González Mayoral, Pedro. El Escorial (Madrid), c. 1640 – Toledo, 25.VII.1706. Arquitecto y marmolista.
Arquitecto cuyos inicios como maestro de cantería se vinculan al taller de marmolería de la catedral de Toledo en torno a 1660, año en que contrajo primeras nupcias con María Rodríguez. Después de otros tres matrimonios, se conoce por su testamento, otorgado en Toledo el 24 de enero de 1702, que era hijo de Simón González y María Mayoral, vecinos de la villa de El Escorial, donde habría de nacer hacia 1640. Pedro González moría el 25 de julio de 1706 y fue enterrado en la iglesia de los Santos Justo y Pastor de Toledo.
De su actividad profesional hay noticia de que ya en 1665 se titulaba maestro marmolista y sobrestante de las obras de la capilla del Ochavo o de las Reliquias, en la catedral, con ocasión de la obra de revestimiento marmóreo que estaba realizándose bajo la experta dirección de Bartolomé Sombigo y Salcedo, maestro de ayuda de trazador de las Obras Reales, a quien hay que tener por su indiscutible profesor, protector y a quien le uniría gran amistad de por vida; y quien, ya ascendido en 1673 a maestro mayor de obras de la santa iglesia catedral y maestro mayor y aparejador de las obras de los Alcázares Reales de Toledo, seguirá contando en sus proyectos con la confianza de Pedro González en tareas competentes de arquitecto y tracista de obras y como tasador de los trabajos especializados de cantería y mármol realizados desde 1672 en la iglesia de las capuchinas descalzas y en el acabado de la fachada de la iglesia de los jesuitas de Toledo.
Con la desaparición de Sombigo en 1682 y hasta 1706, Pedro González ejerció en Toledo y su territorio eclesiástico como indiscutible primer arquitecto, acreditado por su probada experiencia constructiva y premiado con nombramientos oficiales en tareas de responsabilidad siendo maestro mayor y aparejador de las obras de los Reales Alcázares, ya interinamente desde 1685, y confirmado en ese puesto en 14 de noviembre de 1690, y aparejador de las obras de la catedral, desde 1673, pero ejerciendo de hecho como maestro mayor de sus obras en las ausencias frecuentes de los titulares oficiales, los artistas madrileños José Jiménez Donoso y Teodoro Ardemans. También el consistorio toledano requirió la autoridad de Pedro González en la junta de peritos que asistió permanentemente en la dirección técnica de edificación de salas y torres del palacio municipal como su arquitecto, desde 1695 hasta 1703, proyectando y dictaminando sobre las propuestas de Teodoro Ardemans para llegar a imponer su alternativa de torres para la fachada del Ayuntamiento de Toledo (1697), rematadas en dos estéticos chapiteles de pizarra que otorgan singularidad al edificio. La actividad de Pedro González fue intensa tanto en la ciudad de Toledo como en templos del territorio arzobispal, planteando y evaluando obras, unas regulares y otras de mayor relevancia, que hacen de Pedro González un arquitecto supeditado a la mejor tradición constructiva del ladrillo y una gran economía de medios. No se han conservado en Toledo los edificios donde intervino parcialmente, como son la iglesia de jerónimas de “Vida Pobre” con su decoración interior de yesería (1690), la iglesia parroquial de San Lorenzo (1705) y capillas de la de San Román, si bien puede atribuírsele la cúpula de la iglesia de la Trinidad Calzada, hacia 1693. Planteó otras obras diseminadas por la diócesis, como el convento de bernardas de Casarrubios del Monte (Toledo), del que subsiste la iglesia (1679), la iglesia parroquial de Arganda del Rey (Madrid) en compañía del alcalaíno Juan de Reoyo (1689), la sacristía de la iglesia de Pinto (Madrid) en 1695, la cabecera y cúpula de la parroquia de Villaseca de la Sagra (Toledo), de 1699, corrigiendo el plan original de fray Lorenzo de San Nicolás. Pedro González representó a través de estas obras la continuidad de la arquitectura toledana, caracterizada por su sencillez y desornamentación, primando la línea clasicista y de contención barroca que cultivó su predecesor y maestro Bartolomé Sombigo, y observante de los preceptos constructivos del arquitecto fray Lorenzo de San Nicolás.
Obras de ~: Iglesia conventual de monjas bernardas, Casarrubios del Monte (Toledo), 1679; Iglesia parroquial de San Juan Bautista, Arganda del Rey (Madrid), 1689; Sacristía de la iglesia parroquial de Santo Domingo, Pinto (Madrid), 1695; Torres de la Casa Consistorial o Ayuntamiento, Toledo, 1697; Capilla mayor de la iglesia parroquial de Santa Leocadia, Villaseca de la Sagra (Toledo), 1699.
Dibujo: Alzado de fachada y sección transversal de las casas consistoriales, Ayuntamiento de Toledo, 1695.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Palacio, Cédulas Reales, t. XVI, fols. 576v.-577v.; t. XVII, fols. 194v.-195; Archivo Histórico Provincial de Toledo, Sección de Protocolos, n.º 3826, n.º 3827; Archivo de la Parroquia de los Santos Justo y Pastor de Toledo, Libros Sacramentales parroquia Santos Justo y Pastor, Matrimonios (1641-1663); Difuntos (1667-1731).
E. Llaguno y Amírola, Noticias de los Arquitectos y de la Arquitectura desde su Restauración, Madrid, Imprenta Real, 1829, 4 vols.; R. Ramírez de Arellano, Catálogo de artífices que trabajaron en Toledo, y cuyos nombres aparecen en los archivos de sus parroquias, Toledo, Imprenta Provincial, 1920; D. Suárez Quevedo, Arquitectura Barroca en Toledo, siglo xvii, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1988; J. M.ª Rodríguez Martín, El arquitecto toledano Bartolomé Sombigo y Salcedo (1620-1682), Toledo, Ayuntamiento, 1989; A. J. Díaz Fernández, “Obras del arquitecto Fray Lorenzo de San Nicolás en Villaseca de la Sagra (Toledo)”, en Anales Toledanos, XXVI (1989), págs. 233-275; “Teodoro Ardemans en la obra del Ayuntamiento de Toledo (1695-1703)”, en Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII, H.ª del Arte, n.º 6 (1993), págs. 275-310; “El edificio barroco de la iglesia parroquial de Arganda del Rey (Madrid) y sus arquitectos”, en AIEM, XL (2000), págs. 177- 197; M. García Ruipérez, M.ª P. Olivares Sánchez y R. de los Reyes Rodríguez, Catálogo de mapas, planos y dibujos del Archivo Municipal de Toledo. I, Toledo, Antonio Pareja Editor, 2004, dibujo n.º 25.
Antonio José Díaz Fernández
