Rodrigo, San. ?, p. s. IX – Córdoba, 13.III.857. Eclesiástico, santo.
Era natural de un pueblo cercano a Cabra (Córdoba), en cuya ciudad fue ordenado presbítero. Uno de sus dos hermanos se había convertido al Islam, manteniendo por esto frecuentes disputas con el otro; una noche se enzarzaron de tal forma que llegaron a las manos. Rodrigo intentó mediar entre ambos, pero recibió de ellos tal paliza que lo dejaron sin sentido y medio muerto. Entonces el hermano musulmán lo metió en un féretro y lo paseó por las calles diciendo que su hermano sacerdote, antes de entrar en agonía, había abrazado el Islam y de esta forma se lo quería dar a conocer.
Rodrigo recuperó la salud y, enterado de lo hecho por su hermano, decidió huir y refugiarse en la serranía cordobesa. Cinco años después la casualidad hizo que se topara con su hermano en la ciudad de Córdoba.
Arrastrado ante el cadí, confesó ser cristiano desde siempre y no haber abrazado nunca la doctrina coránica, por lo que fue arrojado al calabozo. Allí se encontró con Salomón, otro cristiano acusado de haber apostatado del Islam, y juntos fueron conducidos días después al suplicio, siendo decapitados a orillas de Guadalquivir, al que fueron arrojados los cuerpos.
El de Rodrigo fue recuperado veinte días después y enterrado en el Monasterio de San Ginés del Arrabal de Tercios, mientras que el de Salomón, descubierto algo más tarde, recibió sepultura en la Basílica de los Santos Cosme y Damián.
Bibl.: A. S. Ruiz, Obras completas de San Eulogio. Edición bilingüe, Córdoba, Real Academia de Córdoba, 1959, págs. 387- 403; J. Vives, “Rodrigo y Salomón”, en J. Vives Gatell, T. Marín Martínez y Q. Aldea Vaquero (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 2100; K. B. Wolf, Christian martyrs in muslim Spain, Cambridge, University Press, 1988, págs. 32-33.
Miguel C. Vivancos Gómez, OSB