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Jaime Almera y Comas

Biografía

Almera Comas, Jaime. Villasar de Mar, Maresme (Barcelona), 5.V.1845 – Barcelona, 15.II.1919. Geólogo.

Hijo mayor de una familia modesta y numerosa, Almera cursó sus primeros estudios en su pueblo natal, continuándolos en los Escolapios de Mataró. A los quince años ingresó en el Seminario Conciliar de Barcelona y se matriculó en el Instituto de segunda Enseñanza de dicha ciudad. Entre 1860 y 1871 Almera cursó en el seminario, Latín, Humanidades, Filosofía y Teología, con las más altas calificaciones.

En 1867 se graduó como bachiller en artes y al año siguiente como bachiller en ciencias por la Universidad de Barcelona. Aprovechando los cambios legislativos provocados por el Sexenio revolucionario, que permitieron a la Universidad de Barcelona conferir títulos académicos superiores, se matriculó en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, obteniendo la licenciatura en las secciones de físicas y naturales en 1871, y el doctorado en la de naturales en 1874, con una tesis titulada Sobre la teoría de la nutrición vegetal. Previamente, el año anterior, había ingresado en la sección de Barcelona de la Real Sociedad Española de Historia Natural.

Sus primeras labores docentes se centraron en la enseñanza de física y química en el Colegio Ibérico de Barcelona, durante los cursos 1872-1873 y 1873- 1874, utilizando en sus clases como libro de texto su traducción de las Lecciones elementales de química moderna (1874) de Ch. A. Wurtz.

En paralelo a su formación como naturalista, Almera terminó en 1872 sus estudios eclesiásticos en Barcelona, siendo ordenado ese mismo año sacerdote.

Más tarde, se licenció en teología en el Seminario Central de Valencia en 1876.

Con motivo de la institución del Seminario Conciliar como colegio de Segunda Enseñanza agregado al Instituto Provincial de Barcelona, en 1874 el rector Salvador Casañas confió a Almera la cátedra de Historia Natural y Fisiología, de la que más adelante se separaría la Geología. A lo largo de nueve años Almera impartió la Historia Natural en el seminario.

Durante el curso 1874-1875, y para impartir clases prácticas que complementaran las salidas al campo de los alumnos, en el seminario se estableció el Museo Geológico, que formaba parte del antiguo de Historia Natural, correspondiendo a Almera la organización del mismo. Más tarde, entre 1883 y 1885, enseñó Geología, renunciando a la docencia cuando fue nombrado canónigo de la sede episcopal de Barcelona.

Sus actividades docentes en el seminario se desarrollaron en el marco del carácter apologético dictaminado por las orientaciones del Concilio Vaticano I (1869-1870), en el que se establecían las relaciones de concordancia entre ciencia y fe.

Fue en este cuadro de armonía entre ciencia y religión en el que Almera publicó su obra Cosmogonía y Geología, o sea expresión del origen del sistema del Universo considerado a la luz de la religión revelada y de los últimos adelantos científicos, seguido de la Historia antigua de la Tierra del doctor G. Molloy, traducida, refundida y notablemente aumentada (Barcelona, 1877).

En la censura y aprobación de esta obra, realizada por el decano de la Facultad de Teología y catedrático de Sagradas Escrituras, se afirmaba que la geología, ciencia que había realizado grandes progresos en el último medio siglo, había comenzado siendo una disciplina atea y que aún en el presente, un importante número de los científicos que trabajan en este campo continuaban “prescindiendo de Dios y de su providencia para la creación y gobierno del mundo”.

Así, mientras algunos autores habían “atacado a Dios de frente”, otros habían rechazado la revelación y el relato bíblico, considerándolos incompatibles con los descubrimientos geológicos.

Para la publicación de su obra, contó con la colaboración de José Joaquín Landerer. Naturalista valenciano autodidacta, Landerer inició a Almera en el conocimiento práctico de estratigrafía y paleontología estratigráfica. A petición de Almera, Landerer redactó tres capítulos en los que expuso sus ideas acerca de la evolución de las especies.

En los tres capítulos finales de la Cosmogonía y Geología, Almera abordó la concordancia entre el Génesis y la ciencia, contando con la colaboración del padre Fidel Fita, que redactó una versión literal comentada de la cosmogonía mosaica. Por último, Almera incluyó un trabajo de Gerald Molloy, catedrático de teología del Colegio Real de Maynooth (Irlanda).

Ese mismo año, 1877, Almera es admitido como socio en la Société Géologique de France, y poco después en la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.

