Sánchez de las Brozas, Francisco. El Brocense. Brozas (Cáceres), c. 1523 – Valladolid, 5.XII.1600. Filólogo humanista y catedrático de la Universidad de Salamanca.
Nació entre 1521 y 1523, hijo de Francisco Núñez, tapicero y natural de Garrovillas, y de Leonor Díez, natural de Brozas. A los once años, marchó a Portugal con sus tíos maternos Rodrigo y Pedro Sánchez, que ocupaban cargos en la Corte de Juan III, adoptando de ellos el apellido Sánchez; en Évora comenzó a estudiar Latín y Humanidades y desde 1537 prosiguió sus estudios en Lisboa, cuando se trasladó allí la Corte portuguesa. Entre los años 1539 y 1542 vivió en el ambiente cortesano como paje de la reina Catalina y del rey Juan III. En 1543 volvió a España con sus tíos, acompañando al séquito de la infanta María, que vino a Castilla para casarse con su primo Felipe (Felipe II).
Tras la prematura muerte de la infanta, pidió a sus tíos poder continuar su formación intelectual. Y, así, en 1545 lo enviaron a Salamanca para estudiar Artes (Filosofía), estudios que cursó durante tres años, pero que abandonó decepcionado por unos maestros que “no sólo ignoraban las lenguas griega y latina, sino que incluso las rehuían”. Tampoco le complacieron sus posteriores estudios de Teología, pues esta ciencia se basaba entonces en los principios del aristotelismo escolástico que tanta aversión producía al Brocense. De ahí que, como la mayoría de humanistas del Renacimiento, se inclinara por el estudio de las Letras Griegas y Latinas, en su caso bajo la égida de Hernán Núñez (el Pinciano) y del Maestro León de Castro, acérrimo enemigo de fray Luis de León.
Aún estudiante, se casó con Ana Ruiz del Peso contra la voluntad de sus tíos, quienes le retiraron su ayuda. El Brocense entonces se vio obligado a subsistir dando clases particulares de Griego, Latín y Retórica. Ya por estas fechas, había publicado su primera obra, una traducción de la Declaración y uso del Rélox español, compuesto por Hugo Helt Frisio y romançado por Francisco Sánchez, natural de las Broças, con algunas adiciones del mesmo (Salamanca, 1549), donde se tocan cuestiones prácticas de cronología y topografía. En 1551 se graduó en Artes por la Universidad de Valladolid y en 1553 opositó sin éxito a la Cátedra de Retórica de la Universidad de Salamanca que había quedado vacante tras morir El Pinciano. En 1554 entró como regente de Retórica en el recién fundado Colegio Trilingüe de Salamanca, cargo que compaginó con sus clases de Lengua Griega. De esta fecha es la primera edición de sus comentarios a las difíciles Silvas de Policiano (Salamanca, 1554), texto latino que leería y comentaría numerosas veces en sus clases y sobre el que aplicó el mismo método exegético que si de un autor clásico se tratara. Poco después murió su esposa Ana, que le había dado seis hijos, y al poco tiempo contrajo segundas nupcias con Antonia Ruiz del Peso, de quien tuvo otros seis hijos.
En 1556 fue nombrado sustituto de la Cátedra de Retórica que venía desempeñando desde hacía dos años por convenio del propietario, aunque no la obtendría en propiedad hasta 1573. En ese mismo año de 1556 publicó los Progymnasmata de Aftonio, en la traducción de Rodolfo Agrícola, con unos escolios explicativos (Salamanca, 1556); asimismo, dedicó al claustro salmantino la primera versión de su tratado De arte dicendi, un manual de retórica sencillo, didáctico y útil para la lectura y análisis de los poetas y oradores clásicos, inspirado, en primer lugar, en las doctrinas retóricas de Hermógenes (Salamanca, 1556) y, en posteriores ediciones, en las de Pierre de la Ramée (Salamanca, 1558, 1569 y 1573).
La vocación gramatical del Brocense se deja ver por primera vez en 1561, cuando opositó a la Cátedra de Prima de Gramática que había quedado vacante por la muerte de su titular, Juan Vaseo; aunque no la ganó (quedó en cuarto lugar entre ocho opositores), se dedicó a componer un nuevo arte de gramática latina de carácter elemental, imprimiéndola con el título de Verae brevesque Grammatices Latinae Institutiones (Lyon, 1562). No fue éste su último revés académico en relación con la Cátedra de Gramática; otras dos veces intentó hacerse con ella: en 1585, cuando ya llevaba doce años como catedrático de Retórica, se vio derrotado en la oposición por el mediocre gramático Pérez Ortiz; y en 1589, cuando ya había publicado su obra cumbre de gramática, la Minerva, fue nuevamente derrotado, esta vez por el maestro Martínez.
