Mendoza, Domingo de. ¿Talavera de la Reina (Toledo)?, 1474 – Islas Canarias, 1538. Misionero, dominico (OP).
No hay certeza sobre su lugar de nacimiento, aunque es muy probable que fuera en Talavera de la Reina, puesto que en ese lugar nacieron algunos hermanos suyos y tenían el panteón familiar.
Era hijo de Pedro de Loaisa, miembro del Consejo Real de Castilla, y de Catalina de Mendoza. Tío suyo era fray Alonso de Loaisa, quien llegó a ser provincial de la orden dominica en España.
Se formó en el Convento de San Esteban de Salamanca y tomó el hábito el 23 de marzo de 1492. Tres años después se le asignó el Convento de Ávila, empezando a destacar pronto como gran latinista. Fue enviado a especializarse a Italia y allí empezó a concebir la idea de llevar frailes dominicos a evangelizar el Nuevo Mundo. Apoyado por sus superiores, fue autorizado a llevar quince religiosos y tres seglares.
Los cuatro primeros, fray Pedro de Córdoba, fray Antonio Montesino, fray Bernardo de Santo Domingo, y el hermano Domingo de Villamayor, pasaron avanzado agosto de 1510. A finales de ese año pasó otro grupo con cinco frailes y un seglar. Y por marzo de 1511 pasó el tercer grupo con seis frailes y un seglar.
Fray Domingo de Mendoza se embarcó para Santo Domingo al comenzar el otoño de 1511.
Residió en La Española hasta 1518, sustituyendo probablemente como superior a fray Pedro de Córdoba cuando tuvo por necesidad que ausentarse de la isla.
Escribió el documento más antiguo hasta ahora conocido escrito por un miembro de los que formaron la primera comunidad de la orden dominica en el Nuevo Mundo. Se trata de una Carta de Fray Domingo de Mendoza O. P. al Cardenal de España y Arzobispo de Toledo, don Fray Francisco Jiménez de Cisneros O.F.M., fechada en Santo Domingo a 23 de febrero de 1512 y escrita por su autor dos meses después de los sermones de fray Antonio Montesino protestando contra las encomiendas y defendiendo la vida y los derechos de los indios.
En 1518 regresó a España y asistió al Capítulo General de su orden. No pudo conseguir que constituyeran la comunidad del Nuevo Mundo como Provincia autónoma, pero vio a su hermano fray García de Loaisa convertirse en superior general de la orden dominica.
Poco después fue nombrado superior del Convento de Salamanca, y más tarde de la Provincia de la Bética, desde donde dedicó grandes esfuerzos a la evangelización de las Canarias y del Nuevo Mundo. En las Islas Canarias le sorprendió la muerte el año 1538.
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Luis Arranz Márquez