Hijo de un tratante de ganado lebrijano, Bernardo Peña, y de la cantaora utrerana María Fernández Granados La Perrata, hermano del guitarrista Pedro Peña y tío del pianista David Peña Dorantes. Con diecisiete años comenzó su andadura profesional como guitarrista en un espectáculo de La Paquera de Jerez, para muy pronto pasar a ser cantaor en los tablaos sevillanos, entre ellos El Guajiro, así como en el madrileño El Duende y, posteriormente en Los Canasteros con Manolo Caracol. El 18 de junio de 1964 contrajo matrimonio con la bailaora Charo Cortés. Ese año obtuvo el I Premio del Concurso de Mairena del Alcor (Sevilla) y seguidamente ingresó en el ballet de Antonio Gades, viajando por Europa y América. Sus grabaciones discográficas en los primeros años de la década de 1960 le proporcionaron una amplia popularidad, por lo que fue reclamado para participar en los más importantes festivales andaluces, siéndole concedido, en 1970, el Premio El Gloria en la Fiesta de la Bulería de Jerez de la Frontera (Cádiz). Su obra Persecución la estrenó en 1976, en el Teatro Lope de Vega de Madrid, continuando un periplo artístico que coronaría con un magno recital en el Teatro Real de Madrid, en 1979, mereciendo el Premio Nacional de Cante de la Cátedra de Flamencología de Jerez (adscrita a la Universidad de Cádiz). A partir de entonces recorrió la geografía española con su espectáculo Reencuentro, en colaboración con músicos árabes para ahondar en los vínculos existentes entre el flamenco y la música andalusí al otro lado del Estrecho. Recibió en 1999, la Medalla de Oro del Trabajo. Considerado uno de los más significativos intérpretes de su generación, el crítico José Manuel Gamboa ha escrito sobre su personalidad artística: “Dotado de un sentido del compás fuera de serie, hermosa voz, impetuosos interpretaciones y carisma personal, El Lebrijano trajo al flamenco un aire festero que encandiló al público; en los estilos más sobrios, es un cantaor solemne”. [...]