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José María Estívalis Calvo

Biografía

Estívalis Calvo, José María. Armand GuerraRapaël Clamour, Silavitse, Cantaclaro. Liria (Valencia), 4.II.1886 – París (Francia), 10.III.1939. Cineasta, tipógrafo, actor, traductor y periodista anarquista.

De familia campesina y católica, tuvo una hermana, que murió a temprana edad, y un hermano —Vicente, a veces apellidado Estivill—, que le secundó en algunos proyectos.

Desde que Carlos Gamón le hiciera la necrológica en 1939, hasta 1991, fecha en que se descubrió su película Carne de fieras, la figura de Armand Guerra se había mantenido en el olvido. A partir de entonces se ha estudiado extensamente en España y en Francia, por tenerlo en el país galo como un hito del cine cooperativo.

De baja estatura y natural inquieto; de trato cordial y rasgos expresivos fue (a pesar de su úlcera de duodeno, por la que iba con su frasco de bicarbonato) fumador empedernido, viajero, políglota —hablaba siete idiomas—; tenía un alto concepto de sí mismo, además de trabajador metódico y combatiente. Su aportación al séptimo arte llega desde una visión algo surrealista y de la libertad que se toma en lo moral, así en los desnudos. Su figura ejercía un magnetismo, patente en su obra, en la que aventuras y experiencias se reflejan en bisel, con el resultado de que las noticias sobre las diversas etapas de su vida se entremezclan, tal vez desde la inicial voluntad de su autor. Sus numerosos viajes hacen pensar a alguno en posibles actividades de espionaje.

Ello ha llevado a que se le atribuyan hechos no probados —como su estancia en Las Antillas en 1908 o su participación en la revolución rusa de 1917— o que se le confunda con Francisco Martín Llorente, Armando Guerra. El empeño de su hija Vicenta, con la ayuda de Antonia Fontanillas, ha propiciado que los estudios realizados sobre él en los últimos 20 años, incluida una anunciada biografía de Philippe Esnault (fallecido en 2008), vayan colmando las sombras que dejan la lectura de sus relatos.

Parece que su natural bondadoso le llevó en la niñez al coro de San Nicolás y al seminario de Valencia, de donde salió convencido anticlerical. El aprecio hacia los libros le inclinó a trabajar en una imprenta a los 13 años, oficio que aprendió junto a su hermano. Desde 1903 son sus primeros artículos. Iniciado en las ideas anarquistas, participó en conflictos laborales, a causa de los cuales fue encarcelado en 1907, época en la que ya actuaba en teatros populares, con obras adaptadas por Blasco Ibáñez.

E. Jarry traza sus peripecias y escritos. Viajó con su hermano a Niza, en donde trabajó en una imprenta y en marzo de 1908 se hallaba en Marsella, desde la que fue a París, donde se relacionó con el anarquismo. Vuelto a Barcelona, contactó con el grupo de La Tramontana y fue testigo de la Semana Trágica y el fusilamiento de Ferrer, a quien admiraba. De ahí que, en la segunda mitad de 1909, se asentó en Niza –época en que la policía francesa le inició ficha–, donde en octubre fue en notable medida artífice de los tres números publicados de Tierra y Libertad, en los que alterna su firma con la de Silavitse.

En 1910 estaba en Barcelona, interesado en actividades teatrales. Un año después marchó a Ginebra, donde frecuentó el grupo Germinal (con Luigi Bertoni) y mantuvo contacto epistolar con Pedro Vallina. Atravesó Italia con destino a El Cairo hacia 1911; ayudó en el periódico trilingüe La Idea de una colonia anarquista. De allí embarcó hacia Grecia (sin que le permitieran pisar tierra), Estambul, Rumanía, Salónica, etc., vigilado ya por la policía, después de haber sido conocida su frenética actividad en Belgrado. Sus peripecias viajeras las reflejó en varios artículos elaborados para el periódico ¡Tierra!, de La Habana, en el que colaboró desde 1910, al que envió también crónicas de sus filmes y relatos sociales por entregas (Noble carroña, Justicia republicana, Rápida, de 1910; Los cordilleros, 1911; Recuerdo. Así habló un hombre fuerte, 1912), y en la novela publicada allí en 1914 bajo el título Stefanoff (del que solo se ha hallado un ejemplar, ubicado en el Colegio Español de México).

