de estilística, no sólo desde el punto de vista teórico (véase, entre otros, su famosa “Carta a Alfonso Reyes sobre estilística”, recogida en Materia y forma en poesía), sino, y fundamentalmente, desde la crítica, ha supuesto una renovación en el concepto de estos estudios y un puente de encuentro entre la estilística de la lengua y la estilística del habla.

En el Instituto de Filología de Buenos Aires se formó un gran grupo de colaboradores, toda una escuela, como lo recuerda de manera sintética Frida Werder de Kurlat: “Así se fueron reuniendo Raimundo y María Rosa Lida, Ángel Rosenblat, Marcos A. Morínigo, Raúl Moglia, Berta Elena Vidal, Enrique Anderson Imbert, Guillermo Domblide; más tarde, Julio Caillet- Bois, Daniel Devoto, José F. Gatti, Ana María Barrenechea, María Elena Suárez Bengoechea, Ernesto Krebs, Frida Weber, Juan Bautista Avalle Arce [...] y más tarde Celina Sabor de Cortázar [...]”. Con ese equipo de investigadores y con la extraordinaria capacidad de trabajo de Amado Alonso se fueron publicando obras fundamentales: se continúa con los números correspondientes al Boletín y a los Cuadernos; se planea la creación de la Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana, creada en 1930. En 1931 aparece el primer tomo de la Colección de estudios indigenistas. En 1932 se publica el primer tomo de la Colección de estudios estilísticos. También se crea la Biblia Medieval Romanceada, y se hacen traducciones de importantes obras de estilística. A ello se refiere Ana María Barrenechea cuando señala que “en el Instituto se leían las últimas producciones españolas e hispanoamericanas y los originales o las traducciones de los especialistas extranjeros más significativos.

Conocíamos la obra de los formalistas rusos que habían emigrado a Praga y empezaban a constituir la avanzada del estructuralismo lingüístico sincrónico y diacrónico (Trubetzkoy y Jakobson), unidos al checo Mukarovsky. También se conocían la estilística alemana del habla en Karl Vossler y Spitzer y otros, y la estilística de la lengua practicada por Charles Bally.

Amado Alonso emprendió la edición del Curso de lingüística general de Saussure, que prologó y tradujo, al mismo tiempo que le encargaba a Benvenuto Terracini la Fonología de Trubetzkoy, que quedó sin realizarse entonces. En este plan de acercar al lector hispánico un conjunto de obras fundamentales incluyó su propia versión de El lenguaje y la vida de Charles Bally, Filosofía del lenguaje de Karl Vossler, en colaboración con Raimundo Lida y una colección dedicada a obras sobre poética en la Editorial Losada”.

Todo esto, junto a la creación de una revista especializada, da cuenta de la labor desarrollada por aquellos años en el Instituto. Es en el año 1939, al terminar la Guerra Civil española, cuando Amado Alonso funda en Buenos Aires la Revista de Filología Hispánica, con la colaboración del Hispanic Institute in the United States. Esta revista, que contó con ocho volúmenes en los que publicará muchos de sus trabajos, y que supuso el mantenimiento de la difusión científica que había desarrollado, y desarrollaría posteriormente, la Revista de Filología Española desde España, se suspendió a raíz de la partida de Amado Alonso hacia la Universidad de Harvard en 1946, pero durante el tiempo de su existencia, fue una de las mejores revistas del hispanismo. Después de su salida de Buenos Aires, se van también muchos de sus colaboradores y discípulos, y en 1947 Raimundo Lida, que es acogido en el Colegio de México, inicia la publicación de la Nueva Revista de Filología Hispánica con el mismo espíritu que la anterior y con Amado Alonso como director y colaborador principal.

Además de ser un gran profesor y un infatigable investigador, Amado Alonso destacaba también como conferenciante, faceta que cultivó muy ampliamente, recorriendo y tomando contacto con un número muy importante de universidades. Fue profesor visitante en la Universidad de Puerto Rico en el verano de 1927; en la Universidad de Chile en enero de 1936 y julio de 1941; durante los últimos meses de este mismo año fue visiting professor en la Universidad de Chicago, y en el primer trimestre de 1942 pronunció una serie de conferencias en las universidades de Los Ángeles, Columbia, Princeton y Harvard, en el Smith College y en el Wellesley College. El 27 de diciembre de 1940 fue elegido por la Modern Langage Association of America como miembro honorario extranjero, en la Universidad de Harvard. En el año 1941, Amado Alonso recibió el grado de doctor honoris causa en Humanidades por la Universidad de Chicago, y al año siguiente la American Philosophical Society at Philadelphia le eligió miembro de su corporación. En 1949 era visiting professor en la Universidad de Yale. Asimismo, fue miembro correspondiente de la Academia Argentina de las Letras, de la Academia Argentina de la Historia, Foreign Honorary Member de la Academy of Arts and Sciences de Boston y miembro de la Academia Brasileira de Filología, así como miembro de honor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile.

