Aunque vizcaíno, su andadura deportiva dio comienzo en 1910, como secretario técnico de la Real Sociedad de San Sebastián, pues en la ciudad easonense tenía sus negocios de representación de automóviles.

Vicepresidente del club y posteriormente presidente, fue uno de los promotores de la anti-Federación Española, en 1910, con la creación de la Unión Española de Clubs, que a punto estuvo de hacer naufragar la estructura del fútbol español. Desaparecida la Unión Española, siempre fue un poder fáctico en la sombra; reapareció cuando la creación de la Liga postulando un torneo más bien elitista, en 1928, y posteriormente en 1933-1934 apoyando a los “ponencistas”; pero en estas dos ocasiones, Olave estaba justamente en la trinchera de enfrente. En 1924, en una de aquellas turbulentas asambleas, fue elegido presidente de la Federación Española. En aquellos años de tanta agitación en el seno del fútbol español fue una figura de enorme relieve e importancia. [...]