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Tomás Rodríguez Pinilla

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Biografía

Rodríguez Pinilla, Tomás. Salamanca, 8.XI.1815 – Madrid, 23.V.1886. Jurisconsulto, geógrafo, escritor y político demócrata.

Hijo de María Pinilla, natural de Ciudad Rodrigo, y del salmantino José Rodríguez, artesano del selecto gremio de los plateros, que había fundado la Escuela de San Eloy, a la que estuvo especialmente vinculado.

Se crió en un ambiente familiar marcado por las ideas liberales del padre y la persecución política que sufrió al restablecerse el absolutismo en 1823, lo que propiciaría su temprana militancia en las filas del Partido Progresista. En 1835, siendo estudiante de Derecho en la Universidad de Salamanca, se alistó como voluntario en un cuerpo franco del Ejército liberal para combatir al bando carlista en la guerra civil. Tras obtener los grados de bachiller en Leyes (1834) y Cánones (1836) y de licenciado en Leyes, empezó a ejercer de abogado en el pueblo salmantino de Vitigudino en 1838. El 23 de diciembre de ese año, al ser ocupada la población por la partida carlista del cabecilla Calvente, participó, en compañía de cinco amigos liberales y otros tantos carabineros, en la defensa de la torre de la iglesia, resistiendo hasta la llegada de las tropas del gobierno, que provocaron la huida de los asaltantes. En 1839 fue condecorado con la Cruz de María Isabel Luisa, por méritos de guerra, y trasladó su residencia a Ledesma, desde donde apoyó la revolución de septiembre de 1840 y luego la coalición antiesparterista que acabó con la regencia del duque de la Victoria en julio de 1843. Dos años después fijó su residencia y bufete en Salamanca. Tras aprobar en 1846 el examen que le facultaba para enseñar como regente de segunda clase, obtuvo por oposición la Cátedra de Historia del Instituto Provincial agregado a la Universidad, plaza que ocupó en propiedad el 25 de enero de 1848 y que ejerció muy poco tiempo, pues fue privado de ella ese mismo año por negarse a firmar la exposición de vidas y haciendas. Por entonces obtuvo el nuevo grado de bachiller en Filosofía y en 1850 se habilitó como profesor regente de segunda clase en Geografía, impartiendo desde entonces esta enseñanza en la Facultad de Filosofía y Letras.

Habiendo tomado contacto con los demócratas madrileños, publicó en el año 1850 en el efímero periódico de Fernando Garrido El Eco de la Juventud, que tenía como bandera la difusión de la instrucción y de la asociación entre las clases populares. Tomó parte activa en la revolución de julio de 1854, siendo nombrado por aclamación miembro de la Junta de Gobierno de Salamanca, que presidió el progresista Álvaro Gil Sanz. Como presidente de la asociación La Unión hizo campaña contra el gobernador Alegre Dolz, baluarte de los moderados vicalvaristas, y colaboró en el periódico salmantino El Centinela del Pueblo, que, desde su aparición en agosto, apoyó la candidatura progresista a las Constituyentes, por la que resultó elegido en octubre. Aunque votó en las Cortes con la minoría demócrata, no se contó entre los veintiún diputados que votaron contra la Monarquía de Isabel II el 30 de noviembre de ese año, siendo desde entonces un demócrata monárquico vinculado tanto a sus correligionarios como a los progresistas. En 1856, se resistió en Salamanca a la contrarrevolución de O’Donnell, por lo que fue llevado a Valladolid y puesto a disposición del capitán general. Casado con María Bartolomé Polo, compró por entonces algunas propiedades desamortizadas en Ledesma, siendo también mediano contribuyente en la capital salmantina, lo que le garantizaba el disfrute del sufragio. Desde 1860 viajó a Madrid, seguramente para ampliar estudios y cultivar sus contactos políticos, colaborando ese mismo año en el diario La Discusión de Nicolás María Rivero, un demócrata que defendía el entendimiento con los progresistas. Al año siguiente mantuvo en el bisemanario salmantino Adelante, en el que colaboró asiduamente, una polémica a favor del ferrocarril de Medina del Campo a Salamanca, que publicó también en forma de folleto. En 1863 se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Central con un discurso en que comparaba la civilización oriental con la europea e impulsó el retraimiento en las elecciones generales acordado por progresistas y demócratas.

