Murillo Velarde, Andrés José. Granada, 13.XII.1679 baut. – Los Arcos (Navarra), 4.XI.1728. Predicador y obispo.
Fue bautizado en la ciudad de Granada el 13 de diciembre de 1679. Pertenecía a una de las familias hidalgas más importante de la Alpujarra, los Murillo-Velarde, que procedían de Laujar de Andarax. Fue colegial en el Colegio de San Miguel de Granada y en el Mayor de Cuenca, de Salamanca, en cuya Universidad obtuvo el grado de doctor en Teología.
Inició su carrera eclesiástica como canónigo en Badajoz, Cartagena y Toledo, en cuyas iglesias se unían a él otros canónigos para rezar en comunidad.
Realizó las oraciones fúnebres en honor de Carlos II, Luis I y el arzobispo de Toledo Francisco de Valero y Loza que se conservan impresas. En 1724, el Rey admitió la renuncia presentada por el obispo Juan de Camargo y Angulo, que había gobernado la sede de Pamplona entre 1716 y 1724, y confirió el obispado a Andrés Murillo Velarde. Éste, el 9 de mayo de 1724, comunicó al Cabildo de la Catedral metropolitana que el Rey lo había nombrado obispo de Pamplona. Pero lo cierto fue que tardó casi un año en presentarse para su consagración episcopal que finalmente recibió el 1 de mayo de 1725 del cardenal de Toledo y de sus auxiliares.
El obispo Murillo llegó a Pamplona el 19 de junio de 1725. Sólo permaneció en el obispado tres años y algunos meses. El primer año desarrolló su actividad pastoral en Pamplona, intentado dar un nuevo impulso a la vida religiosa de sus sacerdotes y feligreses. El 3 de mayo de 1726 comunicó que iba a iniciar una visita pastoral por todos los arciprestazgos de Guipúzcoa, Fuenterrabía y Navarra, que le llevaría dos años. Contó con la ayuda de Manuel Izquierdo, misionero vasco de Fuenterrabía, y a todos los sitios donde iba les hablaba en vascuence. Enfermo, se retiró a Los Arcos y falleció el 4 de noviembre. Se le trasladó a Pamplona y se le enterró en la Catedral el día 7 de noviembre; el sepulcro fue cubierto con una losa blanca en la que se gravó su epitafio: “Hic iacet in tumulo non re, sed nomine praesul Andreas Isoseph, vel cinis, aut nihilum” (“Aquí yace en este túmulo un obispo, que lo fue en nombre, se llamaba Andrés José, y sólo es ya ceniza o nada”).
Obras de ~: El Ezequías de la Ley de Gracia. Oración funebre panegírica en las Reales exequias que la ciudad de Murcia consagró a la Majestad de Nuestro Rey y Señor don Carlos Segundo de Austria, el día 22 de diciembre de 1700 en la santa Iglesia Catedral de dicha ciudad, Murcia, Vicente Llofriú, 1701; El Sumo Sacerdote y Santo Onías, copiado en el Ilmo. Y Rmo. Sr. Don Francisco Valero y Losa, Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas. Oración fúnebre panegírica que en las honras que a dicho Señor hizo su Santa Primada Iglesia, Toledo, Pedro Marqués, 1720; Panteón del Sol, máquina sepulcral, demostración luctosa que la Imperial Toledo ejecutó llorosa, construyó liberal y ofreció amante a las memorias sepultadas nunca, del joven Principe Nuestro señor y Rey don Luis Fernando, de los Señores Reyes don Felipe Quinto y doña María Luisa Gabriela Emmanuel de Saboya parto deseado y fruto conseguido, Toledo, Pedro Marqués, 1724.
Bibl.: P. de Aleson, Oración funebre en las exequias que en la Santa Iglesia Catedral de Pamplona se consagraron a la buena y piadosa memoria de el ilustrisimo señor D. Andrés Joseph de Murillo y Velarde, su meritísimo obispo, Pamplona, s. f.; J. Goñi Gaztambide, Historia de los obispos de Pamplona, t. VII, Pamplona, Ediciones de la Universidad de Navarra, 1989.
Carlos Villoria Prieto