Con la aceptable estabilidad que le proporcionaba la Cátedra de Retórica obtenida en 1573, inició el Brocense una etapa fecunda de publicaciones. Editó comentados los Emblemas de Alciato (Lyon, 1573), brillante testimonio de erudición clásica. Y un año después publicó su edición y comentarios a las obras de Garcilaso de la Vega (Salamanca, 1574), auténtica muestra de lo que actualmente se llama “Tradición Clásica”. Estos comentarios a Garcilaso que escribió el Brocense, de la escuela salmantina, fueron contestados por los que Herrera, de la escuela sevillana, publicó seis años después (Sevilla, 1580).
En 1576 obtuvo, también por oposición, el salario o partido de Griego vacante de León de Castro. Tres años después demostró su competencia en otras ramas científicas, publicando un tratado de cosmografía (De sphaera mundi, Salamanca, 1579) y su importante Organum dialecticum et rhetoricum (Lyon, 1579), un tratado donde señala los límites entre la dialéctica y la retórica, asignando a la primera la inventio y la dispositio y a la segunda sólo la elocutio, muy en la línea del francés Pierre de la Ramée. Asimismo, como fruto de sus clases de Griego en la Cátedra vacante del maestro León de Castro y a instancias del rector Luis Abarca, publicó una sencilla y escueta Gramática griega (Amberes, 1581). Otra muestra de sus inquietudes gramaticales se encuentra en los Paradoxa, una colección de cinco opúsculos, cuatro gramaticales, en los que se opone a la común opinión de las gramáticas al uso, y uno de ética, en donde rebate a Aristóteles y da la razón a Platón. Tras estas cinco Paradojas, aparecen publicadas dos obras menores: un Arte de memoria artificial y un comentario a los Tópicos de Cicerón (Amberes, 1582). Igual que hizo con Garcilaso, editó y comentó las obras de Juan de Mena (Salamanca, 1582), poniendo especial énfasis en cuestiones de realia, de crítica textual y de tradición clásica.
Desde 1555 y hasta su jubilación en 1593, se quejaron los visitadores de que el Brocense impartía sus clases en castellano y no latín, como era preceptivo; esta defensa suya de la enseñanza en lengua vernácula, su negativa a seguir el Arte de Nebrija, empleando en las aulas sus propios métodos y novedosas doctrinas (las Instituciones o la Minerva del año 1562) y los punzantes comentarios que pronunciaba en sus clases, especialmente contra los teólogos, propiciaron que la Inquisición se fijara en él y le tachara, si no de hereje, sí de atrevido, mordaz y erasmista. En efecto, como su amigo fray Luis de León, sufrió dos procesos inquisitoriales. El primero comenzó a instruírsele en 1584, con cargos como haber dicho que el Salmo In convertendo no estaba escrito en buen latín y otras puerilidades; el 24 de septiembre prestó declaración ante la Inquisición en Valladolid, quedando entonces absuelto y recibiendo sólo una severa admonición.
Atemperado su espíritu por los sucesos acaecidos, publicó tres años después su obra cumbre gramatical, la Minerva seu de causis linguae latinae (Salamanca, 1587), donde confluyen todos sus anteriores escritos sobre gramática latina, retocados y ampliados; se trata, en realidad, de una de las gramáticas teóricas y racionales más importantes dentro de la historia de la lingüística, donde el Brocense intenta buscar los esquemas racionales desde los que explicar los diferentes usos —incluso los aparentemente anómalos— de la lengua latina, para llegar así a una gramática efectivamente general, alcanzando la generalidad desde presupuestos lógico-filosóficos y, sobre todo, lingüísticos. Aunque esta obra conoció gran éxito posterior en Europa, siendo editada y comentada en los siglos XVII y XVIII por gramáticos de la talla de Scciopio y Perizonio, influyendo en la gramática racionalista de Port-Royal y, ya en el siglo XX, en Chomsky y en las doctrinas de la lingüística estructural y generativa, no logró el Brocense que su Minerva sustituyera como libro de texto al Arte de Antonio de Nebrija, manual que acabó imponiéndose oficialmente para toda España en 1600 por una Cédula del Consejo Real, si bien maquillado por el padre Luis de la Cerda, que aprovechó la reforma del Arte de Nebrija para introducir doctrinas gramaticales nuevas, entre ellas las del Brocense.