Conspirador antiborbónico, protagonizó, a la cabeza de un grupo de unos ciento cincuenta paisanos armados, un prematuro y frustrado levantamiento en Salamanca la noche del 16 al 17 de junio de 1866 (cinco días antes de la insurrección general de Madrid), al parecer por una apresurada orden de Ruiz Zorrilla, lo que le obligó a exiliarse en Portugal, al tiempo que se le abría un proceso judicial y era despojado de su Cátedra de Geografía por Real Orden de 28 de septiembre. Tras ser sobreseída la causa por la Audiencia de Valladolid, abandonó la localidad portuguesa de Freixo de Espada a Cinta, donde estuvo refugiado en la casa de su amigo el doctor Guerra (tío de Guerra Junqueiro), para regresar a Salamanca en enero de 1867. Desde su llegada, sufrió una constante persecución: fue encarcelado en la capital salmantina en octubre y al mes siguiente desterrado a Burgos; al poco de regresar a Salamanca, en virtud de una amnistía, en la primavera de 1868, entró nuevamente en la cárcel, de la que salió al mes siguiente bajo vigilancia policial. En septiembre, fue otra vez preso y conducido a Valladolid, pero logró huir de sus vigilantes y encontrar refugio en casa de unos parientes de Moraleja de Matacabras, donde le sorprendió el triunfo de la revolución. Desde la población abulense se dirigió a Peñaranda de Bracamonte para reunirse con sus hijos que estaban al cuidado de su cuñado, el maestro de escuela Anselmo Bartolomé, siendo agregado honoríficamente a la Junta antiborbónica de la localidad. Llegó a Salamanca el 1 de octubre, al día siguiente de haber sido elegido presidente de la Junta revolucionaria definitiva, en plena fiesta revolucionaria, siendo recibido como un héroe liberal en medio del mayor entusiasmo patriótico popular.

Disuelta la Junta salmantina el 23 de octubre de 1868 y rota la coalición revolucionaria por los monárquicos y los republicanos, se adhirió al Manifiesto de Conciliación Monárquica del 12 de noviembre, que firmaron, junto a unionistas y progresistas, los demócratas cimbrios seguidores de Rivero, con los que se identificaba. Siendo ministro Sagasta y subsecretario su amigo Gil Sanz, se trasladó a Madrid para tomar posesión, el día 24, del cargo de oficial de la clase segunda del Ministerio de Gobernación, con un sueldo anual de 3200 escudos. Asimismo fue nombrado, en esos mismos días, miembro del Comité electoral de la coalición monárquica gubernamental. Habiendo fijado su residencia definitivamente en Madrid, fue elegido por su circunscripción natal diputado de las Cortes Constituyentes en enero de 1869. Ascendido por rigurosa escala, el 1 de julio, a jefe de Administración de 1.ª clase, renunció a este ascenso por pensar —en contra de Sagasta— que al aceptarlo incurriría en incompatibilidad parlamentaria, por lo que quedó — tras la desaparición del cuerpo de oficiales segundos— con una categoría y un haber inferiores a los que ya disfrutaba. Para salvar este escollo (que representaba una mengua de 2000 escudos en su sueldo), renunció a su escaño el 3 de mayo de 1870 y, tras ser reelegido por Salamanca ese mismo mes, fue admitido nuevamente en las Cortes el 13 de junio, permaneciendo en ellas hasta su disolución en enero de 1871. Durante este período, fue un parlamentario muy activo que destacó por su defensa del Jurado, sobre el que escribió un libro en el que defendía la importancia de esta institución para extender las costumbres democráticas entre la ciudadanía así como su proyecto de reforma judicial tomado en consideración por las Constituyentes en diciembre de 1869. A primeros de mayo de 1871 empezó a dirigir el diario madrileño La Constitución, inspirado por Rivero, que dejó de publicarse el 27 de enero de 1872. Militando en el Partido Progresista Radical de Ruiz Zorrilla, fue elegido diputado por Salamanca en agosto de dicho año y nombrado director general de Propiedades y Derechos del Estado del Ministerio de Hacienda por los dos gobiernos presididos por aquél (1871 y 1872-1873), puesto desde el que preparó la desamortización y venta de las minas de Río Tinto. Formó parte de la Asamblea Nacional que proclamó la República en febrero de 1873, desempeñando en este año el cargo de secretario general en los Ministerios de Hacienda (abril) y Estado (agosto), siendo además nombrado consejero de Estado en septiembre.

En 1874 publicó La lira del proscrito (libro de poemas de contenido autobiográfico) y dimitió de su puesto en el Consejo de Estado en junio, manteniéndose alejado de la política y dedicado a sus labores intelectuales durante la Restauración. Promotor de la creación de la Sociedad Geográfica de Madrid, en agosto de 1876 fue uno de los accionistas fundadores de la Institución Libre de Enseñanza, vinculación al krausismo que se manifestó, igualmente, en su libro Hércules y Anteo (1880), en el que aportaba una visión organicista y cristiana de las instituciones políticas y del humanismo democrático. Colaboró en La Ilustración Española y Americana, El Liberal y otros periódicos madrileños y tradujo, junto a Nicolás Salmerón y Ángel Fernández de los Ríos, al que le unió una gran amistad, la voluminosa Historia de la Humanidad del krausista François Laurent, publicada en español en 1879-1880. Sus hijos Cándido e Hipólito fueron poeta y médico, respectivamente, y su nieto Enrique Rodríguez Mata, catedrático de Economía Política en la misma Universidad en la que él enseñó.

