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Suero Martínez

Biografía

Martínez, Suero. El Asturiano. Avilés (Asturias), p. m. s. XIV – ?, c. 1363. Clavero y vigésimo maestre de la Orden de Alcántara.

Llamado el Asturiano, era natural de Avilés y procedía del linaje de los Caso, siendo sobrino de Gonzalo Martínez de Oviedo, el maestre alcantarino caído en desgracia y ejecutado por Alfonso XI a finales de 1339.

Fue elegido vigésimo maestre a comienzos de 1356, siendo clavero de la Orden y habiendo ejercido con anterioridad como comendador de Santibáñez. Las circunstancias de su elección no fueron fáciles. Pedro I había provocado la destitución de su antecesor, Diego Gutiérrez de Cevallos, en noviembre de 1355, apenas un mes y medio después de presionar para su nombramiento, sin duda anticanónico. La destitución del maestre fue acompañada de su prisión, y entonces “mandó el rey facer maestre” —en estos términos se expresa el cronista López de Ayala— al clavero Suero Martínez, un hombre de la confianza del Monarca; sin ir más lejos, le había asistido en noviembre de 1354 cuando la celebración de las vistas de Tejadillo con la nobleza rebelde ponía de manifiesto que el máximo responsable de la Orden de Alcántara, entonces Fernando Pérez Ponce, no gozaba de la plena confianza del Rey.

La elección debió de producirse en los primeros meses de 1356 —Torres y Tapia precisa que el 25 de febrero—, aunque no hay concordancia en las fuentes sobre el lugar en que tuvo lugar: Palenzuela (López de Ayala), Zamora (Rades) o el propio convento de Alcántara (Torres y Tapia). Sin que se pueda asegurarlo —tampoco en esto hay unanimidad entre las fuentes—, la elección no debió de ser todo lo pacífica que hubiera deseado el Rey, teniendo en cuenta que un sector más que significativo de la Orden apoyaba al comendador mayor, Pedro Manuel, hijo de don Juan Manuel y deudo conocido del anterior maestre.

La intervención de Pedro I fue decisiva y Suero Martínez se hizo con el maestrazgo, demostrando, a lo largo de su trayectoria, que su decisión había sido correcta.

En efecto, el maestre de Alcántara sirvió con lealtad al Monarca en la decisiva guerra con Aragón, previa a la contienda civil con su hermano Enrique de Trastámara, y desde luego relacionada con ella. Se sabe que Suero Martínez, junto a los maestres de Santiago y Calatrava y el lugarteniente castellano del Hospital, participó en la toma de Tarazona de 1357, hito referencial en esta “Guerra de los Dos Pedros”. La posterior derrota castellana de Araviana, obligó a Pedro I a replantear estrategias y a comprometer de manera más efectiva a las Órdenes Militares en el conflicto; Suero Martínez, concretamente, fue nombrado frontero en Gómara con trescientos caballeros bajo su control, y desde allí, en 1360, se le ordenó asistir al maestre de Santiago, García Álvarez de Toledo, en la detención del hasta entonces petrista Gutierre Fernández de Toledo.

La dura represión antinobiliaria del monarca castellano no quebró la fidelidad que mostraba hacia su causa Suero Martínez. Éste, y el resto de los maestres de Órdenes Militares, acompañó al Rey en una campaña contra la vega granadina realizada en 1361, aprovechando la relativa tregua establecida entonces con Aragón. El Rey Bermejo había decidido romper con la política filocastellana de Muűammad V y lo desplazó del trono desafiando con ello a Pedro I. La intervención de alcantarinos y otros freires no obtuvo en aquel momento resultados espectaculares, pero muy pronto Suero Martínez reafirmó su voluntad de servir al monarca castellano en el reabierto frente aragonés: en 1362, tras la toma de Calatayud, Pedro I le situó de frontero en la villa ocupada de Aranda a cargo de trescientos jinetes. Sería el último servicio que pudiera prestarle. La última huella del maestre fue su presencia junto al Rey en Sevilla en enero de 1363. No se vuelve a tener noticia alguna de él.

Por lo demás, se conoce su preocupación por el señorío de la Orden y de la concesión de privilegios y cartas forales a favor de Magacela, Zafra, Valencia de Alcántara, a la que otorgó el Fuero de León, y La Zarza, a la que concedió el de Alcántara. Se trataba de una actividad colonizadora que prácticamente se centraba en 1356. Del final de sus días —junio de 1362— se conserva un acuerdo de permuta efectuado con el Rey, en virtud del cual las posesiones andaluzas de la Orden, entre ellas Morón y Cote, le serían entregadas a cambio de la villa de Oropesa y otros bienes realengos situados en tierras salmantinas y zamoranas; pero tan decisivo intercambio no llegaría a fraguar.

No se sabe exactamente cuándo murió el maestre Suero Martínez, pero muy probablemente fue en el transcurso de 1363. Su cuerpo fue sepultado en el viejo convento de Alcántara y trasladado finalmente al claustro del nuevo a finales del siglo XVI.

 

Bibl.: F. de Rades y Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, parte Chronica de Alcantara, Toledo, 1572 (ed. facs. Barcelona, 1980), fol. 28v.; A. de Torres y Tapia, Crónica de la Orden de Alcántara, t. II, Madrid, 1763, págs. 82-92; L. V. Díaz Martín, “Los maestres de las Órdenes Militares en el reinado de Pedro I de Castilla”, en Hispania, 40 (1980), en especial págs. 314, 319-320 y 322; P. López de Ayala, Crónicas, ed. de J. L. Martín, Barcelona, Planeta, 1991, págs. 158, 180, 248, 264 y 286; B. Palacios Martín (ed.), Colección Diplomática Medieval de la Orden de Alcántara (1157?-1494), I. De los orígenes a 1454, Madrid, Editorial Complutense, 2000, págs. 445-454; F. Novoa Portela, “Los maestres de la orden de Alcántara durante los reinados de Alfonso XI y Pedro I”, en Historia. Instituciones. Documentos, 29 (2002), espec. págs. 329-331.

 

Carlos de Ayala Martínez