Llegado a Francia, pasó a España en 1912 y estuvo una temporada en Tarrasa hasta volver al país galo, donde se estableció de tipógrafo en Toulouse, Deauville y Niza, y realizó Un cri dans la jungle para Eclair. En 1913 se hallaba en París, capital del cine, como tipógrafo en la Maisson de la Presse, y se relacionaba con variados ambientes, comenzando a utilizar el nombre de Armand Guerra en sus crónicas periodísticas. Allí pudo hacer realidad un proyecto pionero en el ámbito obrero: le Cinema du Peuple [Popular Film, 28 de marzo de 1935], cooperativa formada en el seno de la Federación Anarquista Francesa (escriturada el 28 de octubre de 1913), con participación popular –hoy hito del cine francés–, a cuyo frente se hallaban conocidos libertarios como Yves Bidamant, Cauvin, Faure, Grave, Morand, Laisant, Girard, Martin, Clamour, etc., con objeto de contrarrestar el cine hueco burgués y anunciar la aurora libertaria. Proyectó tres películas, destacando por su fuerza La Comunne I, que él dirigió y en la que actuó en tres personajes, en uno como el actor Raphaël Clamoour, con la asesoría de Lucien Descaves y el cartel anunciador de Maximilien Luce [¡Tierra!, 552, mayo de 1914]; en Les misères de l’aiguille trabajó la Musidora; y él volvió a caracterizar a Le vieux docker (1914). La primera guerra mundial truncó el plan —en preparación Francisco Ferrer Biribi.

La viligancia policial le hizo abandonar Francia en condiciones penosas y se instaló en Valencia, donde trabajó en el teatro, hasta que retornó a París en la primavera de 1915, para ser de nuevo expulsado en septiembre, fecha en que se instaló en Lausana de tipógrafo, donde continuó siendo Silavitse en Le Réveil Anarchiste.

Al finalizar 1917 creó en Madrid una empresa propia —Cervantes Films—, que acabó fracasando después de filmar unas seis películas [I. Marinone: 2004], entre ellas La maldición de la gitana, en las cuales ejerció de realizador, actor, etc. Tal vez viajó entre 1919-1920 alrededor del Mediterráneo y estuvo en la Ucrania macknovista. Lo que es seguro es que, junto a su hermano Vicente, retornó a Lausana en 1920 y, un año después, viajó a Berlín, centro del cine europeo, donde trabajó de lleno en esa industria para Universum Film AG (UFA), en la que ejerció los diversos oficios del séptimo arte –al metteur en scène añadía el de rotulista, traductor de guiones, doblador, director, etc.–, ayudado por su facilidad para los idiomas. Puede que, a través del actor anarquista Alexander Granach trabajara en algunas películas (Sueño de una noche de verano, etc.).

Desde Berlín fue cronista cinematográfico de El Imparcial. En 1926 se convirtió (junto con su hermano) en pionero de la introducción en España de la cinematografía parlante, la ‘película hablada’, que le habían grabado a él para la ocasión, con una máquina de los métodos de Petersen y Poilsen, para cuya muestra elige Valencia, la terreta, en mayo de 1926 (que relató en El Imparcial, en junio, desde Madrid), lo que extiende después por territorio nacional, de ahí que pasara entre 1926 y 1927 largas temporadas aquí. En 1926 dirige Luis Candelas, el bandido de Madrid (asunto coincidente con la dirigida por J. Buchs), con gran éxito de público, en cartelera simultánea en cinco cines madrileños. Ante este éxito, los mismos productores le encargaron la dirección de Batalla de damas en 1927, cuyos interiores se rodaron en Berlín; entonces dirige otros films en alemán. Después, Idilio nocturno (1929) y El amor solfeando (1930), con Imperio Argentina (que en Madrid se estrena como El profesor de mi mujer), año en que actuó en La alegría que pasa, de A. Micón.

Fue en Alcalá de Henares donde conoció a Isabel Anglada Sovelino (Madrid, 5 de marzo de 1902 / París, 2 de noviembre de 1990), que trabajaba de costurera en el vestuario de Luis Candelas, a la que se unió algunos años después, de la que nació en marzo de 1934 su hija Vicenta, con las que vivía la madre de Isabel.

