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Felipe Guillermo de Nassau

Biografía

Nassau, Philippe-Guillaume de. Conde de Buren (II), en Flandes. Bruselas (Bélgica), 19.XII.1554 – 20.II.1618. Príncipe de Orange.

Hijo mayor de Guillermo de Nassau, conocido como Guillermo de Orange, y de Ana de Egmont. Su infancia transcurrió sin apenas sobresaltos y estuvo marcada por el prestigio y el respeto real de que gozaba su padre, incluso fue ahijado de Felipe II (de ahí la primera parte de su nombre compuesto). Sin embargo, su vida daría un giro radical cuando su progenitor se colocó al frente de los nobles contrarios a la política de Felipe II en Flandes. Felipe Guillermo se encontraba estudiando en Lovaina y contaba apenas doce años cuando el duque de Alba, que acababa de llegar a los Países Bajos, ordenó a Juan de Vargas que le prendiera, lo que se llevó a cabo pese a las protestas del rector de la Universidad. En ese momento se decidió enviarle a Castilla para educarle en la fe católica, comenzando un encierro que duraría veintiocho años. Junto a él viajó su gobernador Henri de Wiltpergh que, pese a haber sido designado por Orange, supo adaptarse a las circunstancias y sirvió a gusto de Felipe II y llegó a ser nombrado gentilhombre de la casa de Borgoña en la Casa del Rey. Entre sus servidores también destacó Diego Osorio, uno de sus hombres de confianza durante toda su vida.

Los primeros años de su encierro transcurrieron en el castillo de Arévalo y se caracterizaron por sus problemas pecuniarios, ya que su hacienda, de la cual quedó Charles de Berlaymont como curador en Flandes, se utilizó más para otros menesteres reales que para el mantenimiento de Nassau, asignándosele únicamente una pensión para él y sus servidores. Su padre protestó en diversas ocasiones para que se le liberara, pero tampoco le proporcionó dinero. Tras el asesinato de Guillermo el Taciturno en 1584, Felipe Guillermo tomó el título de príncipe de Orange, aunque no pudo disfrutar de sus posesiones hasta unos años después.

En numerosas ocasiones se especuló con su liberación para que fuera enviado a Flandes y su apellido sirviera para lograr la paz con los rebeldes. Sin embargo, esta decisión no fue tomada por el Rey hasta el 5 de septiembre de 1595, ya que antes no se pensaba que Buren estuviera preparado para ello. Realizó la jornada con el archiduque Alberto y éste, para demostrarle su confianza, le encargó que en Roma visitara al Papa en su nombre. Una vez en Flandes, se le restituyeron sus posesiones en el territorio que controlaba Felipe II, pero no viajó a ellas hasta 1608, cuando reconcilió a su hermana, la princesa Emilia, con su hermano, el conde Mauricio.

Se casó con la hermana del príncipe de Condé, Leonor de Borbón. Dichos esponsales le reportarían, además de nuevos títulos, la posibilidad de entrar en su castillo de Orange ya que con anterioridad no se le permitía, al estar en manos francesas. No se prodigó en actuaciones militares (aunque estuvo presente en la batalla de Nieuwport), ni políticas, y se limitó a aprovechar la herencia que acababa de recibir. Así, en 1615 realizaría un viaje a Holanda, aprovechando la tregua, para tomar posesión de sus bienes en Breda. Murió a comienzos de 1618, y su mujer falleció el mismo año. Ante la falta de herederos, fue su hermano, el conde Mauricio, quien le sucedió en el título y tomó sus bienes.

Pese a su liberación en 1595, las esperanzas sobre su persona no se cumplieron, como relata Roco de Campofrío, que le describe como “hijo mayor del Príncipe de Orange, a quien el señor rey Philippo 2º avía tenido preso en Arévalo desde el prinçipio de la rebelión de su padre y con prudente consideraçión se avía resuelto de embiarle con su Alteza a Flandes, prometiéndosse, que por su miedo, por el affiçión que los vasallos de aquellos estados le tenían en memoria de su padre, se dispondrían bien algunas cosas, esperança que después no surtió effecto alguno, aunque se le dió el título de Prínçipe de Orange y la dignidad de grande, mandándole cubrir, y se le hizieron otras muchas honrras, porque reconoçieron los flamencos que el hombre era de poco talento y menos fuste y substançia y assí solo tractó de vivir sin cuidado, entreteniéndose en bailes y festines y en hazer mal a sus vasallos, sin echar mano del por parte de su Magestad ni de los estados para cosa”.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, lib. 253, fols. 149v.-150r.

J. Roco Campofrío, España en Flandes, trece años de gobierno del archiduque Alberto (1595-1608), Madrid, Ayuntamiento de Alcántara, 1973, pág. 19; W. van der Meer, Biographische Index van de Benelux, Munchen, K. G. Saur, 1997, fichas 530, 245-263, 833 y 417-431.

 

José Eloy Hortal Muñoz