Drove Fernández-Shaw, Antonio. Madrid, 1.XI.1942 – París (Francia), 24.IX.2005. Director cinematográfico y guionista.
Hijo de Antonio Drove Costa, catalán y en parte vasco-navarro, y de Elena Shaw Schneider, descendiente de una familia británica-suiza-alemana, Antonio Drove Shaw nació en Madrid. Antonio Drove Shaw dejó sus estudios de Ingeniería Industrial, matriculándose en la Escuela Oficial de Cinematografía.
Donde en 1967 realizó algunas películas en prácticas con títulos como La primera comunión o Tiempos duros en Ríos Rosas, siendo su película fin de carrera Caza de brujas, que fue calificada como excelente. En 1969 dirigió un mediometraje, ¿Qué se puede hacer con una chica?, muy bien recibido en los círculos cinematográficos.
Con ese aval pudo ingresar en Televisión Española, donde se encargó de realizar documentales y otros programas de ficción. En esa época realizó un programa con los humoristas Tip y Coll, Pura coincidencia, tres episodios de la serie de bandoleros Curro Jiménez, escribió el guión de La leyenda del alcalde de Zalamea junto a Mario Camus, que fue su director (1972), y en ese mismo año también colaboró con Gonzalo Suárez en la elaboración de otro guión cinematográfico, Al diablo con amor. En 1974 firmó el guión de la cinta Hay que matar a B, que dirigió José Luis Borau. Y de nuevo para la pequeña pantalla un documental: Velázquez.
José Luis Dibildos, guionista y productor cinematográfico, lo contrató en 1974 para que dirigiera su primer largometraje, Tocata y fuga de Lolita, y en ese mismo año fue también el realizador de Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe. Dos años más tarde dirigió Nosotros que fuimos tan felices para la productora de Alfredo Matas.
Sus deseos de realizar un cine más personal y comprometido social y políticamente no siempre estuvo al alcance de sus posibilidades, al tener que realizar filmes de encargo. Sería en 1978, al dirigir la adaptación cinematográfica de una novela de Eduardo Mendoza, La verdad del caso Savolta, cuando pudo dar rienda suelta a su estilo y a su ideario. Se trata de una obra imprescindible para entender el cine español en su tránsito de la dictadura a la democracia. No obstante las críticas positivas obtenidas por aquel trabajo, Antonio Drove tardó nueve años en colocarse otra vez tras las cámaras, adaptando una novela del argentino Ernesto Sábato, El túnel. Dirigió a un elenco de actores extranjeros, en inglés. Pese a las dificultades en el rodaje, superó brillantemente la prueba, y así lo reconoció la crítica. Pero los resultados económicos tras su estreno no fueron satisfactorios para la productora, lo que pudo influir para que no volviera a dirigir ya ninguna película.
Siguió adelante en su profesión gracias a esporádicos trabajos televisivos: un programa sobre Jerry Lewis, un capítulo de la serie La huella del crimen (“El crimen de don Benito”) en 1990, otro de Crónicas del mal (“Su juguete favorito”), al año siguiente, y algunos otros trabajos para la televisión cubana. Admirador del cine de Douglas Sirk, le dedicó una serie de televisión compuesta de dieciséis capítulos, sobre su vida y obra, amén de un exhaustivo libro, Tiempo de vivir, tiempo de revivir, editado en 1995. De hecho, había ya realizado frecuentes colaboraciones en diarios y revistas especializadas. De manera coyuntural, apareció fugazmente como actor en algunas películas dirigidas por amigos suyos. La primera vez con Iván Zulueta en Un, dos, tres, al escondite inglés (1969), y en 1980 a las órdenes de Fernando Méndez-Leite, en El hombre de moda.
Fue un director ilusionado del que los cinéfilos esperaron siempre la ocasión para que realizara su esperada gran obra. Desgraciadamente murió, todavía joven, recibiendo un homenaje de la Filmoteca Española en enero de 2006.
Obras de ~: Filmografía: (dir.), ¿Qué se puede hacer con una chica? (mediometraje), 1969; (dir.), Tocata y fuga de Lolita, 1974; (dir.), Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe, 1974; (dir.), Nosotros que fuimos tan felices, 1976; (dir. y guión), La verdad sobre el caso Savolta, 1979; (dir. y guión), El túnel, 1987.
Escritos: Tiempo de vivir, tiempo de revivir, Murcia, Filmoteca Regional, 1995; “De Lubitsch y todo lo demás”, en Nickel Odeon, n.º 18 (enero de 2000), págs. 74-86; “Perdición y James M. Cain”, en Nickel Odeon, n.º 20 (julio de 2000), págs. 53-59; “USA: censura, corrupción y gansterismo” y “Una vida: memorias de Elia Kazan”, en Nickel Odeon, n.º 22 (enero de 2001), págs. 82-99 y 184-192, respect.; “Algunas lecciones del maestro”, “Ford y las estrellas” y “El hombre que mató a Liberty Balance”, en Nickel Odeon, n.º 26 (enero de 2002), págs. 52-53, pág. 198 y págs. 296-300, respect.; “Woody Allen y la tradición del humor judío”, en Nickel Odeon, n.º 28 (julio de 2002), págs. 18-31; “Fumar beneficia seriamente la ficción”, en Nickel Odeon, n.º 30 (enero de 2003), págs. 64-79.
Bibl.: C. F. Heredero, “Drove, Antonio (Antonio Drove Fernández-Shaw)”, en J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial-Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, 1998, págs. 296-297; A. M. Torres, Diccionario Espasa Cine español, Madrid, Espasa Calpe, 1999, págs. 270-271; Á. Otero Santos, “La verdad sobre el Caso Savolta de Antonio Drove”, en España Contemporánea: Revista de literatura y cultura, t. XIX, n.º 1 (2006), págs. 55-69.
Manuel Román Fernández