Su discurso de ingreso en esta última institución científica se tituló De Montjuic al Papiol a través de las épocas geológicas (Barcelona, 1880).

Desde 1878, en que participó en el I Congreso Geológico Internacional que tuvo lugar en París con motivo de la Exposición Universal, y a lo largo de los primeros años del siglo xx, fueron constantes sus asistencias a reuniones científicas internacionales, fundamentalmente celebradas en Francia, donde mantuvo contactos con destacados especialistas en geología y paleontología de la época, con los que intercambió correspondencia y materiales, participando en las excursiones geológicas que le permitieron reconocer y recoger nuevos ejemplares para completar las colecciones científicas. Pero además, Almera también viajó por tierras de Argelia, Palestina, Siria, Egipto, recolectando material geológico, y participó en las sesiones de los Congresos geológicos Internacionales celebrados en Londres, Zúrich y Viena.

Una de sus actividades científicas más conocida y difundida es la relativa al Mapa Geológico de la provincia de Barcelona, realizada a lo largo de varios años junto con el malacólogo Arturo Bofill. Asimismo, ambos van a colaborar con asiduidad, publicando conjuntamente numeroso artículos relativos a la geología y a la paleontología en la revista Crónica Científica.

Otras disciplinas que fueron abordadas por Almera fueron la paleontología de vertebrados y la Hidrología geológica, en donde también realizó destacadas contribuciones, resultado de sus observaciones e investigaciones científicas efectuadas en suelo catalán.

La muerte le llegó el 15 de febrero de 1919, cuando participaba en la organización del sínodo episcopal y había de abordar, desde su cargo de vocal de la Junta de Ciencias Naturales, cuestiones referentes a la reorganización del Servicio del Mapa Geológico.

Entre los historiadores de la ciencia se discute si a Jaime Almera puede considerársele el líder de una escuela geológica catalana. Entre sus discípulos pueden citarse a Norberto Font y Sagué y a Mariano Faura y Sanz. Si bien el primero vio truncada su actividad científica a causa de su fallecimiento a los treinta y siete años, Faura sí pudo continuar la labor de su maestro.

En cualquier caso, independientemente de que creara o no escuela, no puede dejar de valorarse sus aportaciones a la geología y paleontología de Cataluña, en gran medida cimentada gracias a sus relaciones con naturalistas extranjeros y españoles, y su sólida y numerosa obra, que comprende en torno a ciento setenta publicaciones, en la que, junto con Bofill, determinó decenas de taxones zoológicos, lo que permitió a los geólogos y paleontólogos contemporáneos, y de las siguientes generaciones, disponer de una coherente metodología de trabajo y una impresionante fuente de información científica, y con ella continuar el estudio geológico de Cataluña desarrollado por Almera.

 

Obras de ~: Cosmogonía y Geología, o sea expresión del origen del sistema del Universo considerado a la luz de la religión revelada y de los últimos adelantos científicos, seguido de la Historia antigua de la Tierra del doctor G. Molloy, traducida, refundida y notablemente aumentada, Barcelona, 1877; “De Montjuic al Papiol a través de las épocas geológicas”, en Memoria leída ante la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, Barcelona, 1880, págs. 1-53; con A. Bofill, “Moluscos fósiles recogidos en los terrenos pliocénicos de Cataluña. Descripción y figuras de las formas nuevas y enumeración de todas las encontradas en dichos yacimientos”, en Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, 24 (1898), págs. 1-223; con J. Angelis et al., “Descripción de los depósitos pliocénicos de la cuenca del Bajo Llobregat y Llano de Barcelona”, en Mapa Geológico de la provincia de Barcelona, Barcelona, 1894-1907, págs. 1-358.

 

Bibl.: L. Via Boada, “Esbozo histórico-biográfico”, en VV. AA., Cien años de investigación geológica (En el centenario del Museo Geológico creado por el Dr. Almera en 1874), Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1974, págs. 7-42; J. Valls Julia, Aproximación a la obra científica del Dr. D. Jaime Almera y Comas, Barcelona, Trabajos del Laboratorio de Geología del Seminario Conciliar de Barcelona, 1975; F. Nicolau y J. Valls Julia, El Dr. Almera i la seva escola de Geología, Barcelona, Edicions Terra Nostra, 1987; J. Gómez Alba, “Jaume Almera i Comas , Vilassar de Mar, Maresme, 1845-1919. La geología apologética”, en J. M. Camarasa y A. Roca (dirs.), Ciencia i Tècnica als Països Catalans: Una aproximació biográfica, Barcelona, Fundació per a la Recerca, 1995, págs. 595-622.

 

Francisco Pelayo López

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