Yaḥyà b. ‘Alī b. Ḥammūd, al-Mu‘talī bi-llāh. ?, s. m. s. X – Carmona (Sevilla), 11 de muḥarram de 427/11.XI.1035 C. Tercer califa Ḥammūdí de Córdoba y soberano de la taifa de Málaga.
Yaḥyà b. ‘Alī b. Ḥammūd, cuya relación de parternidad (kunya) era Abū Zakariyā’, fue el tercer soberano de la dinastía ḥammūdí, que durante cierto tiempo detento el título califal en Córdoba y, además, ejerció el gobierno de Málaga, Algeciras, Ceuta y otras ciudades del norte de África.
Yaḥyà era el hijo primogénito de ‘Alī b. Ḥammūd, señor de Málaga y primer soberano de la dinastía, quien se proclamó califa en Córdoba en 407/1016, suponiendo la sustitución del linaje omeya por el ḥammūdí. Al trasladarse desde Ceuta hacia Córdoba, ‘Alī b. Ḥammūd tomó Málaga y Algeciras, que serían sedes principales del linaje en la Península. En vida de su padre, Yaḥyà ejerció el gobierno de Ceuta, mientras a su hermano Idrīs le correspondía el de la ciudad de Málaga y al tío paterno de ambos, al-Qāsim, se le confió el de Sevilla. Tras la destitución y asesinato de ‘Alī b. Ḥammūd en Córdoba en 408/1018, la sucesión al frente del califato debía haber recaído en su primogénito Yaḥyà, quien había sido designado previamente heredero al Trono y, en ese momento, se encontraba en Ceuta. Sin embargo, los beréberes proclamaron en Córdoba a al-Qā’im, hermano mayor del asesinado Califa y, por lo tanto, tío del heredero legal. Yaḥyà adoptó una actitud no beligerante ante la proclamación de su tío y se limitó a trasladarse a Málaga, enviando a su hermano menor Idrīs a Ceuta. Como contrapartida a esta actitud, el califa al-Qā’im nombró su heredero al propio Yaḥyà y le dio como esposa a su hija Fátima.
Pero la apariencia de buenas relaciones entre tío y sobrino se rompió muy pronto, ya que, como afirman las fuentes, Yaḥyà conspiraba en secreto contra el Califa. De esta forma, cuando llegó a sentirse suficientemente fuerte, se proclamó en rebeldía contra al-Qā’im en Málaga en 412/1021, dirigiéndose a continuación sobre Córdoba con la intención de tomarla. El califa rehuyó el enfrentamiento y optó por la huida, refugiándose en Sevilla. Ello permitió a Yaḥyà apoderarse sin dificultad de Córdoba, donde logró al fin ser proclamado califa el lunes 1 ŷumādà I de 412/13 de agosto de 1021, solo nueve días después de la partida de su tío al-Qā’im, adoptando el sobrenombre de al-Mu‘talī bi-llāh. Se abre, de esta forma, la segunda fase de la actuación de Yaḥyà, como titular del califato de Córdoba. Pero el tercer ḥammūdí no permaneció mucho tiempo al frente de la comunidad de creyentes. Su apoyo decidido a los andalusíes irritó a los señores beréberes que lo habían apoyado en su proclamación, de forma que un año y medio después de la misma, el 13 de ḏū-l-qa‘da de 413/7 de febrero de 1023 abandonó la capital de al-Andalus y se dirigió a Málaga, donde se inicia su tercera y última fase, como soberano de la taifa malagueña. Ello fue inmediatamente aprovechado por su tío al-Qā’im, hasta entonces refugiado en Sevilla y que seguía manteniendo su dignidad califal, para regresar a Córdoba, donde entró cuatro días después de la partida de su sobrino Yaḥyà, el 17 de ḏū-l-qa‘da (11 de febrero). Pero la relación entre ambos personajes aún no había terminado: el 16 de ramadán de 414/2 de diciembre de 1023, al-Qā’im fue de nuevo expulsado de Córdoba, buscando refugio en Sevilla, donde no fue acogido, y luego en Jerez, ciudad donde fue capturado por Yaḥyà, quien lo llevó a Málaga, donde permaneció prisionero hasta su asesinato por orden de Idrīs, hermano y sucesor de Yaḥyà.
La tercera y última fase política de Yaḥyà b. Ḥammūd transcurre en su ciudad, Málaga, donde llegó a construir una de las taifas más importantes de su época, debiendo ser considerado, por lo tanto, entre los soberanos más poderosos de al-Andalus. Tras abandonar Córdoba, Yaḥyà perdió todo interés por el dominio de la capital omeya y se centró en sus tierras malagueñas, mucho más poderoso que la antigua sede del califato. No obstante, cuando el califa al-Muktafī la abandonó, Yaḥyà se apoderó de ella en 416/1025, si bien regresó a sus dominios de Málaga, dejando al frente de Córdoba como gobernador a Abū Ŷa‘far b. Mūsà. De esta forma, Córdoba pasaba a ser dominada por Málaga, como uno más de los territorios de la taifa Ḥammūdí, si bien por poco tiempo, ya que el gobernador nombrado por Yaḥyà fue expulsado. A pesar de ello, los soberanos Ḥammūdíes siguieron ostentando la dignidad califal y considerándose sus legítimos titulares.
El fin de la trayectoria política del soberano Ḥammūdí se relaciona con la intrincada política de los reinos de taifa. Dada la zona sobre la que ejercía su poder, la taifa de Málaga pronto entró en colisión con el poder más fuerte de la zona del Occidente andalusí, la taifa abadí de Sevilla. Yaḥyà logró hacerse con el dominio de Carmona, ciudad próxima a Sevilla y a Córdoba, convirtiéndose así en una amenaza directa para los abadíes. Sin embargo, el 11 de muḥarram de 427/11 de noviembre de 1035, Ismā‘īl b. ‘Abbād sorprendió a Yaḥyà en su campamento de Carmona y logró derrotarlo, dándole muerte.
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Alejandro García Sanjuán