Admirador de Gunter Pluschow, realizó una versión libre de su relato Sobre la tierra de fuego (1930) y tradujo los rótulos en español de la película que se hizo. Al tiempo, cultivó a lo largo de los años la actividad periodística en Popular Film (1925-1936), dirigida por Mateo Santos, más otros voceros ocasionales, así La Correspondencia de Valencia en su sección de Cine. En octubre de 1931 se celebró el Congreso Hispanoamericano de Cinematografía, ante lo que M. Santos y A. Guerra realizaron una campaña desacreditándolo. En este año, con su hermano, con Erns Augspach y con el banquero alemán Johann Ther —futuro embajador del régimen nazi— crearon los estudios Hispano-Cineson en Valencia, que no llegaron a funcionar.

Abandonó definitivamente Berlín en 1932 ante la leyes proteccionistas y vivió entre Valencia y Madrid, trabajando entre otros para Cine Popular Español y para Filmófono (1929-1936), la empresa de Ricardo M. Urgoiti, además de como traductor de películas del ruso y del francés para su Cineclub Proa (con Valeriano Orobón y Juan Piqueras); y formó en el grupo organizador de ACE (con Mateo Santos, Lescarboura, etc.), aunque tenía alguna dificultad para ganar el sustento de su familia (hasta que su amigo productor Arturo Carballo le ofreció las 30.000 pesetas para Carne de fieras). En marzo de 1936 realizó la versión española de la obra de teatro La chinche, de Maiakowski, y actuó en su representación en el Rosales por el Cine Teatro Club (con César Falcón y Ramón Pujol), con el que estuvo la temporada en el Barbieri.

El estallido de la guerra el 18 de julio de 1936 le sorprendió rodando Carne de fieras en el madrileño parque de El Retiro, película de autor que dejó terminada en septiembre. Afiliado al Sindicato de Espectáculos Públicos de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT, carné 132 de la Sección de Actores), se puso a su servicio y se desplazó al frente (Toledo, Somosierra, Guadalajara, Cuenca, Levante; Colectividades de Brihuega, Pedralba y Manzanares) con un equipo preparado por Antonio Cotiello para filmar diversos reportajes, exhibidos con el título de Estampas guerreras (I y II) en marzo de 1937 en el Actualidades. Pero quedaron proyectos más ambiciosos por realizar –según él, por advenedizos oportunistas–: el film Gestas proletarias y un documental sobre la Columna Durruti, a quien conoció brevemente antes de morir.

En los años bélicos elaboró textos, realizó traducciones –Mallorca sous le terreur fasciste, de M. Pérez– y pronunció conferencias, tal la gira de mítines que llevó a cabo en marzo de 1937 por el sur de Francia con Manuel Pérez, y charló en la Incautada Unión Radio de Madrid, contrarrestando la propaganda alemana e italiana. Su firma apareció en L’Indomptable, Nosotros, Fragua Social, Umbral El Parapeto, de Valencia, así como en Solidarité Internationale Antifasciste (SIA), de Barcelona y de París o Emancipación, de Almería.

Ante el asedio a Madrid —noviembre de 1936— trasladó a su familia a Valencia y un año después la instaló en París, en donde se hallaba convaleciente en la primavera de 1937. Se dice que a finales de 1936 acogió a una niña, huérfana de la checa del sindicato de actores CNT en Miguel Ángel. En julio de este año ya se encontraba en Valencia, donde llevó la presentación un acto de apoyo a México. Más adelante, en 1938, publicó A través de la metralla —previamente serializada en La Semana Literaria Popular—, una autobiografía de los tiempos de la guerra, en el que se califica de “realizador cinematográfico de la CNT”.

Perseguido por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM, en manos comunistas), tal vez por la denuncia del tráfico de joyas del italiano anarquista Cándido Testa, estuvo preso de abril a agosto de 1938 en la checa de la calle Muntaner barcelonesa y en el buque Uruguay, sometido a torturas de cuyas secuelas no se recuperaría; fue liberado bajo arresto domiciliario en el hotel Bristol. A finales de noviembre pronunció en Barcelona una conferencia, en nombre de SIA, en el homenaje del segundo aniversario de la muerte de Durruti. Y allí continuaba en enero de 1939, creyendo en la victoria; dos días antes de la caída de Barcelona se encontraba en Blanes. Reencontrado con su familia en Saint-Madé, se trasladaba a París para gestiones; el 9 de marzo publicó su último artículo en Libertaire, firmado como Cantaclaro, seudónimo que utilizaba entonces en este periódico y en SIA. El día 10, en la boca del metro, murió de un derrame cerebral.

