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Enrique Almaraz y Santos

Biografía

Almaraz y Santos, Enrique. La Vellés (Salamanca), 22.IX.1847 – Madrid, 22.I.1922. Canónigo, camarero del Papa, obispo de Palencia, arzobispo de Sevilla, senador del reino y cardenal.

En su infancia se formó en la casa-escuela de su pueblo natal, donde su padre ejercía de maestro. Estudió en el seminario de Salamanca, en el que obtuvo el doctorado en Teología y el bachillerato en Cánones.

Ordenado sacerdote, fue coadjutor en varias parroquias. Expulsados los jesuitas, le encargó su obispo las cátedras de Teología y luego Patrología y Oratoria Sagrada, siendo nombrado canónigo magistral en 1874 y secretario capitular. A propuesta de su obispo, Narciso Martínez Izquierdo, fue nombrado por el papa León XIII camarero secreto de Su Santidad, mientras que el rey Alfonso XII le nombró predicador de Cámara. Al ser trasladado el mencionado obispo a la nueva diócesis de Madrid-Alcalá, como primer prelado de la misma, marchó con él a la capital de España como su secretario de Cámara y arcipreste de la catedral madrileña, datando de esta época su amistad con el secretario de la Nunciatura Apostólica, Giacomo Della Chiesa, quien luego llegaría a ser el papa Benedicto XV (1914-1922).

En 1886, al morir el mencionado obispo de Madrid, víctima de un atentado del que fue autor el sacerdote Cayetano Galeote, fue elegido vicario capitular hasta la posesión del nuevo obispo matritense, Ciriaco-Maria Sancha Hervás, en 1886. Durante algún tiempo desempeñó varias cátedras en el seminario diocesano de San Dámaso. En 1893 fue propuesto para el obispado de Palencia, preconizándole León XIII el 19 de enero. Recibió la consagración episcopal en la catedral de San Isidro de Madrid, el 16 de abril sucesivo, de manos del cardenal Sancha, arzobispo de Valencia. El 22 de abril tomó posesión de la diócesis palentina. Construyó nueve templos parroquiales y restauró setenta, así como la cripta de San Antolín en la catedral, San Miguel de Frómista y San Juan de Baños; terminó el palacio episcopal y el seminario; aprobó la instalación de catorce nuevas congregaciones religiosas; visitó tres veces las parroquias de la diócesis, construyó treinta y una casas rectorales y exhortó a su clero a que valorase la vida espiritual, practicando ejercicios y retiros espirituales mensuales y conferencias, y propagó la Liga Nacional para su defensa. Fundó el Montepío Diocesano del Clero y la Obra para el Fomento de Vocaciones Sacerdotales. También se ocupó de la enseñanza y la catequesis. Sintiendo el interés de León XIII por los temas sociales, creó la cátedra de Sociología en el seminario palentino y también varios círculos católicos y corporaciones católico-obreras. En 1904, con motivo del 50 aniversario de la definición del dogma de la Inmaculada, erigió tres monumentos a la Virgen en Palencia, Carrión de los Condes y Villamuriel.

Celebró un sínodo diocesano en 1906. Presentado por el rey Alfonso XIII para la sede metropolitana de Sevilla, fue preconizado el 18 de abril de 1907 por el papa Pío X, quien le confirió la dignidad cardenalicia en 1911, asignándole el título de San Pedro in Montorio. Fue Gran Cruz de Carlos III, senador e hijo adoptivo de Sevilla, El Puerto de Santa María y Palencia. A primeros de septiembre de 1914 asistió al cónclave en que fue elegido papa Benedicto XV. Entre su fecunda labor pastoral hay que destacar la creación de la agencia católica Prensa Asociada (1909), la inauguración de la sede de El Correo de Andalucía (1912) y la institución del Día de la Prensa Católica (1916). Creó la junta diocesana para el jubileo sacerdotal de Pío X y organizó una peregrinación sevillana a Roma en 1908. Comentó escritos del mismo Papa sobre el modernismo y, ya con Benedicto XV, exhortó a rezar por la paz durante los años de la Primera Guerra Mundial, pidiendo también oraciones para la continuidad del Papa en el Vaticano.

Coronó las imágenes sagradas de las Vírgenes de los Milagros, en El Puerto de Santa María (1916) y la del Rocío en Almonte (1919). Su preocupación por el clero se extendió a los aspectos materiales, espirituales y pastorales, recabando de las Cortes el cumplimiento del Concordato de 1851 para remediar su precaria economía, además de escribir al presidente del Consejo sobre este tema. Siguiendo las orientaciones de Pío X, se preocupó por la liturgia y la música sacra, convocando en 1908 un congreso nacional sobre el tema y creando clases de música sagrada y canto gregoriano en el seminario hispalense. También fomentó el canto de los fieles en los actos litúrgicos.

