Rodríguez de Fonseca, Pedro. ?, m. s. XIV – ¿Toro (Zamora)?, 1419. Alcaide de Olivenza, embajador de Fernando I de Portugal, consejero de Juan I de Castilla, guarda mayor de Juan II.
El linaje portugués de los Fonseca, al que pertenecía don Pedro, formaba parte de la nobleza media regional que prosperó a lo largo del siglo XIV. Las propiedades principales de la familia se localizaban en la comarca de Lamego, aunque don Pedro recibió de Fernando I la alcaldía de Olivenza, a orillas del Guadiana.
Sus contactos con la Corte hicieron posible el matrimonio con Inés Díez Botello, una dama emparentada con el clan familiar de los Téllez (o Teles), del que formaba parte la reina Leonor Téllez, mujer de Fernando I de Portugal.
Fonseca intervino directamente en las negociaciones diplomáticas luso-castellanas de 1382 encabezadas por el conde de Ourém, Juan Fernández de Andeiro, con vistas a concertar el matrimonio de la heredera de Portugal, Beatriz, con el segundo hijo de Juan I de Castilla, el infante don Fernando. Pero en los acuerdos de Pinto, a fines de año, se decidió casar a la princesa con el propio rey castellano, que había enviudado recientemente de Leonor de Aragón. Fonseca asistió a la boda real en la Catedral de Badajoz en el mes de mayo y juró cumplir los acuerdos sucesorios entre ambas familias reales con el compromiso de desnaturarse de su reino si su Rey incumplía lo pactado; allí coincidió con el maestre de Avís, su futuro enemigo, que también juró los mismos compromisos.
Durante la guerra civil que sacudió Portugal a la muerte de Fernando I en octubre de 1383, Fonseca permaneció fiel en todo momento a doña Beatriz y Juan I, a los que siempre consideró como legítimos reyes de Portugal; esta actitud le valió la hostilidad del maestre de Avís, proclamado Rey (Juan I de Portugal) durante las Cortes de Coimbra de 1385.
La defensa del sector fronterizo de Olivenza ocupó las energías de don Pedro desde 1383 hasta 1388, frente a las sucesivas acometidas que el nuevo rey de Portugal lanzó sin éxito; por este motivo no participó en la batalla de Aljubarrota. El rey castellano premió su fidelidad durante la guerra con las rentas de Olivenza, la villa de Sosed y la merindad del Algarbe. En las treguas de 1388 se estipuló la devolución de Olivenza al rey portugués, pero la entrega efectiva se demoró al menos hasta 1391. Fonseca asistió a las Cortes de Guadalajara de 1390, las últimas de Juan I de Castilla, donde obtuvo otros premios: las tercias de Badajoz con Villalba, las casas reales de Toro, un juro de 20.000 maravedís y la tenencia de la fortaleza de Villanueva de Barcarrota, además de 5000 maravedís de juro para su mujer.
Tras vivir unos años en Villanueva de Barcarrota, don Pedro y su familia se trasladaron a Toro, donde acabarían viviendo al igual que otros exiliados portugueses leales a doña Beatriz. Sin embargo fundó una capilla funeraria en el Convento de San Francisco de Olmedo, quizás como recuerdo de una posible estancia en esta villa. Al comenzar la regencia de Juan II, Fonseca logró una confirmación regia de las tercias de Badajoz y Villalba y obtuvo el nombramiento de guarda mayor.
Firmó su testamento en Toro el 11 de enero de 1419, estando viudo y a las puertas de la muerte, recordando los leales servicios prestados a su primer señor, Fernando I de Portugal, y al propio Juan I de Castilla. Los Fonseca castellanos del siglo XV siempre tuvieron este documento como un punto de referencia de la lealtad inquebrantable de todos los miembros del linaje. Sus restos mortales acabaron finalmente en la villa segoviana de Coca.
Bibl.: L. Suárez Fernández, Historia del reinado de Juan I, t. I, Madrid, Universidad Autónoma, 1977, pág. 191; R. Costa Gomes, A Corte dos Reis de Portugal no final da Idade Média, Linda-a-Velha, Difel, 1995, pág. 50; J. A. de Sotto Mayor Pizarro, “A nobreza portuguesa no período dionisino. Contextos e estratégias (1279-1325)”, en En la España Medieval, 22 (1999), págs. 112 y 123; Linhagens medievais portuguesas. Genealogías e estratégias (1279-1325), t. III, Porto, Universidade Moderna, 1999, cuadro genealógico n.º 4.6.4; C. Olivera Serrano, “Un exiliado portugués en Castilla: Pedro Rodríguez de Fonseca (†1419)”, en VV. AA., Poder y sociedad en la Baja Edad Media hispánica: estudios en homenaje al prof. Luis Vicente Díaz Martín (ed. C. M. Reglero de la Fuente), Valladolid, Universidad, 2002, págs. 495-503; C. Olivera Serrano, “Beatriz de Portugal. La pugna dinástica Avís-Trastámara”, en Cuadernos de Estudios Gallegos [Anexos, n.º XXXV] (2005), págs. 89, 168, 206, 217, 223, 258, 266-271, 374, 378 y 455.
César Olivera Serrano