Su relación con las universidades de América del Norte fue creciendo paulatinamente y en 1946 se trasladó como profesor de Lengua y Literatura Española a la Universidad de Harvard, en principio para un semestre, que, sin embargo, dado los problemas nacionales y universitarios por los que estaba atravesando Argentina, fue definitivo, ya que se le consideró cesante y no se le otorgó la licencia que solicitaba para regresar a ese país, aunque continuó apoyando las investigaciones del Colegio de México y de su revista, en colaboración con Raimundo Lida. Por ello, Amado Alonso es considerado doblemente exiliado, por un lado, de España, ya que desde su salida hacia Argentina en 1927 hasta 1947 no regresó a España —salvo en un viaje personal para visitar a sus padres y presentarles a sus hijos—; no sólo el trabajo universitario sino su liberal pensamiento, carlista en su juventud, y con una España convulsa políticamente, le mantuvieron alejado físicamente de su país, aunque unido profesional y epistolarmente (véase la correspondencia con Dámaso Alonso) a buena parte de los profesores y escritores exiliados contemporáneos (Rafael Alberti, Francisco Ayala, Salvador de Madariaga, Jiménez Asúa, Emilio Prados, Claudio Sánchez Alboroz, Ramón J. Sender y Pedro Salinas, entre otros). Por otro lado, y dado que incluso llegó a adquirir también la nacionalidad argentina, su salida obligada hacia Estados Unidos de América supuso su segundo exilio. Amado Alonso, ya en Estados Unidos de América, se instaló en una zona residencial de Arlington, donde tiene su sede la Universidad de Harvard, y encontró en esta universidad unos pocos discípulos muy fieles y muy entusiastas (Claudio Guillén, Juan Bautista Avalle Arce y Edward Glaser, entre otros); parece ser que no se sentía cómodo con la lengua inglesa y tal vez por ello siempre tuvo nostalgia de Argentina, aparte, desde luego, de la gran nostalgia de España. En la Universidad de Harvard ocupó la cátedra Smith hasta su muerte en 1952. En los últimos años le sobrevino una terrible enfermedad que acabaría con su vida y su obra; sin embargo, ésta quedó dispuesta con los últimos retoques de Amado Alonso (en 1955 se publica en la editorial Gredos, y con sugerente título, Materia y forma en poesía con prólogo de Raimundo Lida, que recoge una selección de trabajos lingüísticos y estilísticos publicados con anterioridad), quedando como “albacea lingüístico” Rafael Lapesa, quien publicará, también en Gredos, los dos primeros volúmenes del trabajo titulado De la pronunciación medieval a la moderna en castellano.

 