Para promover la devoción a Santa Teresa, organizó una peregrinación andaluza a Ávila y Alba de Tormes (1914), construyendo a sus expensas un altar dedicado a la Santa de Ávila en la catedral sevillana (1918). Organizó diversas exposiciones de objetos y ornamentos sagrados y la retrospectiva del arte concepcionista, coincidiendo con la celebración en Sevilla del III Centenario del Voto Concepcionista (1917). En recuerdo de estas fiestas concepcionistas se inauguró el 8 de diciembre de 1918 el monumento levantado a la Inmaculada Concepción que se contempla en la plaza del Triunfo, obra de Coullaut Valera.

En 1918 celebró una semana social. Tanto en Palencia como en Sevilla publicó al comienzo de la Cuaresma extensas cartas pastorales para sensibilizar a los fieles ante este tiempo sagrado.

En el campo político intervino como senador del reino contra la proyectada ley de Asociaciones, llamada del Candado, presentada a las Cámaras en 1912 por Canalejas. Formuló una protesta al jefe del Gobierno contra las escuelas antirreligiosas, así como contra la intromisión del poder civil en la celebración del matrimonio canónico (1913). Contribuyó también a la erección del monumento al Sagrado Corazón de Jesús, en el Cerro de los Ángeles madrileño.

Perteneció a la Real Academia de la Historia. En el consistorio secreto del 16 de diciembre de 1920 fue nombrado arzobispo de Toledo. Sin embargo, siguió rigiendo la archidiócesis hispalense hasta el 1 de julio de 1921, en que resignó sus poderes en el cabildo. A petición suya, Benedicto XV concedió a España en 1921 el privilegio de poder celebrar con misa y oficio propios la fiesta de María Medianera de Todas las Gracias. Su estancia en Toledo fue muy corta, pues diversos achaques lo tuvieron postrado en el lecho la mayor parte del tiempo. Murió siete meses después de su llegada a la Ciudad Imperial, el mismo día en que el papa Benedicto XV fallecía en el Vaticano, y fue enterrado en la capilla de Santa Teresa de la catedral toledana.

 

Obras de ~: Sermón predicado en honor de San Ildefonso, Madrid, 1889; Carta pastoral sobre la educación, Palencia, 1905; Acta et Constitutiones Synodi dioecesanae Palentinae, Burgos, 1906; Restauración de todas las cosas en Cristo, Sevilla, 1911; La necesidad de la religión en una sociedad que se va paganizando, Sevilla, 1912; La devoción de los arzobispos de Sevilla a Santa Teresa de Jesús, Sevilla, 1915.

 

Bibl.: R. Ritzler y P. Séfrin, Hierarchia catholica, vol. VIII, Padua, Typis et Sumptibus Domus Editorialis “Il Messaggero di [...] Stuttgart”, Hiersemann, 1978, págs. 435 y 436; F. Díaz de Cerio, Regesto de la correspondencia de los obispos de España en el siglo XIX con los nuncios, según el fondo de la nunciatura de Madrid en el Archivo Vaticano (1791-1903), vol. III, Città del Vaticano, Archivio Vaticano, 1984, págs. 31-34; C. Ros, Los arzobispos de Sevilla, Granada, Anel, 1986, págs. 276- 278; V. Cárcel Ortí, “Benedicto XV y los obispos españoles. Los nombramientos episcopales en España desde 1914 hasta 1922”, en Archivum Historiae Pontificiae, 29 (1991), págs. 197-254; “Nombramientos de obispos en España durante el pontificado de san Pío X (1903-1914)”, en Analecta Sacra Tarraconensia (AST), 68 (1995), págs. 235-423; “Los nombramientos de obispos en España durante el pontificado de León XIII. Segunda parte: 1885-1903”, en AST, 70 (1997), págs. 321-504; Z. Pieta, Hierarchia Catholica, vol. IX, Padua, Edizioni Messaggero Padova, 2002, págs. 10, 11, 14, 24, 27, 54, 200, 279, 286, 303 y 373; J. M.ª Javierre, “La diócesis de Sevilla en el siglo XX”, en J. Aranda Doncel et al., Historia de las Diócesis Españolas, vol. 10. Iglesias de Sevilla, Huelva. Jerez y Cádiz y Ceuta, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 2002, págs. 368-379.

 

Vicente Cárcel Ortí