En el año 1588 publicó Sánchez de las Brozas unas Scholae dialecticae, un opúsculo en donde, siguiendo a Vives y a La Ramée, critica duramente la logica modernorum, nominalista y terminista, de la neoescolástica, incluidos la Isagogé de Porfirio y el Órganon de Aristóteles, y evidencia sus posiciones platónicas. Este libro, a la postre, le acarreará nuevos problemas con la Inquisición.
En junio de 1593 se aceptó su petición de jubilación, quedando así vacante su Cátedra de Retórica, si bien siguió impartiendo clases privadas y públicas, en la Universidad, hasta el final de su vida. Y es que su situación familiar, con doce hijos, le obligaba a compartir su Cátedra de Retórica con otros trabajos universitarios y docentes, sustituyendo a otros profesores o aceptando cargos como visitador, tasador (1576), contador (1580-1594), diputado del Arca (1591, 1592 y 1594), primicerio (1578-1579) e incluso padrino y decano de la Facultad de Artes (1590, 1592, 1593, 1597 y 1598). Asimismo, en estos últimos años, su producción científica es importante y abundante.
Publicó en un mismo año sendos comentarios al Arte poética de Horacio y a las Bucólicas de Virgilio (Salamanca, 1591), e hizo lo mismo con otros tres textos latinos de muy difícil comprensión: el Ibis de Ovidio y el Gryphus de Ausonio (Salamanca, 1598), en un solo volumen, y las Sátiras de Persio en otro (Salamanca, 1599). Concluyó sus publicaciones con la traducción comentada del Enquiridión de Epicteto (Salamanca, 1600), libro con el que introduce en España el neoestoicismo, una corriente filosófica que Justo Lipsio abanderaba exitosamente en Europa y que luego cautivaría a la España del primer tercio del siglo XVII, sobre todo gracias a Francisco de Quevedo.
A esta fecunda actividad docente e investigadora, habría que añadir las obras poéticas (en latín y castellano) que fue escribiendo a lo largo de toda su vida. El Brocense, en efecto, es un poeta ocasional, no profesional; en su poesía original toca temas diversos: poesía religiosa, funeraria, laudatoria de personas y libros y miscelánea; como traductor poético, vierte en latín diferentes poemas griegos y en castellano numerosas composiciones de Horacio y de Virgilio, a lo que hay que sumar sus traducciones españolas de textos italianos, sobre todo de Petrarca.
Durante sus últimos años, sufrió el Brocense su segundo proceso inquisitorial, que había comenzado en 1593, por denuncia del doctor Palacios Terán, y se prolongó hasta el 5 de diciembre de 1600, fecha en la que murió en arresto domiciliario en casa de su hijo Lorenzo, médico en Valladolid. Las envidias y odios que su erudición y sabiduría, pero también su osadía y arrogancia, habían generado a lo largo de su vida, se comprobaron en el momento de su muerte: la Universidad de Salamanca se negó a tributarle los honores fúnebres que hacía a los catedráticos difuntos y a pagar a su viuda e hijos los sueldos correspondientes por todo el tiempo de su prisión.
Obras de ~: Declaración y uso del Relox español entretexido en las armas de la muy antigua y esclarecida casa de Rojas, con el mesmo Relox agora nuevamente compuesto por Hugo Helt Frisio y romançado por Francisco Sánchez, natural de las Broças, con algunas addiciones del mesmo, Salamanca, por Juan de Junta, 1549 (ed. de C. Chaparro Gómez, Salamanca, Diputación de Cáceres, 2006); Angeli Politiani Sylvae. Nutritia, Rusticus. Manto. Ambra. Poema quidem obscurum, sed novis nunc scholiis illustratum, Salmanticae, excudebat Andrea a Portonariis, 1554 (Salmanticae, excudebat P. Lassus, 1596); Aphthonii Sophistae Progymnasmata rhetorica, Rudolpho Agricola Phrisio interprete, cum scholiis nuper additis, Salmanticae, excudebat Andreas a Portonariis, 1556; De arte dicendi liber unus, Salmanticae, excudebat Andreas a Portonariis, 1556 (El arte de hablar (1556), ed. de L. Merino Jerez, Alcañiz, Instituto de Estudios Humanístico, 2007); De arte dicendi liber unus denuo auctus et emendatus. Cui accessit In Artem Poeticam Horatii per eundem auctorem