Ante la invasión nazi, Isabel Anglada quemó su archivo en Perpignan, y se casó más adelante. Olvidado desde entonces, su figura ha sido objeto de creciente atención desde que Carne de fieras fuera descubierta y montada por Ferrán Alberich en 1992 en la Filmoteca de Zaragoza; por su lado, la Filmoteca de París recupera y restaura parte de La Commune (1995) y Le vieux docker. Ante ello, bajo el impulso de su hija Vicenta, A través de la metralla se ha traducido al francés (1996) y se ha reeditado en español (1997 y 2005) e italiano (2016).

 

Obras de ~: Escritos: Stefanoff, La Habana, Biblioteca de Tierra, 1914; trad. de G. Pluschow, Sobre la tierra de fuego, Santander-Berlín, Aldus, 1930; trad. de W. Maiakowski, La chinche, 1936; A través de la metralla. Escenas vividas en los frentes y en la retaguardia, Valencia, Distribuidora Ibérica de Publicaciones, 1938 (reedición con introd. de V. Estívalis-Ricart y J. Tena, Montpellier, Centre d’Etudes et de Recherches Scientifiques (CERS)-Université Paul Valéry, 1996, en español, 1997; Madrid, LaMalatesta Editorial, 2005; en italiano, Spartaco, 2016).

Filmografía: Un cri dans la jungle, 1913; Les misères de l’aiguille, 1913; La Commune I, 1914; Le vieux docker, 1914; El crimen del bosque azul, c. 1918 (perdida); La maldición de la gitana, c. 1918 (perdida); La zarpa del paralítico, c. 1918 (perdida); Luis Candelas o El bandido de Madrid, 1926; Aka Kampf um den Mann, 1927; Dere Germauny, 1917; La batalla de las damas, 1927; Die geschenke loga, 1928;  Idilio nocturno, 1929; El amor solfeando, 1930 (Barcelona) o El profesor de mi mujer (Madrid); Carne de fieras, 1936 (reed. en París, Les Films du Village, ¿2003?); Escenas guerreras (I, II), 1936 (perdidas).

 

Bibl.: C. Llorente, “La cinematografía parlante”, en El Imparcial (15 de mayo de 1926), pág. 6; M. Santos, “Un hombre y una empresa”, en Popular Film, 288 (18 de febrero de 1932), pág. 5; F. Alberich, Carne de fieras, Madrid, Filmoteca Nacional, 1993 (contiene “La persistencia de la penumbra”, de J. Pérez Perucha); R. Gubern, et al., Historia del cine español, Madrid, Cátedra, 1995; A. Fontanillas Borrás, “Armand Guerra, cineasta valenciano, periodista y anarquista por más señas”, en El Noi 3 (Valencia, 1995); E. Fernández, Armand Guerra, requiem pour un cinéaste espagnol, (documental) Le Films du Monde Libertaire, 1997; “Armand Guerra”, en Gran Enciclopedia de España, X, pág. 3796; M.ª T. Martínez de Sas y P. Pagès i Blanch (coords.), Diccionari Biogràfic del Moviment Obrer als Països Catalans, Barcelona, Universitat de Barcelona-Abadía de Montserrat, 2000, págs. 705-706; VV. AA., Cine y anarquismo, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, c. 2000; E. Jarry, “Le Cinéma du Peuple, 1913-1914”, en Le Monde Libertaire (París), 1251 (2001); “Armand Guerra, cineasta y pionero del cine militante”, en CNT, 280 (2002); F. Agramunt Lacruz, “Armand Guerra, cronista de la Aurora Libertaria”, en Archivo de Arte Valenciano, 84 (2003), págs. 147-161; I. Marinone, “Armand Guerra, un cinéaste hors du commun”, en Anarchisme et Cinéma, tesis doctoral, Université de Paris I-La Sorbona, 2004 (inédita); F. Agramunt Lacruz y J. A. Ríos Carratalá, Armand Guerra, un sembrador de rebeldías, Valencia, Fundació Municipal de Cine, 2008; M. Íñiguez, Enciclopedia del anarquismo ibérico, Vitoria, Asociación Isaac Puente, 2018, págs. 867-868.

 

Ignacio C. Soriano Jiménez