Guerau, Jeroni. Tortosa (Tarragona), s. m. s. xvi – Barcelona, 16.IX.1640. Presbítero, magistrado de la Real Audiencia de Cataluña.
Natural de Tortosa, era hijo del doctor Miquel- Joan Guerau, de Torres de Segre, y de Elisabet. Comenzó su carrera de letrado sirviendo de asesor a la Diputación del General. En junio de 1622 fue designado para formar parte de la embajada que enviaron a la Corte con el fin de suplicar la presencia de Felipe IV para jurar las Constituciones formalmente, hallándose de regreso a Barcelona en marzo del siguiente año. De 16 de octubre de 1627 era el privilegio real que le habilitaba como magistrado de la Real Audiencia, donde se labró fama tanto de buen jurista como de poco respetable. En un informe confidencial del cardenal infante cuando era virrey de Cataluña (1633) sobre los dieciocho jueces de la Real Audiencia, el hermano de Felipe IV situaba a Guerau junto con Felipe Vinyes muy por encima del resto, aunque sobre el primero pesasen múltiples acusaciones de corrupción y sobornos, además de hallarse sometido a diversos procesos. En 1634 era juez comisario del Breve, y junto con Jaume Mir, fue enviado por el virrey duque de Cardona a Vic para resolver el asunto de las décimas.
Con la entrada en guerra contra Francia, Guerau fue movilizado como el resto de magistrados reales para presionar a los municipios y conseguir levas de hombres y donativos. A finales de 1638 se hallaba en Tarragona, haciendo del Camp de Tarragona su base de operaciones para las levas de la campaña de Salses de 1639. Su actuación entonces (cruel, según el panfleto Apoyos de la verdad catalana) le ocasionó irreconciliables rencores que se desataron con virulencia en las revueltas del siguiente año, en el decurso de las cuales tuvo que ocultarse. A mediados de septiembre de 1640, se decidió a salir de su escondite y a intentar llegar a Tortosa con sus dos hijos, Josep y Joan-Baptista, mezclándose con la comitiva del diputado Quintana que en aquel momento se dirigía hacia allí. Sin embargo, los guardias interceptaron la carroza donde viajaban y en el intento de registrarla, se encontraron con un disparo de pedreñal que detonó un gran alboroto, al final del cual, el primogénito de Guerau halló la muerte, y el magistrado acabó con numerosas cuchilladas y un disparo. Los consellers le protegieron y le trasladaron a la iglesia de San Antonio, donde le instalaron custodiado por un pelotón de mosqueteros y una compañía de caballos.
A pesar de tales prevenciones, la furia de la turba alborotada fue tan grande que un grupo de mujeres enloquecidas asaltaron la iglesia, le sacaron afuera y le remataron a puñaladas en medio de la calle, hasta dejarlo irreconocible, arrastrando por las calles su desnudo cadáver. Antes de esto, los revolucionarios habían quemado y destruido sus propiedades en Barcelona, contándose las pérdidas por valor de más de 50.000 ducados.
Geroni Guerau había entrado en religión tras enviudar de Maria Anna Marcella, mas de su matrimonio fue padre de varios hijos: Josep, Geroni, Onofre, Joan-Baptista, Àngela y Gerònima. El mayor había acudido a servir en la campaña militar de Salses (1639), y producidas las alteraciones en Tortosa, fue tanteado para servir a la Corona; murió el 15 de septiembre de 1640, a los veinticinco años, defendiendo a su padre de la turba revolucionaria.
Geroni había acudido también a Salses como alférez de la compañía del Consejo de Barcelona, y murió durante la campaña militar, siendo enterrado en la iglesia de los Carmelitas descalzos de Perpiñán. También otro de sus hijos le había premuerto, Onofre, enterrado en el convento de Scala-Dei, junto con su madre. Joan-Baptista, el menor, pudo escapar de las iras de los amotinados y fue puesto a salvo por gente piadosa, convirtiéndose con el tiempo en carmelitano descalzo (Joan Baptista de Sant Jeroni), fundador del convento de Vic (fallecido en Barcelona en 1654).
Las hijas pasaron a Tortosa, Àngela fue monja en la Ràpita, y Gerònima desposó hacia 1644 con el doctor en Medicina Gaspar Gassià Tomàs, elevado a la dignidad de caballero un año antes; del enlace nacieron ocho hijos, entre los que hubo un oidor del General y dos militares.
Fuentes y bibl.: Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, legs. 389, 397 y 507; Archives Departamentales des Pyrenées Orientales, 1B, reg. 390, n.º 19; Archivo Histórico de Protocolos de Barcelona, Jaume Rondó, Testamentos (1638-1640), fols. 8 y 12; Biblioteca Nacional de España, Manuscritos, reg. 2.371, fols. 5-6; Biblioteca de la Universidad de Barcelona, Manuscritos, n.º 992, fols. 259-265.
Apo yos de la verdad catalana opugnada por un papel que comiença La justificación Real [...], Barcelona, 1640; J. M. Casas (ed.), Dietari de Jeroni Pujades, vol. III, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana, 1975, págs. 91, 332; B. Rubí (ed.), Les Corts Generals de Pau Claris, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana, 1976, págs. 135-139; J. M.ª Sans i Travé (dir.) y Ll. Cases i Loscos (ed.), Dietaris de la Generalitat de Catalunya, IV. 1611-1623 y V. 1623-1644, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1997, págs. 609 y 848; y págs. 208, 1077 y 1078, respect.; J. H. Muñoz y S. J. Rovira, Revolta i contrarevolta a Tortosa (1640), Tortosa, Dertosa, 1997, pág. 34; J. L. Palos, Els juristes i la defensa de les Constitucions. Joan Pere Fontanella (1575-1649), Vic, Eumo, 1997, pág. 100; S. J. Rovira i Gómez, Els nobles de Tortosa (segle xvii), Tortosa, Consell Comarcal del Baix Ebre, 1997, págs. 135-138; A. Simón i Tarrés (ed.), Cròniques de la Guerra dels Segadors, Barcelona, Fundació Pere Coromines, 2003, págs. 98 n.º 21, 99 y ss. y 289-290 n.º 248; J-H. Muñoz i Sebastià y E. Q uerol Coll, La Guerra dels Segadors a Tortosa (1640-1651), Valls, Cossetània Edicions, 2004, págs. 104 y 118-119; N. Florensa i Soler y M. Güell, “Pro Deo, Pro Regi, et Pro Patria”, en La revolució i la campanya militar de Catalunya de 1640 a les terres de Tarragona, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana-Òmnium, 2005, págs. 45, 49, 51, 101 y 119.
Manuel Güell Junkert