Enríquez de Guzmán, Enrique. ?, m. s. xv – Perpiñán (Francia), 1497. Capitán general en Rosellón y Cerdaña, regidor y alcalde de Zamora.
Hijo del segundo conde de Alba de Liste, Alonso Enríquez de Guzmán (primo de Enrique Enríquez de Quiñones, el mayordomo de Fernando el Católico; e hijo de Enrique Enríquez de Mendoza y María de Guzmán, primeros condes de Alba de Liste) y de Juana de Velasco (hija del primer conde de Haro, Pedro Fernández de Velasco, y de Beatriz Manrique). Biznieto del almirante Alfonso Enríquez (fallecido en 1429) y de Juana de Mendoza. Primo por línea materna de Enrique Enríquez de Velasco, comendador de Socovos de la Orden de Santiago. Sobrino por línea paterna de su homónimo Enrique Enríquez de Guzmán, comendador de Castrotorafe de la Orden de Santiago. En 1486 se casó en Salamanca con Teresa, la hija mayor del mayordomo mayor del Rey, Enrique Enríquez de Quiñones (nieto del almirante Alfonso Enríquez). Tuvo al menos tres hijos. Dos varones, que se beneficiaron de los mayorazgos instituidos por sus abuelos Alonso Enríquez de Guzmán y Juana de Velasco; el primogénito, Diego, fue el tercer conde de Alba de Liste. Y una hija, Francisca, que en 1497 aparece entre las mujeres de casa de Isabel la Católica, cobrando 27.000 maravedís.
Fue regidor de Zamora, ya que su padre renunció a su favor la regiduría en 1491. En esta ciudad tuvo problemas con el corregidor, Gutierre de Cárdenas, al que en 1492 acusa de haber perseguido a sus criados y haber alterado el orden público. Fue también alcalde de sacas y cosas vedadas de la ciudad de Zamora y su obispado, en virtud de una merced que le otorgaron los Reyes en agosto de 1493; en la donación se hace mención especial a las villas y lugares de la frontera con Portugal. Tras su muerte, fue sucedido en este cargo por su padre, Alonso Enríquez de Guzmán, II conde de Alba de Liste.
Fue capitán general de los condados de Rosellón y Cerdaña, para los cuales tuvo su centro de operaciones en Perpiñán; por esa razón, en pago de sus servicios, recibe de sueldo al mes, en 1495, de 60.000 maravedís a razón de mil maravedís por día, cantidad que se repite en 1496, según especifican las cuentas del tesorero real Alonso de Morales.
En 1495, en el contexto de los conflictos con Carlos VIII de Francia, protagonizó una entrada en el reino francés; posteriormente participó en las negociaciones que condujeron, en febrero de 1497, a la firma de una tregua con Francia. En junio de 1495 escribió a los reyes sobre las tropas suizas a su cargo; hace referencia a su falta de disciplina en los momentos de paz, y a su eficacia en el combate; en la misma carta recomendaba que esas tropas fueran transferidas a Milán o Génova, donde a su juicio serían de mayor utilidad. Todo ello pone de manifiesto su capacidad de acceso a los monarcas. En noviembre del mismo año el Rey le escribe, llamándole pariente, para darle indicaciones precisas respecto a la relación con los habitantes de Perpiñán. En 1496, las tropas a su cargo eran aproximadamente 7.700 lanzas y 11.600 jinetes. A lo largo del año el Rey sigue en comunicación con él, ordenándole en el mes de marzo enviar gente de guerra al marquesado de Pallars; y en abril le encomienda la misión de intercambiar algún prisionero francés por un correo, llamado Sancho Navarro, que había sido interceptado. Esta delicada misión pone de manifiesto otra vertiente de la actividad del capitán general, la de procurar información sobre Francia y las intenciones y acciones de sus dirigentes; para ello envía espías al reino francés, tal y como se dice en una carta de julio de ese mismo año.
Pocos meses después, en octubre, cuando los franceses se apoderan de la fortaleza de Salsas, Enrique Enríquez acude en su socorro. En 1497 está aún en Perpiñán al frente de las tropas, adonde los Reyes le envían ciertas cantidades de dinero para hacer frente al mantenimiento del ejército; en febrero de este año escribe al rey Fernando, exponiéndole la situación en Rosellón, e interesándose por uno de los hombres a su cargo, Alonso de Osorio. En abril el Rey le ordena tomar medidas para que, durante la tregua, la gente de guerra no cometa desmanes y se pagase todo aquello que fuera preciso tomar, bien fueran alimentos u otras mercancías. Murió allí de forma accidental el mes siguiente, en mayo de 1497, sucediéndole en la capitanía Sancho de Castilla.
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María Isabel del Val Valdivieso