Arenas, Manuel Ignacio de. Priego de Córdoba (Córdoba), 12.I.1740 – Italia, c. 1800. Literato jesuita (SI).
Nada se sabe de cómo y dónde se desarrolló su infancia, pero sí que a los trece años de edad, concretamente el 14 de septiembre de 1753, ingresó en la Provincia Bética de la Compañía de Jesús, muy probablemente en el colegio de Sevilla. Allí debió de permanecer, cubriendo su período de formación, hasta que a comienzos de junio de 1759 se puso en marcha hacia El Puerto de Santa María, adonde llegó el 17 del mismo mes y donde tendría que esperar casi tres meses para luego embarcar con destino a Filipinas. En aquel momento se encontraba estudiando Filosofía.
La expedición de la que formó parte fue la última que se organizó con destino a Filipinas, antes de que se ejecutara la orden de expulsión de la Compañía de todos los dominios hispanos. Concretamente salió de la bahía de Cádiz el 24 de septiembre de 1758 a bordo del navío de azogues La limeña, junto a otros diecisiete compañeros que formaban parte del primer grupo de los dos en que tuvo que dividirse la expedición.
Su incorporación a la Provincia de Filipinas tenía lugar en un momento de crecimiento en lo que a su acción evangelizadora se refiere. Sin embargo, tan magníficas expectativas se iban a ver truncadas bruscamente.
El 19 de mayo de 1768 se procedió a aplicar el decreto de expulsión. En apenas un instante, sin previo aviso, pasaban a ser considerados como presos por Su Majestad. En los catálogos que se elaboraron para tratar de identificar a todos y cada uno de los miembros de la Provincia, aparece el padre Manuel de Arenas, ya como sacerdote, aunque sin indicar el momento en el que tuvo lugar el cambio de estado, vinculado al Colegio de San Ildefonso. El total de los integrantes de la provincia se embarcó en tres navíos. El padre Arenas partió rumbo a El Puerto de Santa María en el San Carlos, que junto a La Venus siguieron la ruta del cabo de Buena Esperanza.
Después de siete meses de viaje y de sufrir numerosas bajas entre los expedicionarios, llegaron a Cádiz el 10 de agosto de 1770. Apenas habían transcurrido dos meses cuando iniciaron el camino del exilio italiano, adonde llegarían a mediados de diciembre del mismo año. Rávena y Bolonia fueron el destino que se les había reservado. Allí mismo debieron de transcurrir los últimos días de su vida, hecho que sitúa Archimbau hacia 1800.
El exilio italiano proporcionó al padre Arenas el tiempo necesario para dedicarse a la escritura y para mantener una fluida correspondencia con otros hermanos de religión y de exilio. El Compendio o Discurso sobre la población de América e Islas Filipinas viene a ser su aportación sobre el origen de la población de América. La segunda parte del mismo se convierte en una especie de diccionario geográfico de América. Su segunda obra, Historia natural de las Filipinas, aún inédita, tiene un marcado carácter catequético. Sommervogel le atribuye también un escrito menor elaborado “Por el felicísimo nacimiento de Su Alteza el Serenísimo Príncipe Don Fernando Borbón, en corto, pero debido y humilde reconocimiento”, que vería la luz el año 1784.
Bibl.: J. E. Uriarte y M. Lecina, Biblioteca de escritores de la Cia. de Jesús pertenecientes a la Antigua Asistencia de España desde sus orígenes hasta el año 1773, t. I, Madrid Imprenta de la Viuda de López del Horno, 1925, págs. 264-265; M. Batllori, La cultura hispanoitaliana de los jesuitas expulsos. Españoles, hispanoamericanos y filipinos, Madrid, Gredos, 1966, pág. 589; A. Galán García, El Oficio de Indias de los Jesuitas en Sevilla (1566-1767), Sevilla, Focus, 1995, pág. 341; M. I. de Arenas, Compendio o Discurso sobre la población de América e Islas Filipinas, transcr. y est. prelim. de A. Galán García, Sevilla, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 2001.
Agustín Galán García