Obras de ~: “Augusto ‘agosto y augurio’ agüero”, en Revista de Filología Española (RFE), IX (1922), págs. 69-72; “Consonantes de timbre sibilante en el dialecto vasco-baztanés”, en Tercer Congreso de Estudios Vascos, San Sebastián, 1923, págs. 57-64; “El grupo tr en España y América”, en Homenaje ofrecido a Menéndez Pidal: Miscelánea de estudios lingüísticos, literarios e históricos, vol. II, Madrid, Hernando, 1925, págs. 167-191; “Crónica de los estudios de filología española, 1914-1924”, en Revue de Linguistique Romaine, I (1925), págs. 171-180 y 329-347; “Español como que y cómo que”, “Un pasaje de la Pícara Justina” y “Foi Eça de Qeiroz un plagiador?”, en RFE, XII (1925), págs. 133-156, 179-180 y 200, respect.; “Poesía juglaresca y juglares”, en Revista de Bibliotecas, Archivos y Museos, III (1926), págs. 377-380; “La subagrupación románica del catalán”, en RFE, XIII (1926), págs. 1-38 y 225-261; “Estructura de las Sonatas de Valle-Inclán”, en Verbum, XXI (1928), págs. 7-42; “Problemas de dialectología hispanoamericana. Nueve estudios complementarios”, en A. M. Espinosa, Estudios sobre el español de Nuevo México, Buenos Aires, Instituto de Filología, 1930 (Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana, vol. I), págs. 337-469; “Propósito”, en VV. AA., Introducción a la estilística romance, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1932 (Col. de Estudios Estilísticos, vol. I); El problema de la lengua en América, Madrid, Espasa Calpe, 1935; con Ch. Bally, E. Richter y R. Lida, El impresionismo en el lenguaje, Buenos Aires, Instituto de Filología, 1936; Vida y creación en la lírica de Lope, Madrid, 1936 (ed. Santiago de Chile, 1937); “Por qué el lenguaje en sí mismo no puede ser impresionista”, en VV. AA., El impresionismo en el lenguaje, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1936; El artículo y el diminutivo, pról. de N. Pinilla, Santiago de Chile, Ediciones de la Universidad de Chile, 1937; Castellano, español, idioma nacional. (Historia espiritual de tres nombres), Buenos Aires, Losada, 1938; con P. Henríquez Ureña, Gramática castellana, Buenos Aires, Losada, 1938, 2 vols.; Poesía y estilo de Pablo Neruda (Interpretación de una poesía hermética), Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1940 (Madrid, Gredos, 1997); VV. AA., El Español en Chile, trad., notas y apéndices con R. Lida, Buenos Aires, Instituto de Filología, 1940; K. Vossler, Filosofía del lenguaje. Ensayos, prefacio, trad. y notas con R. Lida, Buenos Aires, Losada, 1940; Ch. Bally, El lenguaje y la vida, trad. de ~, Buenos Aires, Losada, 1941; A new proving ground for the Spanish language, trad. de M. S. de Lavenás, Buenos Aires, Publicaciones del Instituto Cultural Argentino-Norteamericano, 1941; Ensayo sobre la novela histórica. El modernismo en “La Gloria de don Ramiro”, Buenos Aires, Instituto de Filología, 1942 (Col. de estudios estilísticos, vol. III); La Argentina y la nivelación del idioma, Buenos Aires, Institución cultural española, 1943; F. de Saussure, Curso de Lingüística general, pról. y trad. de ~, Buenos Aires, Losada, 1945; Estudios lingüísticos. (Temas españoles), Madrid, Gredos, 1951; Estudios lingüísticos. (Temas Hispanoamericanos), Madrid, Gredos, 1953; Materia y forma en poesía, Madrid, Gredos, 1955; De la pronunciación medieval a la moderna en español, vols. I y II, Madrid, Gredos, 1955 y 1969, respect.

 