brevis elucidatio, Salmanticae, excudebat Mathias Gastius, 1558 (Obras I: Escritos retóricos, ed. de E. Sánchez Salor y C. Chaparro Gómez, Cáceres, Institución Cultural El Brocense, 1984); Verae brevesque grammatices Latinae institutiones, Lugduni, apud haeredes S. Gryphii, 1562 (Salmanticae, excudebat Mathias Gastius, 1566, 1572, 1576; Salmanticae, excudebat J. Ferdinandus, 1595); Minerva seu de latinae linguae causis et elegantia, apud haeredes S. Gryphii, 1562 (E. Del Estal Fuentes, Francisco Sánchez de las Brozas. Minerva (1562), Salamanca, Universidad, 1975); De arte dicendi liber unus denuo auctus et emendatus. Cui accessit In Artem Poeticam Horatii per eundem paraphrasis et brevis elucidatio, Salmanticae, excudebat Mathias Gastius, 1569 (Salmanticae, excudebat Petrus Lassus, 1573); Commentaria in And. Alciati Emblemata, Lugduni, apud G. Rovillium, 1573; Garcilaso de la Vega, Obras del excelente poeta Garci Lasso de la Vega, con anotaciones y enmiendas de ~, Salamanca, por Pedro Lasso, 1574 (Salamanca, en casa de Lucas de Junta, 1581; Salamanca, por Diego López y Pedro Adurça, 1589); Pomponii Melae De situ orbis libri tres [...] repurgati, Salmanticae, excudebat J. Perder, 1574 (Salmanticae, apud D. a Cussio, 1598); Organum dialecticum et rhetoricum, Lugduni, apud A. Gryphium, 1579 (Salmanticae, apud M. Serranum de Vargas, 1588; Obras I: Escritos retóricos, ed. de E. Sánchez Salor y C. Chaparro Gómez, Cáceres, Institución Cultural El Brocense, 1984); Sphaera mundi, ex variis authoribus concinnata, Salmanticae, ex officina I. a Terranova, 1579 (Salmanticae, apud G. Foquel, 1588; La esfera del mundo, ed. de C. Chaparro Gómez, Salamanca, Diputación de Cáceres, 2006); Grammatica graeca, Antuerpiae, ex officina Chr. Plantini, 1581 (Salmanticae, ex officina P. Lasso, 1592); De auctoribus interpretandis sive De exercitatione, Antuerpiae, ex officina Chr. Plantini, 1581 y 1582; Paradoxa. Artificiosae memoriae ars. Topica Ciceronis exemplis et definitionibus illustrata. Responsio ad quaedam obiecta, Antuerpiae, ex officina Chr. Platini, 1582 (Arte de memoria artificial, en L. Merino Jerez, Retórica y artes de memoria en el Humanismo renacentista. Jorge de Trebisonda, Pedro de Ravena y Francisco Sánchez de las Brozas, Cáceres, Universidad de Extremadura, 2007, págs. 181-225); Las obras del famoso poeta Juan de Mena, nuevamente corregidas y declaradas, Salamanca, en casa de L. de Junta, 1582; Minerva seu de causis linguae latinae, Salmanticae, apud J. et A. Renaut fratres, 1587 [G. Clerico, trad., Minerve ou les causes de la langue latine Presses Universitaires de Lille, 1982; E. Sánchez Salor y C. Chaparro Gómez (eds.), Minerva o De causis linguae latinae, Cáceres, Universidad de Extremadura-Institución Cultural El Brocense, 1995]; De nonnullis Porphyrii aliorumque in dialectica erroribus Scholae Dialecticae, Salmanticae, excudebat M. Serranus de Vargas, 1588 (Salmanticae, excudebat D. a Cussio, 1597; Lecciones de crítica dialéctica, ed. de M. Mañas Núñez, Cáceres, Universidad de Extremadura-Institución Cultural El Brocense, 1996); In Artem poeticam Horatii annotationes, Salmanticae, apud J. et A. Renaut fratres, 1591; P. Virgilii Maronis Bucolica serio emendata, cum scholiis, Salmanticae, apud D. a Cussio, 1591 (Las ‘Adnotationes’ del Brocense a los ‘Bucolica’ de Virgilio, ed. de F. J. Mañas Viniegra, Calamonte, Filarias, 2013); In Ibin Ovidii et In Ternarium Ausonii Galli annotationes, Salmanticae, apud D. a Cussio, 1598; Auli Persii Flacci Saturae sex, cum ecphrasi et scholiis, Salmanticae, apud D. a Cussio, 1599; Doctrina del estoico filosofo Epicteto, que se llama comunmente Enchiridion, traduzido del griego, Salamanca, en casa de P. Lasso 1600 (ed. de L. Gómez Canseco, Badajoz, Diputación, 1993); Opera omnia (ed. de G. Mayans, Ginebra, apud Fratres de Tournes, 1766, 2 vols.); Obras II: Poesía (ed. de A. Carrera de la Red, Cáceres, Institución Cultural El Brocense, 1985).
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Manuel Mañas Núñez