Jorba, Guerau. Cataluña, p. t. s. xii – c. 1188. Miembro del séquito de Ramón Berenguer IV y del rey Alfonso el Casto, señor.
Fue señor de un dominio importante con castillos en la Cataluña central interior, que desde su centro en la comarca de La Segarra (Rubinat, Montfalcó) se extendía a las vecinas de Anoia (Jorba), de las Garrigues (Vinaixa), de la Conca de Barberà (Albió, Montblanc) hacia las tierras occidentales de Lérida (Alcarràs, Montagut de Llitera). Perteneció a la alta aristocracia catalana, siendo su abuelo materno Guillem Dalmau de Cervera, del linaje de los Cervera, y su nieta Gueraua se unió con un gran magnate, el vizconde de Cardona. Guillem Dalmau legó su herencia a su hija y marido, Guillem de Pujalt, que constituyó el eje del patrimonio de Guerau de Jorba.
Fue consejero y miembro destacado del séquito del conde Ramón Berenguer IV y sobre todo del de su hijo el rey Alfonso el Casto, siguiendo así junto a su hermano, Guillem de Cervera, los pasos de su abuelo Guillem, que había sido del Consejo del conde Ramón Berenguer III. Su actividad junto a ambos dignatarios fue militar, participando activamente en las conquistas de Tortosa (1148) y Lérida (1149) y actuó como consejero en las tareas de organización feudal y territorial de la Cataluña Nueva, o, ya en tiempos del rey Alfonso, en procesos judiciales de conflictos señoriales.
También respondió a préstamos que el conde Ramón Berenguer IV o su hijo no podían satisfacer e incluso actuó de garante en la compra del tercio de la ciudad de Tortosa realizada por el conde en 1151.
Su posición económica destacada se reforzó al menos desde 1167 cuando fue el cobrador de las parias del Rey, y que se tradujo en una evidente disponibilidad de oro durante esos años, aunque terminó su vida con problemas financieros. Las relaciones con Ibn Mardanis, el rey Lobo de Murcia y de Valencia, le valieron el papel de intermediario y garante en el acuerdo de paz de dos años alcanzado con el rey Alfonso el Casto en 1169, por el que el rey Lobo le pagaría 25.000 morabetinos a cambio de dicho compromiso de paz. Además, de conformidad con las políticas de patrocinio a las órdenes militares y a la Orden del Císter de Ramón Berenguer IV, realizó diversas donaciones votivas al Temple y principalmente a los monasterios de Poblet o Santes Creus, que fueron relevantes en sendos procesos de formación patrimonial.
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Maria Bonet Donato