Bibl.: VV. AA., Bibliografía de Amado Alonso. Homenaje de sus discípulos, Buenos Aires, 1946; R. Lapesa, “Una muerte ejemplar” (de una carta de Rafael Lapesa a D[ámaso] A[lonso], 2 de junio de 1952), D. Alonso, “Amado Alonso ante la muerte” y “Noticia Biográfica de Amado Alonso”, M.ª R. Lida, “Amado Alonso” y R. Menéndez Pidal, “Amado Alonso”, en Ínsula, año III, n.º 78, 15 de junio de 1952, págs. 1-3; C. Clavería, “Amado Alonso”, R. Lapesa, “Su última lección” y M. Muñoz Cortés, “Amado Alonso. Vida y obra”, en Clavileño, III, n.º 15 (1952), págs. 51, 52 y 53; D. Alonso, “Amado Alonso (1896- 1952)” (Necrológica), en RFE, XXXVI (1952), págs. 204- 208; M. Bataillon, “Amado Alonso”, en Bulletin Hispanique, LIV (1952), pág. 451; C. Clavería, “Amado Alonso (1896- 1952)”, en Hispanic Review, XX (1952), págs. 332-333; R. Lida, “Amado Alonso (1896-1952)”, en Nueva Revista de Filología Hispánica (NRFH) (Colegio de México) (1952), pág. 205; VV. AA., Homenaje a Amado Alonso, en NRFH, n.os 1-2 (1953); R. Lapesa, “Amado Alonso (1896-1952)”, en Hispania, XXXVI (1953), págs. 145-147; A. Reyes, “Amado Alonso”, en NRFH, VII (1953), págs. 1-2; M. A. Morínigo, “Amado Alonso”, en Revista de Filología, V (1959); R. Menéndez Pidal, Tres poetas primitivos, Madrid, Espasa Calpe, 1968 (3.ª ed.), pág. 51; E. Coseriu, “Amado Alonso”, en Tradición y novedad en la ciencia del lenguaje, Madrid, Gredos, 1972, págs. 251-263; F. Weber de Kurlat, “Para la historia del Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas ‘Dr. Amado Alonso’”, en Homenaje al Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas ‘Dr. Amado Alonso’ en su cincuentenario 1923-1973, Buenos Aires, Artes Gráficas Bartolomé U. Chiesino, 1975; R. Alberti, La arboleda perdida, Barcelona, Bruguera, 1980, pág. 203; J. M. Lecea y Yábar, “Amado Alonso”, en Príncipe de Viana, L, n.º 186 (1989), págs. 287-298; R. Lapesa, “Palabras de respuesta y agradecimiento por el premio recibido”, en Premio Amado Alonso II (1988), Homenaje a Don Rafael Lapesa Melgar, Buenos Aires, 1991, págs. 26-36; “Amado y Dámaso Alonso”, en El legado cultural de España al siglo xxi, II. La Literatura: clásicos contemporáneos, Barcelona, Círculo de Lectores-Colegio Libre de Eméritos, 1992, págs. 297-320; “Mi recuerdo de Amado Alonso”, en I. Andrés Suárez (ed.), Estudios de literatura y lingüística españolas: miscelánea en honor de Luis López Molina, Lausanne, Publicaciones de la Sociedad Suiza de Estudios Hispánicos, 1992 (Col. Hispánica Helvética, vol. IV), págs. 321-334; [“Homenaje a Amado Alonso (1896- 1996)”, en Cauce. Revista de Filología y su didáctica (Sevilla), n.º 18-19 (1995-1996), págs. 71-84]; J. C. Gómez Alonso, La teoría literaria de Amado Alonso, Madrid, Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid-ETD Micropublicaciones, 1995; J. M. Lecea y Yábar, “Amado Alonso (1896-1996)”, M. T. Barbadillo de la Fuente, “Amado Alonso, maestro de cordial memoria” y A. M. Barrenechea, “Amado Alonso en el Instituto de Filología de la Argentina”, en Cauce. Revista de Filología y su didáctica (CRFD), n.os 18-19 (1995-1996), págs. 17-70, 85-94 y 95-106, respect.; R. Lapesa, “Amado Alonso”, J. C. Gómez Alonso y T. Albaladejo, “Las ideas literarias de Amado Alonso (en el centenario de su nacimiento)”, J. Alonso, “Recordando a Amado Alonso” y C. Guillén, “El maestro ejemplar”, en Ínsula, n.º 599 (noviembre, 1996), págs. 1-2, 3-4, 5-7 y 23-24, respect.; J. C. Gómez Alonso, “Introducción”, en A. Alonso, Poesía y estilo de Pablo Neruda. Interpretación de una poesía hermética, Madrid, Gredos, 1997, págs. 7-48; J. B. de Avalle Arce, “Don Amado Alonso, crítico literario”, J. C. Gómez Alonso, “Amado Alonso en el desarrollo de la poética formal hispánica”, B. Palomo Olmos, “Amado Alonso: bibliografía comentada” y J. Polo, “Amado Alonso en el recuerdo”, en CRFD, n.os 20-21 (1997-1998), págs. 23-28, 75-92, 183-232 y 233-246, respect.; J. M. Lecea y Yábar, “Navarra en la vida y la obra de Amado Alonso”, en Príncipe de Viana, 59, n.º 213 (1998), págs. 49-55; “Amado Alonso en Madrid y en Buenos Aires”, en CRFD, n.os 22-23 (1999-2000), págs. 403-420; J. C. Gómez Alonso, La estilística de Amado Alonso como una teoría del lenguaje literario, Murcia, Publicaciones de la Universidad de Murcia, 2002; J. Polo, “Amado Alonso en el recuerdo”, en CRFD, n.º 27 (2004), págs. 349-363; B. Palomo Olmos, Bibliografía de Amado Alonso, Cáceres, Universidad de Extremadura, 2004.

 

Juan Carlos Gómez Alonso

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