Suárez, Benito. ?, s. m. s. xii – ¿1216? Segundo maestre de la Orden de San Julián de Pereiro (futura Orden de Alcántara).
Fue hijo del noble gallego Suero Froilaz, señor de Cornado y Bausende.
Aunque no se sepa cuáles fueron las circunstancias que pusieron fin al gobierno de Gómez, el primer maestre de la milicia de San Julián, lo cierto es que a finales de 1200 frey Benito aparece ya actuando en representación de su convento. Su gobierno al frente del mismo fue de dieciséis años, y a lo largo de ellos fue preocupación esencial neutralizar la voluntad hegemónica que sobre la casa del Pereiro había mostrado el maestre castellano de Calatrava en los días de su predecesor. Esa voluntad resultaba tanto más peligrosa por cuanto pudo traducirse en la atracción hacia su órbita de algunos conspicuos miembros de la institución leonesa, entre ellos el prior Pablo. La gravedad del problema explica la solicitud de dos importantes confirmaciones que Benito Suárez cursó a la Sede Apostólica y que ésta efectivamente concedió en 1205 y 1207. Por la primera, Inocencio III ratificaba la directa sujeción del Pereiro respecto a Roma revalidando en todos sus términos la bula de Lucio III de 1183, previa a las pretensiones calatravas. Por la segunda, el mismo pontífice confirmaba la base patrimonial del Pereiro reconociendo cuántos diezmos, iglesias y personas había disfrutado de manera pacífica en los últimos cuarenta años.
Por lo demás, el maestrazgo de Benito Suárez se orientó a afirmar el carácter militar de la Orden, subrayando su específico servicio al reino de León. En este sentido, en 1202 no dudó en suscribir con el maestre Gonzalo Rodríguez de la Orden de Santiago un acuerdo de ayuda y colaboración mutua, salvo naturalmente contra el Rey de León, en que aparece de manera expresa la dimensión bélico-fronteriza: la colaboración entre freires sería efectiva cara a cualquier campaña que sostuvieran frente a los moros de Alentejo o Aquentejo y, además, se repartirían equitativamente el botín obtenido comprometiéndose a defender como propias las villas y fortalezas de la otra milicia.
Sin duda la renovada eficacia militar de la orden y su indiscutible lealtad al Rey de León, hicieron pensar a Alfonso IX en su utilización en la Transierra leonesa como fiable alternativa de la no del todo operativa orden del Temple. Para ello, por ahora, era preciso incrementar el patrimonio sanjulianista y el Rey lo hizo con generosidad otorgando al maestre Benito Suárez y a sus freires la villa de Acenia, a orillas del Esla y su sillero de Alba en 1202, entregándoles tres años después la aldea de Cadalso, y en 1209 el realengo de Santa Cristina y otros bienes en tierras zamoranas, a cambio, eso sí, de la villa de Raigadas que el Monarca destinaba a la población de Castelo Rodrigo; más adelante, hacia 1212, los sanjulianistas recibirían el importante enclave fortificado de San Juan de Mazcoras (Santibáñez).
No se sabe cómo ni exactamente cuándo finalizó el gobierno de Benito Suárez. Probablemente fue su fallecimiento el que lo interrumpió, en cualquier caso después de octubre de 1216 en que todavía aparece documentado y con toda seguridad antes de julio de 1218 en que su sucesor está ya al frente de la Orden.
Bibl.: F. de Rades y Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, parte Chronica de Alcantara, Toledo, 1572 (ed. facs. Barcelona, 1980), fol. 4r.- v.; A. de Torres y Tapia, Crónica de la Orden de Alcántara, t. I, Madrid, Imp. de D. Gabriel Ramírez, 1763, págs. 125- 171; J. F. O’Callaghan, “The foundation of the Order of Alcántara, 1176-1218”, en The Catholic Historical Review, XLVII (1962), págs. 471-486 (reed., The Order of Calatrava, IV); D. W. Lomax, “Las milicias cistercienses en el reino de León”, en Hispania, XXIII (1963), págs. 29-42; C. de Ayala Martínez, “En torno a la filiación disciplinaria de la orden militar de Alcántara (siglos xii-xiii)”, en Anuario de Estudios Medievales, 28 (1998), págs. 345-361; B. Palacios Martín (ed.), Colección Diplomática Medieval de la Orden de Alcántara (1157?-1494), I. De los orígenes a 1454, Madrid, Editorial Complutense, 2000, págs. 23-29; F. Novoa Portela, “Algunas consideraciones sobre los Maestres alcantarinos desde el nacimiento de la Orden hasta 1350”, en Revista de Estudios Extremeños, 59 (2003), en especial págs. 1062-1063.
Carlos de Ayala Martínez
