López y Castro, Francisco. España, p. m. s. xvii – ¿Potosí (Bolivia)?, f. s. xvii. Pintor español que aparece en Potosí en el último tercio del siglo xvii, influenciado por la escuela murillista.
Como algunos otros españoles que pintaron en la América española, nada se sabe de su naturaleza ni de su fecha de nacimiento. Aparece en Potosí en un momento (hacia la década de los años 1660) en que pintó el último manierista potosino, Nicolás Chávez de Villafuente, y el español, extremeño, Francisco de Herrera y Velarde, inició nuevas tendencias. López y Castro, por sus apellidos, pudo nacer en cualquier región española. Curiosamente apareció, según documentos, joven, en Potosí, en el año 1636, con el oficio de “mercader”. Pero bastantes años después se sabe indubitablemente que pintó en Potosí y en La Plata, y de sus pinceles son, con total seguridad, los siguientes cuadros: Una Inmaculada (1674), parcialmente dañada, en la que el rasgo más característico son los rostros de los angelitos (Sucre, Museo Charcas). Una Santa Elena (1675), madre del emperador Constantino el Grande y descubridora de la Cruz del Redentor, que sostiene de pie el madero y los clavos de la crucifixión; “el dibujo es correcto y acertada la pintura” (M. Chacón Torres, 1973); la firma se encuentra en la parte posterior del cuadro: “Francisco López y Castro /.../ 1675” (Potosí, colección particular). Una Virgen con el Niño, sin fecha (Potosí, Museo de la Casa de la Moneda); fue brocateada (sobredorada) en el siglo xviii por el estado de deterioro en que se hallaba, lo que ha desfigurado el rostro de la Virgen, aunque se reconocen bien los del Niño y los de los ángeles.
Además, se le atribuye, casi con total certidumbre de su autoría, un San Juan Bautista, joven (Potosí, monasterio de Santa María), y una Visión de la Cruz por Jesús Niño (La Paz, Museo Nacional de Bellas Artes), cuyos angelotes tienen su aire característico.
Por otro lado, si no fueron de su propia mano, podrían haber salido de su taller o de sus discípulos: una Virgen del Socorro (Potosí, Museo de la Casa de la Moneda), y una Virgen con el Niño (Potosí, monasterio de San José).
M. Chacón Torres (1973) lo califica rotundamente de “excelente maestro”, mientras que T. Gisbert y J. de Mesa (1992) recalcan que “Castro está muy apegado a la escuela sevillana; la influencia de Murillo es patente en él”. López y Castro cierra con sus pinceles toda una época del arte virreinal limeño, para dar paso a la americanización del arte pictórico encabezado por el pintor indígena cuzqueño Diego Quispo Tito (Diego Quhispi Wayllasaka, en quecha) (1611-1681).
Obras de ~: Inmaculada, 1674; Santa Elena, 1675; Virgen con el Niño, San Juan Bautista, joven (atrib.); Visión de la Cruz por Jesús Niño (atrib.); Virgen del Socorro (atrib.); Virgen con el Niño (atrib.).
Bibl.: M. Chacón Torres, Arte virreinal en Potosí. Fuentes para su historia, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1973, págs. 108 y 121; T. Gisbert y J. de Mesa, “El Arte del siglo xvii en Perú y Bolivia”, en J. Pijoán (dir.), Summa artis: historia general del Arte, Arte Iberoamericano (2.ª parte), vol. XXIX, Madrid, Espasa Calpe. 1992, pág. 101; J. M. Barnadas, “López y Castro, Francisco”, en VV. AA., Diccionario Histórico de Bolivia, vol. II, Sucre, Centro de Estudios Históricos, 2002, pág. 112.
Fernando Rodríguez de la Torre