 

Obras de ~: Consideraciones sobre la vía férrea más conveniente a los intereses generales de la provincia de Salamanca, Salamanca, Imprenta del Adelante, 1861; Discurso leído en el acto solemne de recibir la investidura de Doctor en la Facultad de Filosofía y Letras [Carácter propio de la civilización oriental índica y de sus relaciones con la llamada indo-europea o indogermánica], Madrid, Imprenta Militar de Pedro Montero, 1863; Reseña histórica de los progresos de la Geografía y de los viajes y descubrimientos, desde los tiempos más remotos, hasta los presentes, Salamanca, Adelante, 1863; Discurso que en la apertura de los estudios de la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy de la ciudad de Salamanca para el curso de 1864-1865 y en el acto solemne de la adjudicación de premios leyó [...], Salamanca, Adelante, 1864; La cuestión de las aguas en Salamanca. Artículos sobre tan importante asunto tomados del Adelante, periódico que se publica en esta capital, Salamanca, Imprenta de Sebastián Cerezo, 1865; Discurso que en la apertura de los estudios de la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy de la ciudad de Salamanca para el curso de 1868 a 1869 leyó [...] [Causas que contribuyen a los progresos y engrandecimiento del arte y las que engendran su postración], Salamanca, Est. Tipográfico de Oliva, 1868; El Jurado y su planteamiento en España, Madrid, Imprenta de la Constitución, 1871 (2.ª ed., correg. y aum., 1882); Memoria presentada al Excmo. Sr. Ministro de Hacienda Don Servando Ruiz Gómez, Madrid, Imprenta de Miguel Ginesta, 1871; Informe que por resultado de la visita oficial a los establecimientos mineros de Almadén y Río-Tinto presenta al Excmo. Sr. Ministro de Hacienda D. Servando Ruiz Gómez, Madrid, Ginesta, 1872; La lira del proscrito, Madrid, Ginesta, 1874; Hércules y Anteo. Estudio sobre biología social, Madrid, Est. Tipográfico de M. P. Montoya y Cía., 1880; Colón en España. Estudio histórico-crítico sobre la vida y hechos del descubridor del Nuevo Mundo. Personas, doctrinas y sucesos que contribuyeron al descubrimiento, Madrid, Est. Tipográfico de los Sucesores de Rivadeneyra, 1884.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 38 n.º 43, 61 n.º 19 y 72 n.º 17.

Contestación a la memoria publicada por D. Tomás Rodríguez Pinilla en defensa del proyecto de ferro-carril de Medina del Campo a Salamanca, Salamanca, Imprenta de Diego Vázquez, 1862; Los diputados pintados por sus hechos. Colección de estudios biográficos sobre los elegidos por el sufragio universal en las Constituyentes de 1869, t. I, Madrid, R. Labajos y Cía., 1869- 1870, págs. 410-412; R. Muñiz, Apuntes históricos sobre la revolución de 1868, t. I, Madrid, Imprenta de Fortanet, 1884, págs. 143-146; M. Colmeiro, “Colón en España, por D. Tomás Rodríguez Pinilla.- Madrid, 1884”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, t. 12 (1888), págs. 407-409; M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid, Imprenta J. Palacios, 1903, pág. 389; Tomás Rodríguez Pinilla (1814-1886). Un hombre de antaño. Remembranza, Salamanca, Imprenta y Librería de Francisco Núñez Izquierdo, 1926; J. Moreiro Prieto, Julián Sánchez Ruano, Salamanca, Centro de Estudios Salmantinos, 1987, págs. 64 y ss.; J. M. García García, Prensa y vida cotidiana en Salamanca (siglo XIX), Salamanca, Universidad, 1990, págs. 39- 40; R. Serrano García, “Del liberalismo censitario al ensayo democrático del Sexenio”, en J.-L. Martín (dir.), Historia de Salamanca, t. IV, Salamanca, Centro de Estudios Salmantinos, 2001, págs. 161-255; R. Serrano García, “Aproximación a Tomás Rodríguez Pinilla (1815-1886). Demócrata e intelectual salmantino”, en Congreso Internacional Orígenes del Liberalismo. Universidad, política, economía, Salamanca, Universidad, 2002.

 

Gregorio de la Fuente Monge

 

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